Con el fin de colectar fondos para la construcción de un centro médico para la Fundación Cepreme, que trabaja en la prevención del cáncer, se realizó este 30 de junio el primer Pink Nic del año con la participación de más de 10 marcas auspiciantes.

Entre las asistentes estuvieron tres mujeres que luchan a diario contra el cáncer de mama y sus testimonios son la razón del evento.

Una de ellas, Gabriela Rivadeneira, quien fue diagnosticada con cáncer de mama hace cuatro años. Desde entonces, se sometió a más de 24 quimioterapias y 30 radioterapias; hasta que finalmente sus dos senos fueron extraídos.

Ahora, a sus 35 años, acude a chequeos constantemente con la esperanza de que la enfermedad no vuelva y continúa con su vida con mucha fortaleza y valentía. “No veo al cáncer como un castigo, ahora estoy encontrando mi propósito de vida. Yo no tengo mis dos senos, pero tengo mis dos manos, tengo mi actitud y mis fuerzas que son mucho más que eso”, remarcó. Rivadeneira trabaja como bróker de seguros y estudia Desarrollo Humano.

Jenny Cerón padeció la misma enfermedad hace 10 años. Su mayor temor era no poder tener hijos luego de las quimio y radioterapias. Sin embargo, tuvo dos embarazos después del tratamiento que incluyó la extirpación de su seno derecho, y afortunadamente goza de dos niños sanos de 10 y 3 años.

Actualmente continúa en quimioterapias porque la enfermedad alcanzó sus ovarios, pero eso no ha sido un obstáculo para continuar con su vida. “Mi familia ha sido un gran apoyo para mí; mis hijos y marido son mi lucha”, manifestó. Trabaja junto con su esposo en un centro de capacitación técnica en Quito.

“No es el fin, seguimos de pie y con vida”, aseguró Yolanda Cerón, también sobreviviente de cáncer. Hace cinco años una alerta de cáncer de mama fue detectada en un examen de rutina y sin dudarlo tomó la decisión radical de realizarse una mastectomía. “Tenía que sobrevivir por mis hijos, eso me motivó a tomar la decisión”, contó.

Su tratamiento está por concluir, pero está a la espera de unos últimos exámenes que determinarán si la enfermedad llegó o no a su otro seno. “Me está costando, pero tendré que tomar la decisión (de extraerlo), espero tener la fuerza para hacerlo nuevamente”, indicó.

Apoyar psicológicamente a estas pacientes y a sus familias es la misión de la fundación Cepreme que abrió sus puertas hace 10 años, contó su presidenta Andrea Encalada. Su meta para este año es abrir un centro médico para que la atención sea integral. “La prevención puede bajar los índices de mortalidad de esta enfermedad (una de las principales causas de muerte de mujeres en el Ecuador”, apuntó.

Ella misma ha sido testigo de aquello. Desde los 23 años se ha sometido a tres operaciones, pero afortunadamente los tumores encontrados no han sido malignos. Aseguró que “la prevención le permite estar sana”.

Cepreme brinda apoyo psicológico gratuito. Su teléfono de contacto es 2 463 722.

El financiamiento privado es un gran aporte para el funcionamiento de la fundación. Es por eso que desde el anterior año se realiza el Pink Nic, un evento que recauda fondos a través de la venta de canastas ($ 100) con productos que pueden ser consumidos durante un día de campo, acompañado de presentaciones artísticas, sorteos y charlas informativas sobre el cáncer. Este sábado se realizó en el Rancho San Francisco en Quito.

Janet Hinostroza, patrocinadora de la iniciativa, explicó que parte del evento es también contribuir a las marcas participantes con campañas comunicacionales a través de las redes sociales antes, durante y después del evento. “Es una forma de devolverles su inversión”, explicó.

En la primera edición del Pink Nic recaudaron $ 6.000, ahora su meta asciende a $ 100.000, que serán recaudados entre el evento de Quito y en los siguientes que se realizarán una vez al mes en Ambato, Manta, Cuenca y Samborondón hasta octubre. La información para participar está disponible en https://www.facebook.com/pinknic.ec/. (I)