Amanda Vizén se muestra extrovertida durante la plática, mientras charrasquea las cuerdas de su guitarra negra de palo. De hecho, rompe el hielo con un “siempre me dicen que es arriesgado hacer un disco de covers ecuatorianos”. Una especie de respuesta anticipada a lo que otros opinan sobre su propuesta.

Tampoco pasa inadvertida con su look descomplicado, el cual consiste en una blusa ajustada, falda corta, gafas, cabello corto en el que resalta un mechón, y lo más llamativo: los colores en el lado izquierdo de su pecho, a punta de tatuajes.

La cuna de esta cantante de 24 años estuvo marcada por la ideología de izquierda y por las canciones de Silvio Rodríguez, Nicanor y Violeta Parra, entre otros autores.

“Recuerdo que en las reuniones familiares interpretábamos de todo, canciones de Mercedes Sosa. Eran tertulias que terminaban con el Hasta siempre Comandante”, relata la cantautora.

Para ella eso marcó su gusto por la música con lírica social. Se considera independiente y afirma que no se deja llevar por “las mareas de la música moderna” que en su adolescencia bombardeaban en su entorno, “como a la mayoría”.

Esta costumbre determinó también el trabajo musical que haría en el futuro, y su primer fruto: ‘Pasados imperfectos y otras excusas’, el disco que presentó el pasado jueves en el Auditorio de Las Cámaras.

El show contó con la participación de músicos, como José Luis Vergara, Agni Durden, Diego Lascano, Edwin Vásconez, Ibo K Payne, Álex Vor y Gabela y la banda ecuatoriana Esto es eso.

El álbum es una recopilación de nueve canciones ecuatorianas contemporáneas de autores como Hugo Idrovo, Can Can y Guardarraya, de quienes la intérprete y también comunicadora social se confiesa una fan.

“Admiro mucho a los artistas ecuatorianos independientes. Es más, creo que hay gran variedad de talento en Ecuador”, asegura Amanda, quien se coloca sus gafas oscuras y acomoda los tirantes de su blusa como una especie de coqueteo con sus tatuajes.

Sostiene que las expectativas externas de la producción de este disco no eran alentadoras, puesto que hay una premisa que acompaña a la música nacional: “No hay espacio”, algo que no la detuvo pese a que el disco está compuesto por ‘covers’. Para Amanda es como un tributo a la música con la que se nutrió desde su infancia.

“A mí me enseñaron a ser libre, por eso creo que este es un primer paso para mi carrera”, refiere la cantautora, quien también es madre desde hace dos años. Este aspecto de su vida la ha llenado de alegrías y de experiencias que plasmará en su próximo trabajo discográfico, en el cual se podrán escuchar temas de su autoría.

“Yo quería ser madre y este hecho me ha abierto los sentidos”, reitera. Asimismo, relata que una de sus canciones favoritas y que ha dedicado a su hijo es ‘Vestirás mi pantalón’, de Jaime Guevara.

Revela que es por la imagen de su niñez en la que ella usaba los pantalones de las pijamas de su padre, esto es para sentirse más grande.

La idea de que su hijo siga los caminos que ella le prepare la llena de expectativas y -según dice- es por lo que se lo imagina con sus pantalones. Es una alegría que se traslada a su lírica.

Amanda también se ha vinculado con el teatro, la literatura y la comunicación. Se describe como una mujer en constante búsqueda y creación. Una mujer incapaz de quedarse quieta, sobre todo a la hora de hacer música.

“Siempre quiero aprender más, además es un legado que se deja a un hijo”, sentencia la artista quiteña.

Dice que “el título del disco tiene mucho de las realidades de los seres humanos, los pasados imperfectos que llevamos a cuestas. Las excusas que ponemos para hacer o no hacer algunas cosas -quizá dejar de buscar la ansiada felicidad- escenarios que marcan la naturaleza humana y las relaciones con los otros”.

Amanda Vizén aprovecha todos los recursos posibles para difundir sus ideas musicales. Eso se refleja con ‘Escopolamíname’, un tema que suena en la plataforma digital Soundclouds y que tiene más de 7 mil visitas. Pero esa es otra historia.

Es la antesala de su disco de inéditos

La artista mira su disco como el primer paso a una trayectoria que empieza con un tributo.

Su siguiente álbum tendrá canciones ya de composición propia, un trabajo que prepara para darse a conocer también como compositora dentro de la música contemporánea.

No se define en el género que compone, pues se siente libre de hacer de la música los necesario para ser feliz.