Un total de 54 universidades (28 públicas, 9 cofinanciadas y 17 particulares) del país fueron evaluadas y recategorizadas por el Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de Educación Superior (Ceaaces). En la categoría A (tanto de estudios de pre como posgrado) se encuentran la Escuela Politécnica Nacional, San Francisco de Quito, la Escuela Politécnica del Litoral, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y la Universidad Andina Simón Bolívar. Cuatro de estos cinco centros se ubican en la capital; solo la ESPOL tiene su sede en Guayaquil.

En el caso de instituciones universitarias como la Central o la Pontificia Católica, que en la evaluación del Conea obtuvieron calificación A, ahora se encuentran en la B.

Según Francisco Cadena, director del Ceaaces, esto no responde a un descenso de categoría (calificación) sino que la evaluación aplicada tiene actualmente parámetros de medición más exigentes y valora más el ámbito investigativo.

“Por ejemplo nosotros hemos visto qué impacto tienen las publicaciones y no solo el hecho de que se haga una publicación”, manifestó.

Reiteró que existe una diferencia con el modelo aplicado antes. “Hemos decidido mantener el mismo tipo de nomenclatura (A, B, C Y D) solo por una necesidad de observar el proceso de cambio. Las letras no necesariamente coinciden con la calificación que habíamos tenido antes con la evaluación del Conea”.

José Figueroa, consejero del Ceaaces, explicó que “no es un problema en el que haya bajado o subido la categoría de universidades sino que aumentó la exigencia del sistema de evaluación”.

El modelo de evaluación que propuso el Ceaaces se basó en 46 indicadores, según criterios de academia, eficiencia, investigación, organización e infraestructura.

Para este estudio se distinguieron cuatro tipos de ámbitos universitarios: las instituciones que solo ofrecen grado, aquellas de grado y posgrado y las que solo tienen carreras de grado.

Se establecieron también cuatro tipos de categoría: A, B, C, D. Se eliminó la E. En el primer caso (A), las universidades debían cumplir con un desempeño superior al promedio del sistema, y alcanzar un mínimo del 60% de calificación. En el caso de la D, las universidades presentaron un desempeño debajo del promedio aproximado de 35%, según explicó Figueroa.

Luego del proceso de evaluación, en julio de este año, se notificó a las universidades sobre los resultados preliminares para recibir sugerencias o quejas.

En los meses siguientes se dio paso a las apelaciones, audiencias y rectificaciones solicitadas por los directivos de las universidades.

En este proceso la Universidad Intercultural Amawtay Wasi no cumplió con los estándares mínimos de evaluación, al alcanzar una calificación de 26 sobre 100. Actualmente, el Consejo de Educación Superior (CES) implementa un plan de intervención.

Prácticamente, las instituciones que tengan categoría A, B y C están acreditadas en el Sistema de Educación Superior y aquellas que tengan categoría D tendrán un plazo máximo de dos años para subir de nivel académico.

Cadena aclaró que la advertencia no es solo para las universidades que tengan esta categoría. El plan de mejora, según dijo, es para todas las universidades del Ecuador.

Esto se realiza con el objetivo de que en el 2015 desaparezca la categoría D y las universidades ingresen a los mejores ranking de estudio a nivel internacional.

Con esta postura concuerda Alfonso Espinosa, rector de la Universidad Politécnica Nacional que se encuentra en categoría A. “En la universidad priorizamos el tener profesores a tiempo completo y con maestría o doctorado. Esto hace que se dediquen a muchos trabajos, especialmente en investigación. Tenemos un núcleo de biología, en el que no ofrecemos la carrera como tal, ya que este espacio solo se enfoca en investigación”, manifestó.

Según el rector de la Universidad Estatal de Milagro, Jaime Orozco, la institución recibió con alegría la recalificación del Ceaaces. La universidad antes estuvo en categoría C y ahora está en la B.

"El cambio se debe a que acogimos las disposiciones entregadas el año pasado por las autoridades. En especial aumentamos en un 50% el número de docentes a tiempo completo y el 90% de ellos tiene maestría", dice Orozco.

Esta institución al momento posee 2.225 estudiantes de pregrado y 280 de posgrado en menciones de: educación gerencial, gerencia de informática y gerencia de Pymes.

Otra universidad que también mejoró la calificación fue la Casa Grande de Guayaquil, que pasó de D a B. “Hemos cumplido con el reto de fortalecer la planta de docentes que en su mayoría cuentan con estudios de maestría”, expresó el centro mediante un comunicado.

Mientras que en la Universidad Central, el vicerrector académico Clímaco Egas indicó a un canal de televisión que el cambio de ubicación de A a B refleja que han tenido un ritmo de crecimiento inferior con respecto a otros centros y que por su tamaño y por abarcar menos áreas de conocimiento “les ha sido posible crecer”. Agregó que las universidades públicas deben acatar el sistema de contratación pública.