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El Telégrafo
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Accesibilidad a webs es un reto de instituciones

Grégory Álvarez, de 28 años, tiene discapacidad visual. Al ingresar a un portal web, él escucha la información gracias a su lector de pantalla.
Grégory Álvarez, de 28 años, tiene discapacidad visual. Al ingresar a un portal web, él escucha la información gracias a su lector de pantalla.
Foto: Miguel Castro / EL TELÉGRAFO
29 de marzo de 2019 - 00:00 - Redacción Sociedad

Grégory Álvarez, de 28 años, lleva siempre consigo los audífonos y la laptop que utiliza cuando visita una página web para realizar sus trabajos de la universidad y otros trámites.

El joven, que estudia la carrera de Derecho, se sienta frente al dispositivo y presiona teclas como el tabulador, o las flechas para saltar de un menú a otro, y empezar su búsqueda.

Grégory no puede ver pero escucha desde sus auriculares una voz robótica que le proporciona la información del sitio al que ingresa, a través del lector de pantalla Jaws incorporado en la computadora. 

También usa su iPhone para encontrar con mayor rapidez lo que busca en los sitios web a los que ingresa.

Al nacer desarrolló retinopatía del prematuro, una afección ocular que le causó ceguera y que lo hace dependiente de ayudas técnicas para  acceder a la información colgada en internet.

Él asegura que puede ingresar a un portal, mas no interactuar como quisiera.

“En la página de mi universidad (privada) hay accesibilidad, pero las autoridades se han reunido conmigo y otra compañera que también tiene discapacidad para mejorarla y hacerla más dinámica”.

En Ecuador existe una  norma técnica para los sitios de accesibilidad web (INEN NT INEN- ISO/IEC 40500) que define una serie de normativas para que los portales de cualquier institución pública o privada cumplan con estos elementos.

De acuerdo al Ministerio de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (Mintel) hay 103 instituciones, de las 117 que conforman la Función Ejecutiva, que sí poseen portales web con características de accesibilidad.

Entre ellas constan: la Presidencia de la República, Mintel, el Servicio de Rentas Internas, ECU-911 y el Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (Conadis).

La cartera asegura que trabaja con las 14 instituciones que aún no han concluido su proceso de implementación, y que se realizan capacitaciones y acompañamiento a dichas entidades a fin de completar el 100% acorde con la fecha límite, el 8 de agosto de 2020.

Con relación a las empresas públicas existen 19 de 24 que  cumplen con la norma. Entre estas instituciones se encuentran Correos del Ecuador, Empresa de Ferrocarriles del Ecuador y PetroAmazonas.

Tatiana Rosero, secretaria técnica del Consejo para la Igualdad de Discapacidades (Conadis), explica que la accesibilidad universal está pensada para que cualquier ciudadano, sea adulto mayor, persona con discapacidad u otro individuo con deficiencia visual o que use lentes, goce de su derecho a informarse.

Con la norma, las entidades están obligadas a tener en consideración algunos criterios de accesibilidad al momento de diagramar o diseñar un sitio web con cualquier formato. Hay tres niveles: A, doble A y triple A.

Para ser considerado un portal con accesibilidad doble A, el mismo deberá tener macrotipos para ampliar el tamaño de las letras, narración, descripción de las imágenes que se suban y audios en cada uno de los apartados.

“También es importante que sea fácil de navegar, con un orden que le permita al usuario moverse de izquierda a derecha, no tener exceso de texto y que los tiempos de narración no sean extendidos”.

Observatorio de Accesibilidad Web del Ecuador
Hace tres años la Universidad Politécnica Salesiana (UPS) diseñó la herramienta inteligente de análisis de accesibilidad web. 

El proyecto, liderado por el ingeniero Cristian Timbi, consiste en una evaluación en cuatro ámbitos: perceptibilidad, operabilidad, robustez y comprensión, para verificar el nivel de accesibilidad.

El portal, que puede ser usado de forma gratuita por las entidades, ha analizado  88 sitios públicos como la Vicepresidencia, Cancillería y las páginas de los ministerios. 

De ese  grupo, 12 obtuvieron más de 80/100, es decir medianamente accesibles.

De acuerdo a Vladimir Robles, coordinador de investigación de la UPS en la sede de Cuenca, son pocas las instituciones que ingresan a este portal para identificar si cumplen o no. “Lamentablemente las instituciones del país, en su mayoría, no usan esta herramienta, pero lo que nos ha sorprendido es que hagan la consulta otras empresas y personas provenientes de Chile, España y Argentina”.

Reconoce también que la página de su institución educativa no es 100% accesible para este grupo prioritario. 

“Hemos hecho críticas para que se realicen mejoras”.

Espera que este año el portal sea más accesible para el grupo con discapacidad visual, auditiva y de otro tipo.

Una persona con ceguera puede tranquilamente ingresar a un sitio, pero al navegar lo hace de forma diferente.

“Nosotros nos ubicamos gráficamente y damos un click, mientras que ellos deben aplastar el tabulador, flechas para saltar de menú, y cuando la página no tiene un orden o una estructura pensada para este tipo de personas se complica su acceso”.

Mientras que los ciudadanos sordos, para acceder a información a través de los videos que se cuelgan, deben contar con intérpretes de señas o tener un subtitulado.

“Las empresas de servicio  siguen preocupándose de un segmento del mercado de personas sin discapacidad y no les interesa el otro grupo”.

Para Wladimir Velasco, del  centro de apoyo para la inclusión de la UPS, otras de las barreras a la accesibilidad son las protecciones para evitar la ofensiva de los bots o robots, también llamados captchas, que son preguntas expresadas en forma de gráficos.

“Piden que el usuario escriba los caracteres que ve en la pantalla o verifique que no es un robot seleccionando las imágenes que coinciden con las preguntas”. (I)

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