Sonaron los primeros acordes de ‘El cantante’ cuando ya marcaban las 21:00 en Barricaña. Al son de “los mejores pregones” de Héctor Lavoe, el salsero guayaquileño Gustavo Enríquez daba inicio al show con una frase al ritmo de ese clásico: “Lo mejor del repertorio a Fernando Artieda voy a dedicar”.

La noche del jueves hubo ambiente de fiesta en ese lugar. Con casa llena, el bar de los bohemios ofreció una jornada musical a propósito del Tercer Festival de Canción y Poesía, en memoria de ese periodista y poeta guayaquileño que dejó este mundo el 15 de abril del 2010.

Antes de que Enríquez suba al escenario, en una pantalla gigante se presentó -en vídeo- una reseña de este personaje. La editó su hijo, Lenin, quien sigue su particular legado periodístico en el canal que un día fue la casa de Fernando, Ecuavisa.

A decir de Lenin, su padre siempre “la tuvo clara. Supo que en el principio era el verbo y que en el final también. Que en el camino entraban el sustantivo, el sujeto, el artículo, el pronombre… la palabra como instrumento, como un hacha”, de esta manera desplegó en audiovisual el discurso que preparó para su progenitor el día de su partida, con extractos de su trayectoria.

Fernando Artieda comenzó en el periodismo antes de que empezara la televisión, recuerda su hijo, quien lo trae a la memoria como un profesional plural y equitativo antes que objetivo e imparcial, que fue reconocido entre su gente como aquel reportero que daba las noticias como poeta. Para Lenin, su padre acariciaba con la palabra, y le llegó a la gente porque siempre le habló en su mismo idioma.

Aquí una muestra de esta aseveración: “En el café de los intelectuales la cosa se estaba poniendo kafkiana / cuando pasó Carebandido y les dijo que qué Gabo ni la gaver’s / ¿no ven que se ha muerto el man? / ¿Cuál man? ¿Cuál man?, preguntaron los desenchufados / y Carebandido -con esa dignidad característica de los ladrones de barrio y los poetas: / ¿Cuál man más va a ser pues, gil? ¿Habrá algún otro más bacán que Julio Jaramillo?”.
Esos versos los inmortalizó Fernando en ‘Pueblo, fantasma y clave de Jota Jota’.

Esa noche en Barricaña su hija Renata los desempolvó de la eternidad para volverlos a la vida, en el escenario, con un público que esperaba ansioso la oración de la resignación con que Artieda pretendió hacer más llevadera la muerte del Ruiseñor de América en ese poema: “Ahora solo nos queda Barcelona…”. Entonces se prolongaron los aplausos.

La obra de Fernando y la salsa de Gustavo Enríquez combinaron a la perfección en esa noche de poesía y canto, que dejó claro que la diversidad cultural no reconoce diferencias en el mundo de quienes aman el arte local, pues el público que llenó en su totalidad Barricaña era de edades diferentes.

Se podía ver a jóvenes con pinta de universitarios, a hippies del nuevo milenio, a ancianos adormecidos en las sillas de madera y a oficinistas enternados dispuestos a disfrutar de una jornada artística que se anunció en primera instancia a las 19:00.

El show se prolongó durante hora y media. Enríquez puso a bailar a algunos gracias al excelente sonido que le otorgaron el teclado, los tres vientos, las percusiones y el bajo, que tuvo como estrella al reconocido Jefe Vergara.

A decir de un presentador, Barricaña fue un refugio para Fernando Artieda, pues este llegaba hasta allí de cuando en cuando para dar rienda suelta a la rima.

Los vasos de cerveza bailaban sobre las manos de meseros acalorados que no se alcanzaban para atender a todos. Se pudo reconocer, entre otros personajes, a Eduardo Salvador Moro, un rockero vieja guardia de la urbe; al salsero Adolfo Olivares y al músico Eddy Conga, quien subió un instante al escenario para acompañar a Enríquez.

‘Ausencia’, ‘La murga de Panamá’ e ‘Idilio’ estuvieron en el último bloque de canciones del artista. En un momento, Olivares subió a la tarima para, al ritmo de la salsa, ponerle su toque a la noche:  “Ahora q no estás con nosotros, poetas como tú hacen falta. (...) En el blanco, en el negro, en el cholo en el indio, el hombre de las letras jamás morirá”, dijo el artista mientras casi todos se pegaban el trago por el Artieda ausente.

ENTÉRATE

Fernando Artieda ejerció el periodismo por más de cuatro décadas en los diarios La Razón, Expreso, Meridiano y Hoy.

En televisión trabajó en los canales Ecuavisa y RTS. Además, fue jefe de prensa en la Presidencia de Abdalá Bucaram. Otra de sus facetas fue la de escritor.