Cristina Samaniego no puede ocultar la tristeza al saber que Sebastián se quedó supletorio en 3 materias: inglés, matemáticas y ciencias naturales.

Reconoce que su hijo es inteligente, pero no le gusta recibir órdenes, y en ocasiones le ha manifestado que las clases en el colegio lo aburren.

“He ido al colegio 2 veces en este año porque no cumple con los deberes y tiene bajas notas en clase. Solamente en historia y geografía tiene excelentes notas porque esas materias le gustan”, explica.

El pasado sábado, en la zona de la Sierra, las clases concluyeron. Cientos de estudiantes de instituciones públicas y privadas se despidieron de las aulas hasta septiembre. Hay quienes aún no podrán disfrutar de sus vacaciones porque se quedaron supletorios.

Joaquín Z. (nombre protegido) deberá dar su examen supletorio de matemáticas en 2 semanas. No obtuvo el puntaje mínimo 7/10.

“No le entiendo al profesor, no explica bien y tampoco hacemos muchos ejercicios en clases”, cuestionó el joven que cursa el bachillerato.

Los resultados del examen SER que aplicó el Ineval en 2014 a los estudiantes de 4°, 7°, 10° y 3° de bachillerato para medir sus conocimientos revelaron que aún hay deficiencias de aprendizaje, especialmente en matemáticas. Además, los estudiantes no obtuvieron la calificación mínima de 700 sobre 1.000 puntos. 

Las matemáticas siguen siendo un dolor de cabeza. Por ejemplo, en el 4° de educación general básica el 25% no alcanzó niveles elementales en esta materia; en 7° año, el 30% presenta esta tendencia. Mientras que en 3° de bachillerato, el 31% de evaluados no domina los números.

Hay resultados más optimistas en las ciencias sociales que las exactas, pues en el tercer año de bachillerato, 90% supera los conocimientos elementales en lengua y ciencias naturales.

Para la profesora de inglés del colegio Ecuatoriano Suizo, Mariuxi Castillo, quien da clases a la sección primaria y bachillerato, considera que hay 3 pilares fundamentales: padres-alumno y profesor. Cuando los 3 grupos están bien complementados, hay buenos resultados.

“Como maestros tenemos la obligación de suplir en cierta medida a un estudiante cuando no tiene el seguimiento en casa, pero lo más óptimo es que funcionen bien estos tres aspectos, también hay que responsabilizar a la familia que no da seguimiento a la enseñanza que reciben sus hijos”, destaca.

Considera que es justo dar alguna oportunidad adicional a un alumno como un supletorio. Sin embargo, no comparte lo estipulado por el Ministerio de Educación que plantea: supletorio, remedial y examen de gracia.

“Se le da tantas oportunidades al estudiante después de no haber aprovechado sus estudios, de no esforzarse, tampoco es correcto (...)”, sostiene la docente.

Cuando hay un problema psicopedagógico de un alumno que termina en supletorio, Mariuxi explica que hay un proceso especial de seguimiento en donde se solicita un examen neuropsicológico y con esos resultados se realiza un seguimiento y de ser el caso se aplican modificaciones a la enseñanza.

La psicóloga Sandra Saltos explica que el rol de los padres es fundamental y el que los estudiantes se hayan quedado supletorio es un signo de poco control de parte de los padres.

“Solo cuando hay consecuencias se dan cuenta que ha habido poco diálogo con los hijos”, sostiene la experta.

Considera que hay que tomar en cuenta las horas de estudio, poner reglas, límites y controles. “No le apuesto al castigo, sino al diálogo, pueden haber ocasiones en que los jóvenes no entienden algo y quizá necesiten la guía de sus padres”.

También hace ciertas excepciones, pues afirma que hay jóvenes muy inteligentes que se quedan a supletorio pues se aburren en clases. “En ese aspecto, los profesores tienen que evaluar su enseñanza y hacerla más proactiva”, apunta. (I)