Alfredo Ruperti, de 38 años, tiene 20 consolas de videojuegos, de diferentes marcas, que guarda como un tesoro, desde su niñez, en vitrinas y en cajas.

Hace cuatro años empezó a coleccionar cartuchos clásicos y diferentes artículos de los personajes Mario Bros.
Una de sus más recientes adquisiciones fue la versión mini de Nintendo NES Classic, por la que canceló $ 70 y de Super Nintendo  Classic (SNES).

Precisamente, desde 2016 empezó una tendencia de fabricación de juegos para ese público que hoy es adulto y los usaron cuando eran niños.

La empresa japonesa empezó a fabricar esa consola de la década del 90, mientras que Sony no quiso quedarse atrás y presentó al mercado una versión portátil de su clásica PlayStation de 1994. Ambas compañías apelaron a la nostalgia de los exniños y ahora adultos.

Ruperti expresa que cuando volvió a presionar los botones de las palanca gris recordó olores de su época y “viajó” a su niñez de 7 años.

“Me crié con Super Mario Bros. Fue como mi profesor de inglés porque las instrucciones estaban en ese idioma”.

María Béjar, docente de la carrera de mercadotecnia en la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, explica que el resurgimiento se debe a que los directores de marketing de las grandes organizaciones apelan a conceptos vinculados a lo racional y a lo emocional.

Las campañas publicitarias -añade- tienen mayor éxito cuando se dirigen a los sentimientos de los seres humanos. “Esto se conoce como marketing de nostalgia”.

Rememora pasajes de felicidad de las generaciones pasadas. “Se aseguran las ventas”.

El relanzamiento de la cámara Polaroid -con fotos instantáneas- que se usaban en 1980 y el futuro relanzamiento de la consola Atari en dos versiones clásicas se suman a esa tendencia retro en el mundo. Natalia Escandón es una guayaquileña que analizó en su trabajo de titulación la moda retro de los videojuegos.

En una encuesta que efectuó a 385 personas adultas, el 80% le respondió que la nostalgia es una de la razones que lo mueve a volverlo a jugar Nintendo (NES), Atari y Supernintendo.

Escandón asegura que en los últimos dos años la moda retro de consolas ha tenido mayor aceptación.

“Es un regalo de moda para Navidad para los adultos que usaron este artefacto”. Este grupo etario ahora tiene el poder adquisitivo y cuando ve el producto retro lo compran. “Tienen tiempo para volver a jugar y recordar su niñez o adolescencia”.

Héctor Martínez, de 32 años, espera ansioso el lanzamiento del Nintendo 64 mini, con palanca con forma de tridente.
Para él, este es un artefacto de colección, pues fue una de las consolas más populares entre los adolescentes en la década del 90. “Recuerdo cuando jugaba Mario 64 y Kin Jong 64”.

Alfredo Ruperti tiene una colección de consolas clásicas que son de origen chino y americano (foto).

La primera versión se comercializó en eBay y Amazon en $ 70. Algunos jóvenes los compraron y los revendieron.

Para Fernando Ruiz, influencer de videojuegos y tecnología, los usuarios de las consolas NES o SNES sienten la necesidad de volver a los 8 y 16 bits de infancia.

Julio Cantos, vendedor de un local distribuidor del norte de Guayaquil, comenta que hicieron un nuevo pedido, ya que se agotaron. En diciembre ya han expendido el 90%.

Los compradores -señala- tienen de 30 años en adelante. “Incluso el hijo de un señor de 70 lo compró para la persona de la tercera edad”.

Aunque hay jóvenes como Ariel Burgassi, de 18 años, que desea una consola mini. Los primeros videojuegos que conoció fueron las versiones clásicas de Mario y Donkey Kong.

Para Béjar, la diferencia de Sony con Nintendo está en que esta última consiguió más aceptación por tener personajes transnacionales como Super Mario Bros. (I)