El sonido tic tac acompañaba el movimiento de brazos de derecha a izquierda de los asistentes al show de los hermanos Dimitri y Michael Thivaios conocidos en la música electrónica como Dimitri Vegas and Like Mike, que se realizó el pasado  25 de abril, en el Estadio Camilo Gallegos, como parte del Salinas Music Fest 2015.

Ese sonido dio paso a uno de sus temas más conocidos, Tremor, que provocó que la gente saltara eufórica. Entonces Dimitri paró la música y Mike dijo en inglés si querían experimentar algo del Tomorrowland. Todos gritaron sí. Mike, parado sobre la mesa de la consola, dio indicaciones en español para que las tres localidades: Madness Box (los que estaban más cerca de la tarima), Golden y VIP, crearán un  círculo vacío en medio, el conocido Mosh Pit.

Contó hasta 5 y todos abrazados se juntaron en el centro brincando, girando, levantando los brazos, en medio de risas. Después Dimitri desde la consola gritó un “Siéntensen cabrones”, lo cual uno a uno fue haciendo al ritmo de la música. Una vez abajo, Mike dijo que saltaran y nuevamente la locura se apoderó del público al realizar otro mosh como los que los Djs hacen en el Tomorrowland y que hasta ese entonces, la mayoría solo había visto en videos por internet.

Valió la pena una experiencia así para muchos dancers (fans de este género musical) que viajaron varias horas en bus e hicieron trasbordo para llegar al balneario, esperar desde la mañana afuera del recinto, sentados en el piso y soportando sol y calor.

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Así les pasó a Anahí Valdivieso, (18 años) y Jhoan Peralta (17), quienes viajaron 12 horas desde Loja. Ella arreglada con una corona de flores, shorts, y ambos con camisetas con el nombre del dúo belga y zapatos deportivos, contaron emocionados que jamás pensaron en verlos en persona. Valdivieso expresó que de hecho, uno de sus sueños era verlos el próximo año en el Tomorrowland, el festival de música electrónica más grande del mundo que se realiza anualmente en Boom, Bélgica.

A los cerca de 8 mil asistentes no les importó ingresar al estadio una hora después de lo previsto (18:00), los estrictos controles policiales, la venta de agua y bebidas energéticas entre $ 3 y $ 5, o esperar alrededor de 7 horas para escuchar y ver por una hora al dúo belga. Según Danny Galarza, conocido en el mundo de los dancers como Danny Hopper o el joven que se viste de marino, hubo algunas cosas que no le agradaron del festival. Entre esas, el trato agresivo de varios gendarmes con las personas de VIP, que algunos teloneros nacionales tocaran el mismo ritmo durante la hora que les correspondía, que el escenario fuera más hierros que pantallas y que los artistas principales solo tocaran una hora.

Los teloneros nacionales engancharon al público. Desde Chincha con Ricardo Paz, Héctor Brocell y Fernando Heredia, del programa radial AlfaMix; Canesa, el trío D Playground, todos ellos con sus listas de electro house y progressive y algunos temas ya clásicos del EDM (Música Electrónica Dance, en español), pasando al techno del dúo Drop Noize, y Wagner (el conocido Jota del ex reality Escuela de Famosos).

La antesala de Dimitri Vegas and Like Mike fue la pinchadiscos australiana Stacie Todd que con su carisma, el gesto de un corazón hecho con las manos, sus múltiples besos volados y buenas mezclas de EDM, encendió al público que ya lucía cansado pero que, sin embargo, no dejó de bailar hasta que aparecieron los hermanos belgas.

Esas 8 horas de música y energía al final dejaron su efecto en el público. Salían del Camilo Gallegos adolescentes, jóvenes y adultos como una procesión de zombies en busca del afterparty, en el Malecón de Salinas, para alargar un poco más la sensación de euforia que Dimitri y Mike dejaron al despedirse mostrando la bandera tricolor en sus manos y proyectada en las pantallas del fondo y de la consola. No faltó quien aún coreaba la barra de los shows de electrónica: “Oooh, eeeh, oooh, eeeh”. (I)