Un puntaje de 972 puntos sobre 1.000 fue lo que obtuvo Bryan Barchi en el último Examen Nacional para la Educación Superior (ENES), efectuado en marzo y que lo llevó a ser parte de los 264 estudiantes del Grupo de Alto Rendimiento (GAR). Este es su boleto para estudiar en una universidad del exterior.

Bryan no se imaginó que la nota obtenida resultaría ser el mínimo para ser considerado entre los mejores puntuados, luego de que la Senescyt decidió incrementar 25 puntos en la calificación, en relación al año anterior. “Me tomó por sorpresa haber pasado raspando el examen, porque creí que la nota era  957/1.000, al final me di cuenta de que ahora los jóvenes se esfuerzan más”, dijo Bryan.

Se trataba de la tercera vez que Bryan rendía el ENES. En las anteriores no alcanzó el puntaje para la carrera que quiere seguir: sistemas computacionales. Hace siete años el joven se convirtió en bachiller. Para rendir las pruebas tuvo que desempolvar sus libros y lo aprendido en el Liceo Cristiano de Guayaquil.

“Estoy seguro de que si este examen hubiese existido cuando me gradué no lo habría pasado raspando, sino que sería mejor. Ahora solo espero el curso de preparación del GAR que haré en Riobamba en agosto”, indicó.

Como Bryan, muchos de los que rindieron el ENES quedaron sorprendidos tras conocer los resultados. Yanira Ocampo, estudiante de la Amazonía, quien también integra el GAR, contó que uno de sus compañeros del colegio pensó haber entrado con ella tras sacar 957. “Fue como estar en una nube y caerse”.

Según René Ramírez, titular de la Senescyt, era necesario el incremento en el puntaje. Explicó que es una política pública de excelencia. “Únicamente el 0,1% de la población, si es que supera las dos desviaciones estándar del promedio, está dentro del GAR. Y lo que hemos visto es que el promedio de la distribución de la población se ha ido ajustando a la distribución teórica. Es muy importante porque esperábamos que esto pase en un tiempo posterior y se dio antes ese aumento”.

Aseguró que no se van a dar más aumentos: “Para 2015 vamos a establecer un valor fijo y absoluto. Esperamos que no exista más aumento en el promedio de la población”.

El 85,64% de todos los aspirantes aprobó el ENES con una nota promedio de 710,9, cuando antes era 685 el mínimo.

La preparación del bachiller

Las tres abanderadas del colegio Dolores Sucre de Guayaquil buscan tras rendir el próximo ENES conseguir ser parte del GAR.

Doménica Bourne, abanderada del estandarte del colegio, comentó que, paralelamente a las clases del colegio, los fines de semana toma un curso intensivo de preparación. Se trata del  preuniversitario Einstein, por el que sus padres pagarán 240 dólares hasta septiembre. Ella piensa estudiar ingeniería ambiental o economía y reconoce que lo más difícil es el razonamiento verbal.

Algo parecido le ocurre a Brigitte Beltrán, quien porta la bandera de Guayaquil. Admitió que organizar oraciones, las preposiciones, los sinónimos, los antónimos y tener un vocabulario extenso no son su fuerte.

Por eso tiene entre sus planes tomar un curso los fines de semana para afianzar conocimientos. “Estar segura de lo que sé me permitirá sacar mejores notas”, dijo la joven que aspira a estudiar traumatología.

La rectora del plantel, Pilar Miño, indicó que uno de los ideales de las chicas y chicos es estar en el GAR. Este año agregaron al pénsum en sexto de bachillerato la materia de Lectura crítica. “Esto va a permitir que las estudiantes vayan mejor preparadas y que tengan mejor reforzamiento”, manifestó.

Ariana Rivera, abanderada del Ecuador, quiere estudiar biología molecular. “Aquí no hay esa carrera, solo en la Universidad Católica, quiero dedicarme a la prevención de las enfermedades. Por eso debo esforzarme al máximo y alcanzar la beca porque quiero estudiar en Oxford”. De no alcanzar un puntaje alto en el ENES, tiene un ‘plan B’: estudiará economía.

“Pienso inscribirme en el curso del preuniversitario que toman mis compañeras; además de las tutorías en el colegio y leer libros. Aquí hay niñas que saben bastante. Las mujeres somos muy inteligentes”, afirmó.

Alan Márquez, abanderado del colegio Vicente Rocafuerte, expresó que antes de que se formara el GAR ya soñaba con estudiar una carrera en el exterior y buscar la manera para hacerlo realidad. Hoy sueña con cursar nanotecnología y ser parte de la Universidad Yachay.

Ve como una oportunidad ingresar al GAR para cumplirlo. “Quiero lograr un alto puntaje y sé que tengo la actitud para alcanzarlo”. Según el joven, internet es su aliado para resolver problemas  matemáticos. De esa manera se prepara para lo que será el próximo ENES, donde tiene claro que los puntajes serán más exigentes.