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EL 1% DE LA POBLACIÓN inglesa ASISTE REGULARMENTE AL SERVICIO RELIGIOSO

La Iglesia Anglicana está en peligro de convertirse en una "secta suburbana"

La Iglesia Anglicana está en peligro de convertirse en una "secta suburbana"
22 de agosto de 2016 - 00:00 - Leonardo Boix, corresponsal en Londres

La Iglesia Anglicana de Inglaterra, que pierde anualmente más fieles en el Reino Unido, corre el peligro de convertirse en una “secta suburbana” como consecuencia de malas políticas de sus autoridades que están alienando el clero, las congregaciones y los creyentes.

Uno de los principales teólogos del anglicanismo, el deán de Oxford, Martyn Percy, escribió en su nuevo libro ‘The Future Shapes of Anglicanism’, que las nuevas estrategias de la cúpula eclesiástica anglicana “se están moviendo más hacia un liderazgo centralizado, un aparato organizacional equivocado y el tipo de preocupaciones crecientes que corresponden más con una emergente secta suburbana que con una iglesia nacional”.

Las críticas abiertas al liderazgo de la Iglesia de Inglaterra se conocieron cuando las autoridades de ese credo buscan poner en marcha un amplio programa de reformas, que incluye desviar fondos de parroquias rurales - consideradas como el corazón del anglicanismo en el Reino Unido- a nuevas iglesias evangélicas en ciudades.

Otros aspectos controvertidos del programa de reformas incluyen obligar a los obispos y a las autoridades de la iglesia a someterse a másteres de administración de empresas, la búsqueda y nombramiento acelerado de jóvenes reverendos talentosos en cargos jerárquicos, y un énfasis en el llamado “semillero de iglesias anglicanas”, la creación de nuevas iglesias urbanas dirigidas a jóvenes familias y estudiantes.

El programa es un intento del arzobispo de Canterbury y jefe de la Iglesia de Inglaterra, el reverendo Justin Welby, de revertir la sangría de fieles dentro del anglicanismo.

Según cifras oficiales, el número de fieles que asiste regularmente a servicios religiosos de la Iglesia de Inglaterra sigue cayendo y representa el 1% de la población del país.

El informe señala que en octubre de 2014 unos 980.000 asistieron a servicios religiosos de la Iglesia de Inglaterra, mientras tanto unas 145.000 personas participaron de esas ceremonias en escuelas.

En total, se estima que 9,7 millones de personas visitan una catedral anglicana inglesa anualmente.

El programa de reformas del anglicanismo dividió a la cúpula de poder de esa iglesia, aunque en el último sínodo religioso en York, en el norte del país, fue aprobada una moción a favor de ese plan.

En su nuevo libro, Percy sostuvo que la estrategia de reforma “es fundamentalmente errónea”.

“Salvar la Iglesia de Inglaterra de la crisis llevará más que poner en marcha estas teorías de administración de empresas, las cuales a mi entender son una mezcla de brujería secular, con estadísticas y charloteo evangélico”, escribió el teólogo.

Una cura para la iglesia “requerirá de una comprensión eclesiástica profunda”. “A mi entender, parece no haber sagacidad, ciencia seria o sustancia espiritual a las curas que ofrece el liderazgo anglicano”.

“Por el contrario, la Iglesia de Inglaterra está lentamente convirtiéndose en una secta suburbana que acorrala a sus congregaciones, controla su clero y centraliza su comunión”.

Para el teólogo anglicano, en lugar de volverse una institución nacional, dispersa y que funciona bien a nivel local, la Iglesia de Inglaterra “se está convirtiendo en una organización burocrática inmanejable”.

Percy indicó que el arzobispo Welby, que en el pasado era un multimillonario petrolero, “parece querer reformar y renovar la Iglesia de Inglaterra a partir de consultorías seculares de administración de empresas”.

Sin embargo, Arun Arora, director de comunicaciones de la Iglesia de Inglaterra, defendió el programa de reformas, al indicar que llevará tiempo revertir la crisis de fieles del anglicanismo en el país.

“Las últimas cifras de sondeos indicarían que algunos de los cambios implementados estarían dando fruto”, manifestó.

“Cualquier persona que diga que no hay necesidad de cambiar o se niegue a participar de reformas que busquen aumentar el número de fieles estará ignorando la realidad”.

Para Arora, la Iglesia de Inglaterra debe cumplir con su función de “dar alimento al que tiene hambre, proveer de refugio a los sin techo, visitar a los enfermos, dar ayuda a los que están solos, dar la bienvenida al extranjero y educar a jóvenes”.

En ese sentido, Robert Cotton, rector de Guildford, en el sur del país, indicó que está a favor de las reformas “para mejorar la salud de la iglesia”.

“De todos modos no estoy seguro de que el lenguaje, la retórica del programa de reformas esté conectada con el tipo de experiencia que tengo como reverendo parroquial”.

Con respecto, Wyn Beynon, un reverendo que está a cargo de 5 parroquias en Worcestershire, en el norte de Inglaterra, subrayó que la cuestión de servicios pastorales “parece no estar presente en el discurso de reforma”.

La iglesia de Inglaterra es la iglesia cristiana mayoritaria en el país y actúa como “madre” de la comunión anglicana. Dicha institución surgió de la Iglesia Católica Romana al separarse de esta en 1534, durante el reinado de Enrique VIII.

La Reforma Inglesa ganó sustento político cuando Enrique VIII buscó anular su matrimonio con Catalina de Aragón, de acuerdo al derecho canónico. Bajo presión del sobrino de Catalina, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Carlos V, el papa Clemente VII, inicialmente favorable a la solicitud, la rechazó y, finalmente, el rey Enrique VIII, aunque teológicamente un católico romano devoto, decidió convertirse en jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra para asegurar la anulación de su matrimonio.

Actualmente, la Iglesia de Inglaterra no recibe ninguna financiación directa del Gobierno británico y su fuente principal de recursos son las donaciones, aunque también se sustenta en las rentas originadas por sus variadas dotaciones históricas, entre ellas el Palacio de Lambeth, la residencia oficial en Londres del arzobispo de Canterbury.

Se estima que la Iglesia de Inglaterra cuenta con egresos de 750 millones de libras esterlinas (unos $ 968 millones), cifra que decreció de 900 millones de libras que tenía hace una década. (I)

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