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El Telégrafo
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Los expertos advierten de los peligros

Nicaragüenses consumen peces contaminados con mercurio

Un pescador sale de faena por el lago Xolotlán, en Nicaragua, que es uno de los cinco estuarios más importantes de Centroamérica.
Un pescador sale de faena por el lago Xolotlán, en Nicaragua, que es uno de los cinco estuarios más importantes de Centroamérica.
Foto: AFP
07 de octubre de 2017 - 00:00 - Agencia AFP

Tipitapa, Nicaragua.-

Cansado y demacrado por el desvelo, William Coronado arriba antes del alba con un bote cargado de peces a una fangosa costa del lago Xolotlán de Nicaragua, por cuyas aguas se han visto flotar en los últimos años todas las porquerías que arrojan las ciudades.

“El lago está contaminado, le echan tanta suciedad. He visto pasar una nata de cochinadas: galones, baldes viejos, bolsas en cantidades, toda la suciedad que botan en Managua, es una vulgaridad”, lamenta el pescador, de 56 años, al concluir su extenuante faena por esa laguna.

Coronado pasó 2 días bajo el inclemente sol y los agitados vientos que sacuden en la noche el lago para atrapar 15 docenas de mojarras y unos cuantos guapotes, que venderá a $ 1,3 la docena a una acopiadora del barrio La Bocana de Tipitapa, 25 km en el noreste de Managua.

Su esposa Rosa lo espera en una casa construida con lata y plástico que levantó a 300 metros del lago, donde vive en condiciones de extrema pobreza, como muchos de sus vecinos.

El Xolotlán, de 1.052 km2, es uno de los 5 principales lagos de Centroamérica, junto con el Cocibolca de Nicaragua, Izabal y Atitlán de Guatemala y el Yojoa de Honduras, que tienen diferentes grados de contaminación.

Decenas de pescadores zarpan en medio de la noche en pangas construidas de fibra de vidrio o madera a recoger las redes que arrojan al Xolotlán, fuente de trabajo y alimento para miles de nicaragüenses pobres.

La exdirectora de la estatal empresa de agua, Ruth Herrera, estima que 100.000 nicaragüenses viven cerca de las costas del lago, que bordea los departamentos de Managua y León y en cuyo extremo se erige el volcán Momotombo.

Una de las comunidades vecinas es Bocana de Tipitapa, con más de 2.000 habitantes que dependen, la  mayoría, del lago para sobrevivir: unos pescan, mientras otros acopian o venden los pescados en comunidades y mercados de Managua y Masaya (sur).

“Atrapamos mojarras, guapotes, guabinas, traemos como 20 docenas a diario”, manifiesta Juan Ramírez, de 30 años, antes de partir en su canoa,  con 2 niños, quienes lo ayudan a remar.

La pesca artesanal se extiende a otras comunidades costeras, como San Francisco Libre, La Zopilote, Mateare y Momotombo.

Mercurio tóxico

El Xolotlán, que en 1972 fue epicentro de un terremoto que destruyó Managua, ha sido durante décadas receptor de las aguas negras de la capital, de pesticidas y desechos industriales y metales tóxicos, como el mercurio.

Hace 8 años, el gobierno inauguró una planta de tratamiento de aguas residuales para recuperar el lago con fondos de Alemania y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El proceso redujo la contaminación y disipó los malos olores que emanaban del lago, lo que permitió convertirlo en un atractivo turístico de la capital, en el lado sur.

Un estudio realizado el año pasado por el Centro para la Investigación de Recursos Acuáticos (CIRA) de la estatal Universidad Autónoma de Nicaragua, con apoyo japonés, determinó que las concentraciones de mercurio son bajas en la mayor parte del estuario.

Aún así, especies como el guapote presenta el mayor contenido de mercurio, equivalente a 0,46 microgramos por kilogramo de peso húmedo (ppm), por encima del 0,40 máximo permitido, reveló el estudio. Las mojarras y las guabinas registraron un promedio inferior a 0,25 ppm, mientras que la tilapia tenía menos de 0,02 ppm.

“Puede ser que estos organismos tengan concentraciones bajas de mercurio, pero en un plazo largo sí puede afectar la salud de la población que consume estos peces”, expresó el ambientalista del Centro Humboldt, Jurguen Guevara.

Las autoridades de salud recomendaron a las mujeres en estado de gestación evitar el consumo de guapote para prevenir problemas neurológicos en sus bebés, como retraso mental y de crecimiento asociados al mercurio.

Herrera advirtió que se necesitarán 100 años para limpiar el espacio y que, si continúan lanzando desperdicios, el proceso se prolongará.

Considera que los peces del lago no deben consumirse y que la gente de las zonas costeras posiblemente desarrolla resistencia a ciertas patologías, aunque muchas veces no saben de qué se enferman.

“Nosotros comemos diariamente pescado (del lago) y no nos pasa nada”, sostuvo Ofelia Ramírez, vecina de Tipitapa. (I)

Los comerciantes venden los mariscos capturados en la zona contaminada. Los productos se expenden en los mercados cercanos a Managua. Foto: AFP

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