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El viaje a la década del 90 incluyó un ‘trencito’ en el Sánchez Aguilar
Luis Caputti cursaba el sexto año del colegio La Moderna en 1991. En aquella época molestaba a un compañero de clases que andaba detrás de una chica llamada Mercedes. Lo que al inicio fue una balada de vaciladera con el nombre de la chica en cuestión, se convirtió en una canción de pop latino, que fue la carta de presentación de Los Intrépidos.
Y muchos recuerdan aún aquella esencia farrera que tiene la canción, con coreografías y estribillos jocosos como “agáchate un poquito... ¡se te cayó el jabón!”.
Caputti volvió al escenario con la misma vitalidad y espíritu farrero. Ahora era en el teatro Sánchez Aguilar, en el que las casi mil personas que acudieron se habían despojado de la formalidad habitual de los teatros y simplemente se dejaban llevar por el eterno líder de Los Intrépidos.
“¡A ver! ¿cuántos se acuerdan del pasito de Mercedes? Y dice: con la mano arriba, con la mano arriba. Dense un besito, pero suavecito...”, arengaba Caputti, quien antes había repasado ‘Payú payá’, ‘No te lo creo (la del Narizón)’ y la balada ‘Playa azul’.
Bajó del escenario y armó un trencito humano. Los guitarristas Roberto Payés y Javier Cueva lo acompañaron. En el camino sacaban de las butacas a cuanta gente se topaban en los pasillos para el trencito. Era una fiesta que parecía no terminar.
Lucho, como lo conocen sus panas al narigón cantante, subió al escenario y con el resto de Time Project Band continuaron el trencito. Uno detrás de otro.
Era uno de los bloques de Visa a los 90 II’, el show que propuso la banda guayaquileña Time Project Band en dos funciones, una el viernes y otra el sábado.
Y Time Project Band lo preparó todo minuciosamente durante tres meses de ensayos y selección de canciones. Durante tres horas desempolvaron 70 temas en español, muchas de ellas casi olvidadas, pero que cobraron vida en la memoria de las mil personas que acudieron al teatro.
Todo empezó casi a las nueve de la noche. Una voz en ‘off’ que simulaba a la de un piloto de avión desde su cabina, retumbaba los cuatro costados del teatro Sánchez Aguilar, mientras reinaba la oscuridad en el lugar.
“Bienvenidos al vuelo 90 con destino a la década del 90. Tiempo estimado del viaje: tres horas. Les advertimos que habrá muchas turbulencias y adrenalina...”, se escuchaba aquella voz, que se perdía con un sonido semejante al de los motores de la nave aérea.
De inmediato, las guitarras de Roberto Payés y Javier Cueva soltaron los primeros ‘riff’ de ‘Háblame de ti’, canción que en 1994 hizo famosa al disuelto grupo Kairo.
Daniel Molestina, conocido también como Dante, soltó los primeros estribillos de esa canción que originalmente la interpretaba Eduardo Verástegui para el disco ‘Signo del tiempo’, que también contiene ‘Perdóname’ y ‘Espejos en un café’, que formaron parte del primer bloque.
Time Project Band, que lleva seis años con este tipo de espectáculos ‘retro’, estudiaron tanto el repertorio que lo clasificaron por sus intérpretes originales, géneros (baladas, pop o rock) y hasta por el timbre de las voces de sus siete y ocho cantantes (incluidos los invitados Luis Caputti y Héctor Cueva, hermano de Javier, el mentalizador del show).
Según sus personalidades todos sobresalieron. Unos más por sus voces y otros por el histrionismo en el escenario. De eso sabe mucho Israel Maldonado, quien transmitía con su cuerpo cada palabra de la canción y se metía en la piel de cada personaje.
Eso le permitió convertirse en el ‘Pajaro’ Mario Gómez, de Vilma Palma, durante las canciones ‘Bye, bye’, ‘Mojada’, Auto rojo’, ‘Travesti’ y ‘La pachanga’. Se arrodillaba, gesticulaba exageradamente y hasta se daba volantines en la tarima.
Dante era el más tranquilo de los vocalistas. Por eso interpretaba más baladas como las de Magneto, al igual que Fernando Andrade con las de Alejandro Sanz, mientras que la rubia Davina Contreras, María José Naranjo y Giuliana Moreno se juntaban para reinventar a Kabbah, Jeans y OV7, a través de melodías como ‘La calle de las sirenas, ‘Te quiero tanto’, ‘Locura de amor’ y otras.
Individualmente ellas fueron Marta Sánchez con ‘Desesperada’; Laura Pausini con ‘La soledad’ o ‘Se fue’; Fey con su ‘Media naranja’ o ‘Me enamoro de ti’.
Los duetos mixtos eran cosa de Andrade y Davina con ‘Me haces tanto bien’, de Amistades peligrosas’ y ‘Más de lo que imaginas’ de los argentinos De Sacados.
La locura de Time Project Band también incluía a dos bateristas simultáneos: José Carrión y Eduardo Nácer.
El rock de Molotov (‘Puto’), Illya Kuryaki and the Valderramas (‘Abarajáme)’, más el ska de los Fabulosos Cadillac (‘Matador’) encendieron el ambiente con Maldonado, quien de paso apareció en una moto vespa, disfrazado de mujer para cantar ‘Agente, agente’ y ‘Chabón’, de Los Sultanes, más ‘A quién le importa’, de Alaska.
Y aún quedaba la versión criolla de los mexicanos Garibaldi (con traje y todo) con los seis cantantes principales que interpretaron ‘Te la pongo’ y ‘Banana’, más el bloque de Caputti con su onda ‘intrépidos’ que armó el teatro en un ‘trencito humano’ y en pleno sábado de farra, una quién sabe a dónde y hasta qué hora se extendió.