Este viernes es el último día en el que los microblogueros chinos, usuarios de redes sociales como Weibo (Twitter chino), podrán publicar sus comentarios en la red sin temor a represalias, pues desde mañana, sábado, sus cuentas quedarán parcialmente bloqueadas si no dejan atrás su anonimato.
Ya sea mediante su número de teléfono móvil o el  de su carné de identidad, los 260 millones de usuarios de Weibo deberán  "verificar" sus cuentas en esta red social para poder seguir teniendo  activos sus perfiles.
 Los datos no serán públicos, aunque sí serán conocidos por los administradores del microblog más popular de China, perteneciente a Sina.com, así como por el Gobierno de Pekín.
 Hasta ahora, los microblogueros eran libres de escoger el nombre que  utilicen en la red y no tenían por qué aportar información real para  usar sus perfiles en estas redes sociales que, en China, puede suponer graves represalias.
 Varios presos políticos chinos cumplen condena por desvelar  injusticias en Internet o pedir mayores libertades, como el Premio Nobel  de la Paz 2010, el intelectual Liu Xiaobo.
 Para los  activistas de derechos humanos, esta medida es un paso más en la  trayectoria gubernamental de control del espacio digital que se agudizó  hace precisamente un año, cuando jóvenes chinos salieron a la calle  animados por sus predecesores árabes en la bautizada "Revolución del  Jazmín", sofocada por las autoridades.
 La nueva norma,  anunciada en diciembre por el Gobierno, conlleva un mayor control sobre  los usuarios más activos y populares (con más de 100 seguidores) en  Weibo, cuyo funcionamiento es similar a Twitter (la red más popular en  el resto del mundo, censurada en el país asiático).
 A estos  famosos usuarios se les exige un mayor número de requisitos para  verificar sus cuentas, además del número de teléfono y el del carné de  identidad, oficialmente como medida de transparencia que puede atraer  mayores ingresos publicitarios.
 Sin embargo, el anuncio es  visto en la red como la pérdida de una de las últimas libertades de  expresión de las que disfruta la población china en los servicios de microblog, donde habitualmente se divulgan opiniones e información censurada en la prensa oficial.
 "Es un ataque a la libertad de expresión, pero favorece la vigilancia  del gobierno sobre Internet", comentó a Efe Qi Guanyu, un chico de 24  años que trabaja como diseñador gráfico y que utiliza Weibo desde 2010  para informarse.
 En ello coincide Pan Xiang, un joven veinteañero que habitualmente utiliza el servicio de microblog para quejarse.
 No es el caso de Li Zhi, agente inmobiliaria, y Huan Qiang, dedicada  al comercio exterior, a quienes no les importa registrar su identidad  real, ya que, dijeron, no lo utilizan "para nada malo".
 A pesar de que la empresa china cree que la nueva medida no provocará una pérdida de usuarios, algunos  microblogueros sí alertan de que abandonarán Weibo o, dejarán de  utilizarlo a diario.
 El nuevo requisito del microblog se pone  en marcha dos días después de que el primer ministro chino, Wen Jiabao,  advirtiera de una nueva Revolución Cultural si no se acomete la reforma  política para paliar las desigualdades sociales y la corrupción del  sistema.
 Con sus palabras, Wen se hizo eco del descontento que  originó que las protestas se multipliquen por diez entre 2003 y 2011 en  China,  siendo este último el año más represivo desde comienzos del 2000, según  una organización de derechos humanos con sede en Hong Kong.
 Y  es que el país con más internautas del mundo, 513 millones según datos  de diciembre, cada vez lo tiene más difícil para comunicar sus opiniones  en la red.
 A la censura actual de los buscadores  occidentales, se añade hoy la exposición pública de los usuarios de  Weibo, un espacio que, hasta ahora, era visto por muchos como "una rueda  de prensa sin fin", por la continua ebullición de información.
