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Más de 3.000 escenas de películas se han realizado entre el largo canal y sus bordillos
El puente de Grease, Terminator y La máscara será destruido
La mejor puesta de sol de Los Ángeles no estaba en la playa ni en las colinas de Hollywood. Para muchos, la foto más memorable de la ciudad estaba sobre un puente con dos arcos metálicos y diseño futurista, uno de los 13 que cruzan el río de cemento de Los Ángeles y comunican los barrios obreros del este con el centro de la ciudad.
Esa foto ya no se puede hacer. El puente de la calle 6 fue cerrado al tráfico el martes pasado por la noche. Nadie volverá a cruzarlo. Será demolido durante los próximos 9 meses.
No hace falta pisarlo para haber estado allí. Millones de personas han pasado por encima o por debajo de ese puente, ya que la estructura ha figurado en Terminator 2 y 3; en Grease; La máscara, La pistola desnuda y Rápidos y furiosos 7; así como en series televisivas como 24 o Fear the Walking Dead.
Madonna, Kanye West, Foo Fighters, Britney Spears, Bruno Mars y Blink 182 grabaron videoclips allí; el puente también aparece en el clip de la canción Happy, de Pharrell Williams.
El primer episodio de la serie Fear the Walking Dead es una de las últimas producciones locales en las que se lo ve. El túnel por el que se accede al río, al lugar exacto en el que los macarras de Grease se lanzan a la carrera con sus coches, aún está abierto para pasear.
Todavía se puede ver en YouTube el clip de la melodía ‘Thunder road’ de Grease cuando Danny y Leo libran una carrera por ser los dueños de las pistas. Tras la victoria del personaje de Travolta, Sandy (Olivia Newton-John) decide hacerse un cambio de look y conquistar a Suko.
Desde entonces se convirtió en un emblema de esa ciudad. Cientos de parejas recién casadas se han fotografíado en sus bordes. También ha sido el lugar de encuentros de jóvenes que realizan carreras de autos clandestinas o simplemente para beber alcohol entre amigos.
En octubre de 2015 hubo un festival multitudinario de despedida del puente, una fiesta con ese atardecer de fondo sobre los edificios. No fue suficiente. El martes por la noche, cientos de personas acudieron a una concentración espontánea a hacerse por última vez esa foto cuando se corrió la voz de que el puente iba a ser cerrado para siempre. Aparecieron por allí autos de colección de la cultura lowrider de los chicanos de los 50. La gente cortó el tráfico y tuvo que intervenir la Policía.
Una demolición anunciada
El puente fue construido en 1932, en plena expansión optimista de una ciudad que nadaba en petróleo y celuloide. Tiene 1.066 metros de largo, y es el más largo de la ciudad, una de las joyas arquitectónicas de Los Ángeles. Ocho décadas después este ícono de la ciudad está herido de muerte.
Tiene una enfermedad en el cemento que lo hace excesivamente frágil para una región sísmica como el sur de California. Los expertos calculan que tiene el 70% de posibilidades de ser destruido en un terremoto fuerte, que tarde o temprano ocurrirá. En 2011, la ciudad decidió que la única solución era un puente nuevo.
La demolición tardará nueve meses. El nuevo puente no estará abierto hasta 2019. Las obras costarán $ 449 millones, que la ciudad ha conseguido de fondos federales y estatales.
El nuevo diseño fue realizado por HNTB y Michael Maltzan Architecture y seleccionado en un concurso internacional. Tendrá 10 pares de arcos iluminados por la noche, carril ciclista y un centro de arte en su interior. Es distinto. Preguntado el ingeniero jefe del Ayuntamiento, Gary Lee Moore, si alguna vez contemplaron reconstruirlo tal cual, contestó: “Si tuvieras que rehacer tu casa después de 85 años, ¿la harías igual?”. Sus autores aspiran a que el nuevo puente sea un ícono de la ciudad, como el anterior.
Entre los estudios necesarios y el concurso internacional para el nuevo diseño llegaron el miércoles último para comenzar las obras.
Por la mañana, el alcalde de la ciudad, Eric Garcetti, dio una rueda de prensa a pie de puente para explicar las consecuencias para el tráfico. La autopista 101 que cruza todo el centro de la ciudad y pasa también por debajo del puente tendrá que ser cortada entre los próximos 5 y 7 de febrero, por lo que ya se prevé el lío de tráfico que provocará la operación.
En unas obras parecidas se acuñó el ‘Carmageddon’, a veces se habla de ‘Jamzilla’; cuando el presidente viene a la ciudad y hay que cortar todas las calles por las que pasa se habla de un ‘Obamageddon’.
En esa rueda de prensa estaba también el concejal de la zona, José Huizar. “El puente de la calle 6 era una visita en sí mismo”. El concejal creció en Boyle Heights, el corazón chicano de Los Ángeles, comunicado con el progreso a través precisamente de estos puentes. Huizar recordó que de niño lo cruzaba en bicicleta por la mañana para recoger el taco de periódicos que luego repartía por su barrio. “El puente representaba esperanza y oportunidad para mucha gente”.
El acto del alcalde para explicar las obras era una convocatoria optimista, de mirada hacia el futuro, de renovación de la ciudad. “No puedo esperar a volver dentro de unos años a cortar la cinta”. Pero el concejal Huizar, al saludar a los equipos de las obras, preguntó medio de broma: “¿Por qué está todo el mundo tan triste? Seguramente cuando vean al nuevo todos lo amarán y se grabarán más filmes”. (I)