El Telégrafo
Ecuador / Viernes, 22 de Agosto de 2025

Esos obreros que envían las noticias desde Viña del Mar

La labor inicia a las ocho de la mañana y termina a las tres de la madrugada

Mientras los habitantes de Viña del Mar disfrutan de la ciudad y del festival, detrás del escenario de la Quinta Vergara hay un despliegue humano que llega a las 500 personas entre equipo de producción, logística, utilería, seguridad privada y por supuesto, periodistas.

Es precisamente este último grupo el encargado de llevar a más de 50 países en los que se retransmite el festival todas las incidencias que ocurren antes, durante y después de que una artista aparezca en un escenario.

Generalmente, la rutina de un cronista gráfico empieza a las ocho de la mañana en el Hotel Sheraton Miramar.

Ahí fotógrafos, camarógrafos y periodistas reciben las credenciales de prensa y los accesos a los palcos preferenciales para sus crónica, fotos y grabar el espectáculo, dependiendo cuál sea su necesidad.

No todos tienen ese privilegio. Las acreditaciones son muy limitadas para ingresar al escenario de la Quinta Vergara más no así sucede en las conferencias de prensa. Este año, 200 representantes de diferentes medios de comunicación de 13 países se han dado cita en la edición número 55.

Dentro de uno de los salones más grandes del hotel están instaladas alrededor de 20 computadoras a disposición de los periodistas, fotógrafos y camarógrafos. No existe tiempo límite para el uso de los ordenadores porque todo varía según sus necesidades.

Sin embargo, no faltan quienes atrasan el trabajo de otros colegas al solo revisar sus redes sociales. Por eso que muchos optaron por usar sus propias computadoras portátiles.

El traslado de un lugar a otro es otra historia. En Chile, el dólar se cotiza en 550 pesos. Una carrera mínima de taxi cuesta de 4.000 a 5.000 pesos, es decir, de 10 a 13 dólares. Un almuerzo oscila entre 8.000 a 11.000 pesos.

El equipo para que organiza las conferencias de prensa lo integran 9 comunicadores que asisten y atienden las necesidades de los periodistas acreditados. Coordinan la sala en dónde se ofrecerá la rueda de prensa. Antes que el artista aparezca frente las cámaras, ocho guardianes custodian la seguridad del artista durante la conferencia. Todos portan auriculares conectados entre ellos para comunicarse par responder ante cualquier improvisto.

Mientras tanto, dos sonidistas programan las canciones exitosas del artista que ofrecerá la conversación con los medios de comunicación. Una vez ya adentro los periodistas -muchos no logran ingresar- se cierran las puertas del salón para iniciar la conferencia.

Una lluvia de flashes de las cámaras reciben a la artista y uno que otro grito, de algún fan que coló en la conferencia. En el caso de Ricky Martin la sala se excedió en su capacidad, según los mismos organizadores: 300 personas.

El límite de preguntas para toda la conferencia es de ocho. Por lo que tan pronto termina, los periodistas pugnan por acercarse al artista y sacarle algunas respuestas. Algunos, incluso se resbalan y caen al suelo. Tommy Torres y Ana Gabriel atendieron a este diario cinco minutos después de la conferencia, aunque no se permitió hacer fotografías más que las de la rueda de prensa.

Tan pronto el cantante o la cantante abandona la sala, el salón contiguo se llena de inmediato y casi al arranchón se disputan las computadoras. El bullicio se adueña del lugar por las transmisiones de los medios radiales y televisivos desde ese espacio. Alrededor de seis jefes de protocolo custodian la sala para evitar inconveniente entre periodistas.

Con el pasar de los minutos, poco a poco la sala se va desocupando porque todos vuelven al arranchón de puestos en el escenario de la Quinta Vergara, en medio de la marea humana que comienza a ingresar al recinto desde las cinco de la tarde. Los cronistas deben permanecer en las instalaciones hasta que se termine toda la jornada del día, es decir, hasta las tres de la mañana. Cinco horas después, comienza el trabajo de obreros de la información, como el día anterior, en Viña del Mar.