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El Telégrafo
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La estatura de los ecuatorianos se incrementó en cuatro décadas

En Guayaquil se aprecia la variedad de tallas entre los ciudadanos. La estatura promedio de mestizos va de 1,55 a 1,64 m; en las mujeres de 1,49 a 1,54.
En Guayaquil se aprecia la variedad de tallas entre los ciudadanos. La estatura promedio de mestizos va de 1,55 a 1,64 m; en las mujeres de 1,49 a 1,54.
Foto: Miguel Castro / El Telégrafo
25 de octubre de 2017 - 00:00 - Redacción Sociedad

Valentina, de 8 años, es la menor de 2 hermanas y la más baja de sus primas contemporáneas. 

Ella mide 90 centímetros y desde hace 4 años practica  gimnasia. Su padre, a quien le preocupaba su medida, la alentaba en la actividad. “La ha ayudado a que se estire y crezca unos centímetros, aunque no puedo pedir mucho porque toda mi familia es ‘bajita’. Yo soy el más alto”, expresa  Xavier Gutiérrez, su progenitor.

Él mide 1,50 m; su esposa Angélica 1,70 m y su hija Ángela, de 12 años, 1,62.  “Somos una familia de altos y bajos”.

En Ecuador la talla de un hombre, en promedio, es de 1,64; mientras que la de una mujer, 1,52. Xavier está por debajo, y Angélica, encima.

Eva Mera, ingeniera en Estadística Informática de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), realizó un estudio sobre la altura de los ecuatorianos (entre 18 y 60 años). El resultado del trabajo fue que los hombres y mujeres de Ecuador crecieron  4,3 cm en 40 años. El fenómeno ocurrió entre 1953 y 1992.

La investigación ‘La estatura de las etnias ecuatorianas como índice del estado nutricional’ se elaboró con la Encuesta de Salud y Nutrición (Ensanut). Usó el modelo matemático de carácter estocástico.

Según una distribución porcentual, la mayoría de los hombres indígenas miden menos de 1,50 y las mujeres menos de 1,40.

En cambio, la mayoría de afros y blancos más de 1,80; mientras que las mujeres, entre 1,40 y 1,64 cm.

Un gran número de mestizos miden entre 1,55 y 1,64; y las féminas, entre 1,49 y 1,54.

Los montuvios en su mayoría están entre 1,65 y 1,74; y ellas en más de 1,70.

La pediatra Irene Medina explica que en la liberación de la hormona de crecimiento, regida por el cerebro, inciden varios factores: la genética, una buena alimentación, afecto, salud mental, etnias y el estrato social. “El peso y la talla siempre tienen que ir de la mano de la edad del paciente”.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), un niño al nacer mide entre 52 y 54 cm; al año, 72 cm; y a los 5, 1,06 cm.

El crecimiento -agrega- comienza  desde el primer mes de vida; sigue a los 6 meses y continúa al año. Otra fase se da entre los 6 y 7 años. También ocurre entre los 10 y 11. Las niñas aumentan su estatura primero que los niños, porque ellas maduran después de su menstruación. Sin embargo, los hombres, hasta los 18 años, ganan talla. “Hay diferencias por etnias: un niño indígena es más pequeño que un mestizo, y un afro supera a ambos”.

“Los hijos de personas preparadas o profesionales son de tamaño superior por su mejor estilo de vida y alimentación. El niño pobre, con familias inestables, no come bien”.

Precisamente, la estadística de la Espol asegura que si el ambiente en el que se desarrolla un individuo no es idóneo la medida no verá modificaciones. “El 25% de la población está en los 1,56 m y el 10% en 1,60”.

Samia Dib, nutricionista clínica del Hospital Los Ceibos, explica que  si una mujer no tiene una alimentación correcta, desde antes de quedar embarazada, el niño no se desarrollará como debería”.

Ella aconseja llevar una dieta balanceada de lácteos, alimentos proteicos, pescado, pollo, verduras, frutas, huevos y omega 3. Estos proporcionan equilibrio. “Cuando la talla se ve afectada es muy difícil volverla a ganar, no existen ingredientes mágicos para crecer, sino un plan integral”.

Ella reconoce que en el hospital es recurrente atender a niños con talla baja, que presentan desnutrición crónica y peso bajo. A diario recibe 4 casos.

El deportólogo Francisco Ibarra detalla que las disciplinas de mayor impacto (fútbol, baloncesto, voleibol o atletismo) provocan un estímulo en el cartílago de crecimiento de los huesos de los niños y adolescentes, sobre todo en los largos. Prolonga la parte ósea.

Él cita el caso de alguien de 12 años que medía 1,66 y tras 6 meses de practicar baloncesto creció 8 cm. La madre medía 1,66 y el padre 1,74. “La base genética es importante. En ocasiones, no permitirá una talla más allá de la deseada”.

Asimismo, recomienda una adecuada alimentación de proteínas y dormir lo suficiente. “La hormona de crecimiento se produce en horas de descanso y por las noches. (I)

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