Ecuador, 25 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Los íconos de la democracia

Los íconos de la democracia
Carlos Almeida / El Telégrafo
07 de febrero de 2021 - 05:00 - Fausto Segovia Baus

Todos los ciudadanos tenemos referentes, modelos o íconos que se forman con el paso del tiempo. Para ciertos líderes es el micrófono o el balcón; para otros es la tecnología y los mensajes. Otro ícono de la democracia es la urna donde depositamos los votos. Y también la banda presidencial. ¿Qué piensa usted?

La definición más elemental de democracia nos conduce “al gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Si bien la etimología es coherente con su contenido y propósito, en la práctica la democracia no siempre cumple con su misión porque fallan sus estructuras y sistemas, y sobre todo sus actores y contextos. Se habla entonces de una democracia posible o del modelo menos malo –porque no se ha inventado uno mejor-, que tiene un objetivo claro: lograr el bien común.

Cultura tecnológica

Desde tiempos lejanos, los pueblos han creado sus íconos –que son signos visuales que, de algún modo, la representan-. En el ámbito de la informática el ícono es un pictograma, un símbolo o dibujo que determina una aplicación. Se refiere a objetos, fenómenos, sellos o marcas.

Ejemplos evidentes son la arroba (@), el candado, la impresora, la señal de wifi y bluetooth, compartir, cámara, lupa, mapa, mano con pulgar arriba o abajo, entre miles de íconos que utilizamos a diario en los espacios tecnológicos, educativos, laborales, etc. En realidad estamos inundados de íconos. El arte, la ciencia, la política, la música, la economía, la lingüística tienen íconos. Y la democracia, por supuesto.

El patriotismo

La democracia por sí mismo es un ícono mayor, cuyo símbolo está marcado por el pueblo, que tantas ocasiones han sido mencionadas, manipuladas y en ocasiones traicionadas. El pueblo ha estado unido inseparablemente al patriotismo y a sus símbolos tradicionales: el escudo, la bandera y el himno nacional.

Entre estos íconos patrióticos se destacan la primera Constitución de 1830, redactada en Riobamba; el primer presidente ecuatoriano, Vicente Rocafuerte; el gobierno de integración nacional conducido por Gabriel García Moreno, en 1860, cuando en el Ecuador existían tres gobiernos y el Perú amenazaba tomarse el Golfo de Guayaquil; Eloy Alfaro y la construcción del ferrocarril, el advenimiento del laicismo y la educación de las mujeres; y Velasco Ibarra, quien marcó una época con sus discursos y obras indiscutibles.

¡Sin amilanarse!

A propósito de Velasco Ibarra retomo un texto de mi autoría, de gran actualidad. José María Velasco Ibarra, presidente de la República del Ecuador por cinco períodos, en una ocasión, dijo a las juventudes: “¿Queréis revolución? Hacedla primero dentro de vuestras almas. ¡Sin amilanarse! ¡Sin amilanarse!”.

Yo era pequeño cuando éste y otros mensajes de Velasco Ibarra irrumpían y –verdaderamente- arrollaban a la gente ávida de justicia y oportunidades. Entonces la mayoría era velasquista, que acudía a desfilar y escuchar la palabra de este líder, que marcó a varias generaciones en el siglo XX.

La jerarquía de su voz, la contundencia de su discurso y el compromiso de su accionar emocionaban a los circunstantes, cuando desde el balcón –su principal ícono- Velasco Ibarra arengaba a las multitudes con una pasión desbordante. Recuerdo bien ese discurso y también otro cuando el Presidente, en la inauguración del monumento al capitán Edmundo Chiriboga, exalumno del colegio San Felipe, en Riobamba, declaró la nulidad del Protocolo de Río de Janeiro suscrito entre Ecuador y Perú.

“¡Sin amilanarse!” dijo Velasco Ibarra, sin ambages, sin rodeos ni ambigüedades. Y su eco se mantiene hasta hoy, cuando los problemas se han multiplicado en este complejo mundo marcado por la inequidad, la incertidumbre y el desencanto. La idea es clara: los jóvenes no deben atemorizarse, acobardarse o aturdirse ante los desafíos de la pobreza y la corrupción, dos conflictos a resolver por las actuales generaciones”.

Otros íconos

El estado de derecho es la expresión más elevada de la democracia, su ícono, a través de representaciones que en ocasiones pasan desapercibidas y significan en su conjunto el poder.

Todos los ciudadanos tenemos referentes, modelos o íconos que se forman con el paso del tiempo. Para ciertos líderes es el micrófono y el balcón, hoy llamado estrado; para otros es la tecnología y los mensajes, con sus herramientas más conocidas como el teleprompter, que es un aparato que permite al orador leer sobre una pizarra electrónica transparente.

Otro ícono de la democracia es la urna donde depositamos los votos. Y también la banda presidencial y el bastón de mando, así como el famoso collar que generalmente es colocado en el cuello del magistrado, todo, en un escenario cívico solemne –el salón principal de la Asamblea Nacional-, donde se aplica un riguroso protocolo. La entrada y salida del pabellón nacional es emocionante. La marcialidad de los jóvenes del Colegio Militar Eloy Alfaro, con sus uniformes de parada y gallardetes, contrasta con el magnífico mural de Guayasamín, que resume la historia del país, sin duda alguna, otro ícono de la democracia.

Lo demás es archiconocido: la ceremonia se hace noticia, los discursos llenan los periódicos y comienza el gobierno con la llegada del Presidente y sus autoridades al Palacio Nacional, en la Plaza Grande. (O)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media