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El periodismo ciudadano a la vanguardia

El periodismo ciudadano a la vanguardia
Manuel Cabrera / El Telégrafo
14 de febrero de 2021 - 00:30 - Fausto Segovia

Es periodismo participativo, periodismo 2.0 o periodismo de la calle. La idea central es que los propios ciudadanos se conviertan en informadores. En ciertos países el periodismo ciudadano es un movimiento cuyo ejercicio está amparado en los derechos humanos. Informar y transmitir información es una garantía constitucional y legal. ¿Cuáles son sus alcances y límites?

El periodismo ciudadano –aunque sus raíces están en las radios populares de los años sesenta- nació de la mano de la Internet, como una herramienta de comunicación comunitaria. Surgió en la década de los noventa, y se ha fortalecido a partir de los dos mil con las nuevas tecnologías. También se denomina periodismo 2.0 por el uso generalizado de los blogs y bitácoras, por medio de los cuales los ciudadanos exponen libremente puntos de vista sociales, culturales, económicos, deportivos y científicos y de otra índole.

Medios digitales

Los medios comunitarios fueron –y siguen siendo- las raíces del periodismo ciudadano, con un objetivo concreto: la educación popular, a través de la radio. Nadie olvida a Radio El Prado, en la ciudad de Riobamba, que fue fundada el 27 de febrero de 1925 e inició transmisiones oficiales el 13 de junio de 1929, convirtiéndose en la primera estación de radio instalada en el Ecuador. También, en la misma ciudad, cabe recordar el proyecto radiofónico de monseñor Leónidas Proaño, promotor del sistema de radios populares, anclado al programa de alfabetización.

El primer proyecto de periodismo ciudadano digital surgió en Asturias, España, en 2005, por iniciativa de Juan Vega, periodista. Hoy, esta plataforma web cuenta con 500 mil páginas y 50 mil usuarios. Desde el principio, la finalidad del periodismo ciudadano fue convertirse en un instrumento de la libertad de expresión, frente la tendencia tradicional de la comunicación mercantilizada.

Los blogs como alternativa

“Blog” es una contracción de las palabras en inglés “web log”, que en español significan bitácora web. Y pronto aparecieron otras palabras derivadas: “bloguear”, bloguero”, “bloggroll” –enlaces importantes- y “blogósfera”, que se refiere al ciberespacio.

Con el apoyo de las tecnologías digitales, los blogs aparecieron y su éxito fue rotundo. El origen técnico de los blogs se halla en los tableros de anuncios o BBS (Bulletin Board System), conectados a líneas telefónicas, que permitían a los usuarios leer noticias, descargar documentos y datos. Su creador fue Ward Chirstensen, en 1978. Pero el origen del blog actual data del denominado web log diseñado por Justin Hall, en 1994, a través del enlace links.net, aunque otros consideran a Dave Winer, como el primer bloguero de la historia en 1997, con Scripting News, que consistía en “anillos” web donde se presentaban varios diarios en línea.

Según los historiadores, en 1660, en Alemania, nació el primer periódico del mundo -el “Leipziger Zeitung”-. Y en el Ecuador, por obra de Eugenio de Santa Cruz y Espejo, circuló “Primicias de la Cultura de Quito”, el 5 de enero de 1792, con el auspicio de la Escuela de la Concordia.

En la actualidad se reconoce 4 tipos de blogs: personal, microblogs, corporativos y educativos. En general los blogs no están administrados por profesionales. Sus características esenciales son: la multimedialidad (textos, videos, imágenes e infografías); hipertextualidad (navegación personalizada); interactividad (ayuda a seleccionar, personalizar y participa en la creación de conocimientos); y, conserva identidad (deja la identidad del bloguero abierta al público, lo cual genera confianza).

He tenido el privilegio de ser bloguero. Mantuve durante años un blog denominado “La Silla Vacía”, en otro medio de la capital, cuyo contenido todavía puede revisarse.

Breve historia del periodismo

La historia del periodismo es fascinante. El periodismo clásico nació en la calle con Sócrates, quien divulgó el conocimiento oral –los saberes-con sus estudiantes. Pero mucho antes los sumerios, a través de las tablas o cuñas de adobe –inscripciones sobre arcilla- transmitieron la cultura escrita; los chinos, a su vez, fueron innovadores con sus imágenes pintadas sobre vegetales (papeles confeccionados de arroz) llamados papiros. Con el invento de la imprenta –que es un método mecánico para reproducir un texto-, primero en forma artesanal y ahora industrial y digital, trajo consigo en el siglo XV una revolución cultural. Su creador fue Johannes Gutenberg. Hoy, con las nuevas tecnologías, los métodos de impresión y reproducción han cambiado: de los sistemas llamados “calientes” –linotipia- a sistemas “fríos” o digitales.

Según los historiadores, en 1660, en Alemania, nació el primer periódico del mundo -el “Leipziger Zeitung”-. Y en el Ecuador, por obra de Eugenio de Santa Cruz y Espejo, circuló “Primicias de la Cultura de Quito”, el 5 de enero de 1792, con el auspicio de la Escuela de la Concordia.

La ciudadanía ingresa al periodismo

El periodismo tradicional –llamémoslo así- cubrió tres sistemas: radial, escrito y televisado en el siglo XX. Con el advenimiento de la Internet se produjo una revolución que todavía está en marcha: nació, en la década de los noventa el periodismo digital que, al principio, se pensó iba a arrasar con la prensa escrita, pero en la actualidad todavía sobrevive bajo circunstancias difíciles.

En ese contexto, aparece el periodismo ciudadano de la mano de las nuevas tecnologías de información y comunicación –TIC-, que acercaron al ciudadano –antes conocido como público/objetivo- a los nuevos escenarios del conocimiento y la información. La sociedad de la información había nacido.

El tema de la ciudadanía es tan antiguo como el del Estado. Pero en pleno siglo XXI hablar de ciudadanía tiene connotaciones diferentes, pues el recorrido de los sistemas políticos han sido muy amplio y analizado por diferentes teorías, que en ocasiones existe poco espacio para la originalidad.

¿El Estado ciudadano?

Por eso, hablar del Estado ciudadano –de los ciudadanos- que para algunos parece una entelequia o un invento, podría ser una alternativa para construir un nuevo “ethos” político, que no solo acerque el Estado a los ciudadanos sino que el poder sea efectivamente de quienes sostienen el sistema. Un hecho es incontrovertible: el nacimiento de nuevos espacios de participación real en la sociedad y en la solución concreta de los problemas, mediante sistemas tecnológicos: semipresenciales y virtuales.

Las implicaciones del periodismo ciudadano en el devenir del mundo de las relaciones sociales, laborales, pedagógicas, culturales, ambientales y políticas son enormes. Un primer indicio es la incidencia de la Internet y las redes sociales en las movilizaciones y elecciones de varios países. Y el Ecuador es parte del mundo global.

Sus alcances son extraordinarios por el desarrollo tecnológico, pero sus límites –a futuro- estarán dados por las supuestas regulaciones legales y éticas que deberán establecer los propios Estados y las operadoras para respetar y hacer respetar los derechos humanos, en lo que a comunicación e información se refiere. Es que están naciendo nuevos poderes o micro poderes que, de hecho, han comenzado a romper con las estructuras tradicionales de las sociedades. (I)

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