Expertos informáticos de la Universidad de  Ulm, al sur de Alemania, han descubierto un grave fallo de seguridad en  el sistema Android de Google que utilizan teléfonos móviles inteligentes  y tabletas que permite ataques malintencionados a sus propietarios.
 La agresión externa puede producirse en el momento en el que el  usuario utiliza un sistema inalámbrico "w-lan" de acceso a internet  público o abierto y permite al atacante acceder a su agenda personal, su  lista de contactos o fotografías almacenadas "on-line".
 La  edición digital del semanario Der Spiegel informa hoy de que el grave  fallo de seguridad en el sistema Android, que podría afectar al 99 por  ciento de sus usuarios, ha sido descubierto por el equipo "IT-Security"  de la Universidad de Ulm que dirige Bastian Könings.
 La brecha  permite al atacante incluso "asumir la identidad del usuario para  acceder a los servicios personales" de Android y acceder tanto a su  agenda como a su lista de contactos u otros datos que haya confiado al  sistema Android.
 Könings subraya en "Spiegel Online" que un  ataque así es muy sencillo, ya que "no hace falta ni tener estudios" y  abre las puertas tanto a "stalker" como a criminales que, por ejemplo,  desean saber cuando alguien está ausente de su vivienda.
 Explica que el atacante no tiene mas que abrir un sistema inalámbrico  "w-lan" y atribuirle un nombre frecuente de red como, por ejemplo,  "FreePublicWifi" que habitualmente utilizan cadenas de cafeterías o  salas de espera de aeropuertos.
 Todo móvil con sistema Android  que se encuentre en el radio de acción de ese "hot spot" y ha accedido  anteriormente a una red del mismo nombre se registrará de manera  automática en el nuevo sistema de "w-lan" abierto y gratuito sin que su  propietario ni tan siquiera se dé cuenta.
 El atacante podrá  entonces, una vez que se sincronicen la agenda y las aplicaciones de  contactos y fotografías con los servicios de Google Cloud capturar  absolutamente todos los datos, incluso determinados registros de  autentificación, los llamados "tokens".
 Estos últimos se  mantienen durante "un máximo de dos semanas" inalterados, explica  Könings, y el atacante que accede a ellos puede libremente manipular a  su gusto la agenda, lista de contactos o las fotografías "on line" de su  víctima, capturando su contenido o introduciendo incluso nuevos  archivos.
 "Spiegel Online" señala que Google fue advertida  hace ya un tiempo por Könings del fallo de seguridad, que actualmente  verifica, aunque no ha querido hacer declaraciones al respecto a los  redactores del servicio de la revista por internet.
