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“Snacks” pueden ser dañinos, a pesar de contener compuestos permitidos

“Snacks” pueden ser dañinos, a pesar de contener compuestos permitidos
07 de septiembre de 2013 - 00:00

Los “snacks” o aperitivos que ingieren niños y adultos, en su mayoría, están hechos a partir de vegetales o cereales, pero también contienen sustancias químicas llamadas aditivos alimenticios.

Maltodextrina, dextrosa, menos del 2% de dióxido de silicio (agente antihumectante) y glutamato monosódico (GMS) son algunos de los químicos más utilizados por la industria alimenticia en la elaboración de estos productos.

Leila Prías, docente de Análisis de Alimentos de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Guayaquil, señala que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) es la entidad internacional que determina qué químicos son permitidos o no para consumo humano. Aclara que estos ingredientes sí han sido aceptados por esta organización.

La catedrática explica que la maltodextrina se usa como endulzante artificial y que para la mayoría de las personas es inofensiva. Sin embargo, existen excepciones. “Este químico puede tener efectos negativos en individuos con alergias o afecciones, como los celíacos, es decir personas intolerantes al trigo, maíz, papa o a cualquier alimento de almidón”.

De acuerdo con Prías, la dextrosa es otra forma de referirse a la glucosa, la cual se deriva comercialmente de granos como el maíz, el trigo y el arroz. Se agrega a los edulcorantes artificiales en la preparación.

Los padres de familia deben combinar de manera  equilibrada
los refrigerios de sus hijos en las escuelas
Asimismo, indicó que el caseinato de sodio o caseína -otro de los químicos comunes en los bocaditos- son un tipo de proteína presente en la leche de todos los mamíferos. “También es utilizada como aditivo alimenticio y con propósitos industriales. El organismo de algunas personas no procesa bien la caseína, lo cual se asocia principalmente con problemas gastrointestinales”.

Según la analista de alimentos, la FDA considera seguro el consumo del dióxido de silicio y permite hasta un 2% de su contenido en los productos alimenticios. “A muchos productos en polvo, como las especias y los condimentos, les adicionan dióxido de silicio como un agente que evita que las partículas finas del producto alimenticio absorban  humedad y se formen grumos”.

Prías expresó que todos estos aditivos ayudan a resaltar el sabor, el olor, la apariencia de los productos y no son perjudiciales mientras se utilicen en las cantidades aceptables, incluso para los niños, pero que su  ingesta en menores de un año debe ser controlada, porque no son del todo nutritivos y pueden causar algun tipo de reacción.

“La nicotina de los alimentos”

Sin embargo, la catedrática mantiene una postura en contra del GMS. “Aunque la FDA permita el uso de entre 1 y 3 gramos de GMS por cada kilo del peso corporal de una persona y se utilice para resaltar el sabor de los alimentos, también existe un debate internacional por sus supuestos agentes cancerígenos, por lo cual considero que no debería utilizarse”.

Prías mencionó la enfermedad de Knok o “síndrome de los restaurantes chinos” como consecuencia del consumo excesivo de esta sustancia en los snacks. Este padecimiento se manifiesta por sensación de ardor en los brazos, rostro o tórax,  adormecimiento desde el cuello a los brazos, dolores de cabeza o en el pecho, palpitaciones, somnolencia, dificultad para respirar y debilidad.

“El endocrinólogo e investigador español Jesús Fernández afirmó que el GMS hace ‘despertar un hambre ansiosa’ en un 40% de la población y que por eso él lo considera la ‘nicotina de los alimentos’ y que su ingesta en altas dosis causa obesidad”, añadió Prías.

Porciones adecuadas

Según Birmania Maldonado, jefa del área de Control de Calidad de Industrias Alimenticias Ecuatorianas (Inalecsa), el valor nutricional de estos productos se calcula por porción. “Por ejemplo, en una funda de 45 gramos e incluso en la tabla nutricional que consta en cada fundita, se indica que está calculada cada porción. Si se ingiere esa cantidad, no hay ningún inconveniente mientras las personas sigan las indicaciones”.

Las indicaciones a las que se refiere Maldonado es la forma en cómo los padres deben mezclar los alimentos para armar una lonchera saludable y equilibrada. “En la pirámide nutricional, los snacks estarían incluidos en los cereales, pero deben combinarse con frutas, lácteos, legumbres y hortalizas. Una forma de equilibrar lo que se come es por porciones pequeñas, es decir, una funda si es adolescente o adulto, o si es un niño en edad escolar, media funda, que equivaldría a aproximadamente entre 15 y 20 gramos, más una porción de queso. Además, la grasa que utilizamos en la elaboración de nuestros productos es de origen 100% vegetal, por ende, está permitida para frituras”, afirmó Maldonado.

Sin embargo, la nutricionista Carola Andrade fue tajante al decir que estos aperitivos son tóxicos para la salud de los niños y que algunos padres se justifican diciendo que “no pasa nada”, ya que solo tienen 5 o 10 años. “La hipercolesterolemia (presencia alta de colesterol en la sangre) es una enfermedad relativamente nueva que ahora se da en niños de entre 5 y 8 años, y no es por ingerir grasas porque no comemos la suficiente cantidad para que supuestamente se eleve el colesterol. Otras patologías son la obesidad infantil, producto de consumir muchos alimentos elaborados a base de harina o carbohidratos procesados como el pan, la comida chatarra, los ‘snacks’, y eso va de la mano con enfermedades cardiovasculares, diabetes, anemia, como también  falta de crecimiento”, dio a conocer Andrade.

El papel de los padres

Gabriela Nivela, de 32 años, cambió los “snacks” por cereales, vegetales y proteínas en la lonchera  de Cady, su hija de 7 años. Una nutricionista infantil le enseñó qué  enviarle para mejorar el rendimiento escolar y evitar futuros daños en el organismo.

“Los niños consumen los productos que están en el mercado por la publicidad, pero estos tienen químicos que a la larga producen daños gástricos, caries, problemas de digestión, entre otros. Antes enviábamos a diario a nuestros hijos esos alimentos que les producen primero hiperactividad y luego cansancio”, expresó Nivela.

Según Ángel Mantilla, rector de la escuela fiscal Pedro Arias González, ubicada en Mapasingue Este, en su unidad han trabajado en conjunto con el Subcentro de Salud Nº 24 del mismo sector, para concienciar a los docentes y a los padres sobre qué les dan de comer a los niños.

“Servicios básicos como educación y salud deben ir de la mano. Un alumno bien nutrido rinde en clases. Además, estamos socializando con las personas de los alrededores para que tomen conciencia respecto a la importancia de saberse alimentar”, dijo el director del plantel.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de las 9.000 millones de personas que hay en el planeta, al menos 2.000 son obesas. Asimismo, esta entidad estima que en Ecuador hay una tasa del 8% de niños con sobrepeso, una cifra casi comparable con la de Perú, que es una de las más altas de Latinoamérica.

DATOS

La alimentación “paleo” o paleolítica se fundamenta básicamente en ingerir mucha proteína animal y vegetales, como hacían hace millones de años los ancestros del hombre actual.

En personas sanas, el nivel de colesterol es de 150 a 200 miligramos por decilitro (mg/dl). Para quienes tienen colesterol alto (entre 200 y 240 mg/dl) existe un riesgo elevado de padecer afecciones cardiacas.

La mayoría de los aperitivos que se venden en el mercado ecuatoriano por las compañías Inalecsa y la franquicia Fritolay está elaborada principalmente de papa, verde y maíz.

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