“El objetivo de la investigación biomédica es mejorar la salud, pero constatamos cada vez más fricciones en el sistema”, expresó el doctor Arturo Casadevall, profesor de microbiología molecular de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (Maryland, este), uno de los 2 autores de una investigación sobre el futuro de la medicina mundial.

Según el informe, aunque la inversión en exploraciones y laboratorios se cuadruplicó en los últimos 50 años en EE.UU., son pocas las nuevas fórmulas aprobadas. Es más la creación de medicamentos solo aumentó el 100%, versus el 400% de los fondos destinados.

En 2015 los institutos nacionales de la salud en EE.UU. (NIH) recibieron $ 30.000 millones.

Otro hallazgo es que el incremento de la esperanza de vida se estanca en aproximadamente 2 meses por año, es decir la gente no vivirá más allá de lo que ocurría en la década de 1960.

“Estamos gastando más dinero para obtener los mismos resultados que siempre hemos obtenido y esto seguirá ocurriendo si no arreglamos las cosas”, explicó Casadevall, destacando que los medicamentos más eficaces para tratar patologías fueron adoptados hace varias décadas, como es el caso de la insulina para tratar la diabetes o los bloqueadores beta para las dolencias cardíacas. ¿Qué está pasando?

Los doctores Casadevall y Anthony Bowen sostienen que parte del problema proviene de la cultura de la investigación médica actual.

Según ellos, hay incentivos “perversos” que empujan a los investigadores a simplificar demasiado sus estudios para que sean difundidos en publicaciones médicas. Esto ha generado estudios amplios, pero poco aplicados a la realidad. (I)