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Los yachaks son portadores de la sabiduría y el poder

Las ceremonias de sanación por lo general son realizadas por un yachak, quien posee la sabiduría que le han transmitido sus ancestros y los espíritus.
Las ceremonias de sanación por lo general son realizadas por un yachak, quien posee la sabiduría que le han transmitido sus ancestros y los espíritus.
Foto: Diario El Tiempo
09 de junio de 2020 - 00:00 - Redacción El Tiempo

El yachak es un sabio, un guía espiritual para los miembros de cada comunidad. Heredero de los conocimientos ancestrales y portador de la medicina tradicional, es el encargado de sanar y restaurar el equilibrio para mantener la salud física y del espíritu.

Los yachaks generalmente se forman en la familia, utilizan técnicas y métodos que desarrollaron las distintas culturas milenarias y que se han transmitido por generaciones de padres a hijos.

Luis Enrique Cachiguango, tayta oriundo de Otavalo, en Imbabura, asegura que para ser yachak “se necesitan cualidades”, pues se le atribuye el poder para curar a los enfermos e incluso el de comunicarse con los espíritus.

Según investigaciones del Sistema de Información del Patrimonio Cultural Ecuatoriano, Sipce, los yachaks han desarrollado y aprendido formas de comunicarse con los espíritus, de quienes reciben toda su sabiduría. Ellos les enseñan los secretos de las plantas y las curaciones.

“Había uno al que le decían por sobrenombre Quilluma, que vivía en Arajuno (Pastaza). Quilluma sabía llamar a los espíritus y decía que ellos le mostraban lo que tenía que hacer. Entonces comenzaba a chupar (extraer enfermedad o algo extraño del enfermo)”.

El Sipce recoge este relato de Rucuyaya Alonso recopilado en el libro de la investigadora Blanca Muratorio.

Ser yachak no es simple. Quien llega a serlo recibe este don o poder de otro yachak poderoso que puede ser su padre, abuelo, padrino o algún pariente. En algunos casos se menciona que cuando toman ayahuasca, en las visiones miran quién puede llegar a ser sabio y a partir de ahí empieza la iniciación.

A los yachak que son muy poderosos se los conoce con el nombre de “bancus” y están en un nivel superior, son muy respetados y son los únicos que pueden curar enfermedades que son puestas por otros bancus-yachaks.

Cuando la persona que se ha iniciado se ha convertido en portadora de los saberes ancestrales, puede realizar curas, limpias y demás actividades. Según sus “poderes” se los llama yachak del monte, yachak de una piedra y yachak del río.

Los sabios reciben varias denominaciones. Son llamados yachaks o chamanes y en algunos casos, brujos. Este último término viene del contacto con la sociedad blanca-mestiza y tiene una carga negativa pues se asocia a los yachaks que hacen daños y maleficios de manera intencionada. (I)

Cada pueblo tiene su proceso para la formación de sabios
Cada pueblo y nacionalidad tiene sus propias características, su cosmovisión, su tiempo de formación y sus estilos para la formación de los hombres y mujeres de sabiduría. “No se puede dar una explicación uniforme de lo que ocurre con los hombres y mujeres de sabiduría; no es lo mismo la formación de un tayta o una mama andina que la formación de un tayta huaorani amazónico, o de un tayta manta-huancavilca de la Costa, así como tampoco es igual un tayta tsáchila de Santo Domingo”, subraya Luis Enrique Cachiguangxo, quien aprendió la medicina ancestral de sus abuelos y de sus padres originarios de Otavalo, en Imbabura.

Quienes poseen la sabiduría innata practican constantemente las enseñanzas de sus mayores. (I)

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