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$ 40 millones se destinan a la construcción de los nuevos cibv

“Las familias deben incorporar buenos hábitos”

El MIES, a través de su titular, Betty Tola, prepara la Primera Jornada Nacional para el Desarrollo Infantil. Foto: Santiago Aguirre / El Telégrafo
El MIES, a través de su titular, Betty Tola, prepara la Primera Jornada Nacional para el Desarrollo Infantil. Foto: Santiago Aguirre / El Telégrafo
11 de septiembre de 2014 - 00:00 - Redacción Sociedad

El 25% del total de la población infantil actual, de 0 a 3 años, que según la proyección del censo para este año es de 1’200.000 niños, está al momento atendido en los centros infantiles del buen vivir (CIBV) y Creciendo con Nuestros Hijos (CNH). Estos son programas emblemáticos del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).

En el primer programa hay 100 mil infantes; mientras que en el segundo son atendidos 200 mil. Estos centros son una gran ayuda, pero no son suficientes, reconoció la titular del MIES, Betty Tola. Con miras a que las condiciones nutricionales y de enseñanza mejoren, se requiere la corresponsabilidad de los padres y la comunidad.

Tola expresó -además- que esta cartera de Estado empezó una estrategia de búsqueda activa de niños  afectados con problemas nutricionales “para motivar a la familia a que, de manera corresponsable, se involucre en este tema”.

Esta cartera destina alrededor de $ 40 millones solo para infraestructura. Al momento existen 2.200 CIBV a nivel nacional

1. La atención en el CIBV

Una de las prioridades que al momento se establece es la profesionalización y capacitación de las personas que tienen a su cargo la tarea de educar a los infantes en cada CIBV. “Antes el cuidado era con la modalidad de madres comunitarias, que no necesariamente tenían acceso a la formación permanente y, básicamente, transmitían sus experiencias personales”, refirió Tola.

Para ello, alrededor de 6.300 educadoras en la actualidad reciben un curso de formación virtual en el Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (Secap) y 713 personas más siguen la carrera de Tecnología en Desarrollo Infantil, que oferta desde el año pasado la Senescyt. La duración de esta modalidad, que incluye clases teóricas y prácticas, es de 30 meses.

El programa CIBV está orientado a la atención, sobre todo, de los niños en condición de vulnerabilidad, por ello, aunque no existen requisitos para que ingresen al CIBV, se pretende que lo hagan aquellos que más cerca estén a la institución. “Tenemos algunos CIBV dentro de mercados o cerca de las terminales terrestres para que los pequeños estén en esos centros mientras sus madres trabajan”.

En estos centros, los niños de hasta 3 años pasan 8 horas al día y reciben, además de enseñanza, 4 alimentos, con lo que suplen el 70% del requerimiento nutricional para su edad. Para que el 30% restante esté atendido de forma igual, se busca la corresponsabilidad de la madre, padre o de la persona que está a cargo del cuidado en casa.

“Se requiere que las familias incorporen buenos hábitos para garantizar el estado nutricional de los pequeños y para ello se prepara la Jornada Nacional por el Desarrollo Infantil, que busca motivar y fortalecer la corresponsabilidad de todos los actores a través de 6 mil talleres durante una semana”.

2. La tarea permanente en CNH

En los sectores rurales existe la tradición de criar a los infantes en el núcleo familiar o en lo que se denomina la ‘familia ampliada’. Para esos lugares se destina el programa ‘Creciendo con Nuestros Niños’, en el que una educadora visita en lo posible una vez a la semana a cada familia, para enseñar estimulación temprana y hábitos de nutrición.

“Esta es una modalidad a través de la cual se acompaña a las familias o algún representante que asume el cuidado del niño durante el día”, apuntó Tola.

Cada 6 meses, al igual que en el CIBV, se entrega el suplemento vitamínico Chispaz, para combatir los problemas de malnutrición y asegurar un mejor crecimiento físico e intelectual de los infantes.

3.- La interrelación ministerial y colaboración familiar

Para asegurar y garantizar que efectivamente exista la ‘Infancia Plena’, programa que se impulsa a través de  algunos ministerios, el MIES trabaja en coordinación con los ministerios de Salud y de Educación.

Gracias a la acción con el primero, hay una visita periódica para constatar el estado nutricional de los infantes. Con el Ministerio de Educación la relación es más estrecha por cuanto esta entidad asume el aspecto de formación intelectual a partir de los 4 años. A esta fase, los niños deben llegar con un adecuado desarrollo de la motricidad fina y gruesa, y de lenguaje.

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