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119 países tienen leyes contra la violencia de género, pero pocos las aplican

Mujeres ganaron 24% menos que los hombres en 2015

Mujeres ganaron 24% menos que los hombres en 2015
Foto: Internet
28 de diciembre de 2015 - 00:00 - Redacción Sociedad

Guayaquil-Quito.-

Las mujeres alrededor del mundo se quedan más tiempo en la escuela, ahora se casan más tarde y tienen menos hijos, pero aún millones permanecen sin alfabetizar y están atrapadas en la pobreza. Son las reflexiones del último informe anual de las Naciones Unidas sobre la situación de quienes conforman el 49% de la población global.

Si bien este año que casi termina se traduce en logros legales para las mujeres, por ejemplo 119 países ya tienen leyes que castigan el femicidio y la violencia de género, aún existe una brecha difícil de cerrar: las mujeres ganan actualmente 24% menos que los hombres y solo ocupan el 25% de los puestos administrativos, pese a que su contribución al trabajo mundial es del 52%.

Piense por un instante, una mujer en un país del llamado primer mundo, España o Estados Unidos, trabaja hasta 58 días gratis al año, debido a la disparidad en salarios. En América Latina la situación tampoco es mejor. Otro reporte, esta vez del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), asegura que las mujeres ganan 19% menos que los hombres.

Los datos del INEC indicaron en 2009 que el  salario promedio de una madre jefa de hogar era de $ 319,7 mensuales, mientras que el de un hombre jefe de hogar llegó a $ 430,08.

“A pesar de todos los avances, la brecha de participación económica y empoderamiento político entre hombres y mujeres permanece abierta. Solo 59% de las diferencias salariales han sido cerradas”, explican los autores del ranking de equidad de género del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés).

De manera general, ningún país ha cerrado completamente el abismo de género, pero 4 de 5 países nórdicos están muy cerca, con el 80%. Este año Islandia es nuevamente el primer país en conseguir la igualdad de derechos entre ambos sexos, mientras que Yemen repite en el último lugar.

Roberta Morejón es una muestra de la disparidad salarial entre profesionales de distintos sexos. Con 45 años, ella labora en una empresa de fármacos desde hace 15. Es ingeniera química y, aun con dos maestrías de por medio, cuenta que su sueldo no se asemeja a un colega y en similar posición en otra compañía. “Los jefes creen que por ser mujeres no podemos tener igual carga y sueldo”, dice la guayaquileña.

Las mujeres no solo trabajan más en las oficinas

En la Unión Europea, las mujeres se responsabilizan mucho más que los hombres de importantes tareas no remuneradas, como el trabajo doméstico, el cuidado de los niños o familiares.

Los hombres que trabajan dedican de media 9 horas semanales a actividades domésticas o de cuidado (de dependientes) no remuneradas, mientras que las  trabajadoras dedican a ello 26 horas semanales, casi 4 horas al día.

¿Qué pasa cuando trabajan más en casa? Según los datos de la Comisión Europea, en el mercado laboral más de una de cada 3 mujeres reduce sus horas pagadas a tiempo parcial, mientras que solo uno de cada 10 hombres hace lo mismo.

Además, ellas tienden a pasar más tiempo sin empleo, con interrupciones de carrera que después repercuten en sus futuros ingresos y pensiones.

En el país, el 80% de las mujeres realiza quehaceres domésticos frente al 57,3% de hombres que hace esta actividad. De ellas, el 19,1% dedica entre 21 a 30 horas semanales a realizar tareas del hogar, de las cuales 5h30m son destinadas al cuidado de los niños.

La falta de puestos directivos es otra historia de inequidades

Los puestos de supervisión los ocupan de manera aplastante los hombres, y dentro de cada sector ellos reciben promociones con más frecuencia y, como consecuencia, se les paga mejor, según la Comisión Europea.

Esa tendencia culmina en los cargos más altos, ya que menos del 4% de los directores de empresas europeas son mujeres.

Para la administradora del PNUD, Helen Clark, las mujeres sufren desventaja en ambos mundos laborales: en el remunerado predominan los hombres, en el no remunerado -fundamentalmente el trabajo del hogar- lo hacen ellas, que ven así limitadas sus posibilidades de elección.

El PNUD advierte que ellas realizan 3 de cada 4 horas de trabajo no pagado, y a los hombres les corresponde 2 de cada 3.  Dado que las mujeres asumen normalmente el cuidado de los miembros de la familia, es probable que estas desigualdades se intensifiquen a medida de que la población envejezca. Para reducir esta desigualdad, la sociedad necesita nuevas políticas con paridad salarial y permisos parentales remunerados, apuntó Clark, durante la presentación de un informe a inicios de diciembre, que incluyó datos de Ecuador.

El documento  revela que aún existe un marcado desequilibrio de género en el lugar de trabajo y sobre todo en la región, donde Jéssica Faieta, directora del PNUD para la región, dice: “Las mujeres de América Latina y el Caribe se enfrentan al triple desafío de trabajar fuera de casa, cuidar de sus hijos y cada vez más encargarse también de los ancianos, lo que incrementa en mayor medida la carga de trabajo no remunerado que desarrollan”.

En la región, en más de la mitad de todas las empresas, ninguna mujer ocupa un cargo ejecutivo. Los datos del Banco Interamericano de Desarrollo sugieren que las mujeres que ocupan posiciones superiores o de gerencia ganan cerca de la mitad del sueldo de sus homólogos varones. En este punto, Martha Aldaz hace una reflexión de por qué hay tan pocas mujeres en cargos directivos. “Hemos sido criadas con creencias de que, si bien tenemos una profesión, la prioridad es la familia, de allí que elegimos carreras que nos permitan trabajar, pero por sobre todo cuidar el hogar”, indica la doctora en educación.

Ella se desempeñó como docente por 45 años, y luego de cursar una maestría no pudo seguir con el PhD por dedicarse a la crianza de sus hijas. Para ella, muchas veces las mujeres se inclinan por carreras administrativas o de servicios, “consideradas como poco demandantes y con ese currículo es poco a lo que se puede aspirar en una empresa”.

Un dato positivo que se desprende del PNUD es que América Latina es la pionera en la ocupación de escaños parlamentarios que alcanzan el 27% por sobre el promedio mundial, que es de 21,8%. Por ejemplo, en Ecuador, la Asamblea está dirigida por 3 mujeres: Gabriela Rivadeneira, Rosana Alvarado y Marcela Aguiñaga. En el total se ocultan varias cifras de desigualdades en países como Brasil, Paraguay, cuyo porcentaje de parlamentarias tan solo llega al 10%.

La abogada Cecilia Endara, presidenta del Cecim (Corporación Ecuatoriano de Cooperación con la Comisión Interamericana de Mujeres), asegura que no todo ha sido negativo en cuestión de género en 2015. “Creo que en Ecuador por fin estamos ejerciendo nuestros derechos y ya son reconocidos, sí se evidencia una mayor participación política, económica y social”.

Lamenta que el salario entre hombres y mujeres siga siendo una desventaja en el país: “Los sueldos están, pero el acceso a esos mejores puestos es lo que no se consigue, porque se mal entiende que el hombre es el jefe y la mujer la secretaria”.  

Solo para que tenga una idea de cuán lejos están las mujeres de lograr la paridad de género en el campo laboral: de 108 países analizados por la Oficina Internacional de Estadísticas laborales, en solo 3 habrá mayores probabilidades de encontrar a una mujer en puestos directivos y como jefa. Estas naciones son Colombia, Jamaica y Santa Lucía, una pequeña isla del Caribe. (I)

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