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Entrevista

"Es triste que la población de jaguares en la Costa no supere los 30 o 50"

Galo Zapata, director científico de la ONG Wildlife Conservation Society (WCS). Foto: Cortesía
Galo Zapata, director científico de la ONG Wildlife Conservation Society (WCS). Foto: Cortesía
12 de noviembre de 2015 - 00:00 - Redacción Sociedad

A lo lejos, un jaguar negro se confunde con un puma, pero son especies distintas, aclara el biólogo Galo Zapata, quien hace 5 años empezó en Ecuador el proyecto más grande de fauna silvestre: analizar la población de jaguares en la Amazonía.

Inicialmente se colocaron cámaras trampa en el Parque Nacional Yasuní y en el área protegida del Cuyabeno. Luego el proyecto se extendió a otras zonas. El fin máximo es conservar a este felino, uno de los depredadores más grandes del mundo.

No ha sido sencillo, y en el camino se han encontrado con malas noticias. Por ejemplo, en la reserva ecológica Cotacachi-Cayapas, la Mache-Chindul y en la comunidad Loma Alta de la cordillera Chongón Colonche, quedan muy pocos jaguares caminando lentamente por los senderos o descansando al pie de las riberas.

En estos lugares se han ubicado las cámaras trampa, que permiten captar sus movimientos por las noches. También han tenido buenas noticias. Una de ellas fue en julio, cuando una de las 30 cámaras trampa, ubicadas en el Parque Nacional Llanganates, logró divisar un ejemplar que se creía era un mito en la Amazonía ecuatoriana: el jaguar negro.

Este felino, cuenta el director científico de la organización Wildlife Conservation Society (WCS), se lo diferencia del puma porque, a pesar de su color, tiene manchas en su cuerpo. La fotografía es solo un primer paso,  los esfuerzos para conservar esta especie son innumerables.

Por el momento, Zapata acaba de terminar un taller con varias comunidades rurales de la Costa y la Amazonía, que se  denominó ‘Jaguares para siempre’, para sensibilizar a los pobladores sobre la importancia de esta especie.

Junto con WCS, que lleva 15 años en el país, se continúa con el programa de vida silvestre que es financiado por Global Environmental Facility (GEF) y fue implementado por el Ministerio del Ambiente.

¿Dónde y cómo fueron colocadas las 30 cámaras en el área protegida que ubicó al jaguar negro?

La instalación de las cámaras fue sencilla. Lo que hacemos es ubicarlas donde no existen muchas actividades humanas, debido a que los jaguares se movilizan por senderos, al igual que las personas. Por ello la probabilidad de verlos en estos espacios es mayor allí. Se colocan a un metro de altura del suelo y son amarradas a un tronco de un árbol. La cámara es parecida a la que usted tiene en un celular, la novedad es que está conectada a un sensor de movimiento; este equipo capta lo que pasa por delante y toma las fotos.

Además del jaguar negro captado en Llanganates, ¿se han divisado más en otras partes del país?

En el parque Yasuní los guardaparques tomaron alguna vez una fotografía de un jaguar negro. Fue en la estación Tiputini, que es administrada por científicos de la Universidad de San Francisco de Quito. También varias personas han visto a la especie a lo largo de la vía. En Ecuador existen los jaguares, y no solo en Llanganates.

¿En qué otros lugares se puede encontrar a la familia de jaguares y cuál es su estado?

Con base en el estudio realizado, se ha analizado la densidad poblacional de los jaguares en la reserva ecológica Cotacachi-Cayapas y otros lugares en la Costa que tienen bosques nativos grandes, porque el jaguar necesita territorios extensos para vivir. 

Por ejemplo, en la Costa se encontró jaguares en un refugio de vida silvestre El Pambilar. Lo interesante y triste a la vez es que apenas quedan 5.000 kilómetros cuadrados de bosque remanente en la Costa, por ello la población de jaguares en esta zona no supera los 30 o 50.

El jaguar negro es incluso menos frecuente en la Costa, pero sí se lo ha encontrado gracias a fotografías en las estribaciones de los Andes. Sobre su coloración es muy difícil definir el porqué, estimamos que el jaguar negro tiene alguna ventaja evolutiva. En cuanto a la Amazonía se estima que hay 6 jaguares por cada 100 kilómetros cuadrados.

¿Es posible definir la población de jaguares negros?

No hay cifras de cuántos jaguares tienen esta coloración, sería muy difícil hacer una estimación porque necesitaríamos muchísimas cámaras y fotografiar un gran número de población de la especie. Además de que tomar imágenes de jaguares durante varios meses no sería un estudio sencillo.

En el bosque Cerro blanco se ha encontrado a 2 individuos de jaguares pintados, pero son más pequeños, lo que presumimos es que los jaguares están sufriendo de endogamia, es decir, se están cruzando entre parientes cercanos porque su población está muy disminuida.

¿Cuál es la escala de peligro para esta especie?

Lo jaguares, tanto en la Amazonía como en la Costa, están amenazados por la extinción, pero en esta última región la situación es más crítica que en el Oriente ecuatoriano.

¿Por qué están más amenazados en la Costa?

Básicamente se debe al impacto de las actividades humanas, como la destrucción de hábitat y la cacería. En la Costa existe solo el 10% de cobertura vegetal original, la mayor parte de la población ecuatoriana vive en esta zona, hay más densidad poblacional y el avance de las actividades agrícolas ha sido mayor. Aquello hace que las poblaciones de jaguares desaparezcan.

En cambio, la Amazonía aún conserva el 70% de bosque nativo, por lo que el jaguar allí no está amenazado -por el momento- por la pérdida de su hábitat, sino por la cacería. Esta actividad puede ser tanto para el tráfico de colmillos o piel. También están amenazados por conflictos con los propios pobladores, pues cuando no tienen presas en su hábitat buscan comida fuera del bosque y van a comer animales domésticos, lo que molesta a los habitantes.

El otro problema es que se alimentan de las mismas especies preferidas por la gente dedicada a la caza en el Oriente. En zonas donde hay mucha cacería, los jaguares no tienen qué comer. Entre los animales que ingieren están los saínos, guantas, armadillos, tortugas y caimanes.

¿Cuál sería el perjuicio para el ambiente de extinguirse por completo el jaguar?

El jaguar es un depredador grande, y como tal es sumamente importante en la cadena trófica del ecosistema. Su función es limitar el crecimiento de las especies que usa como presas, por ejemplo las guantas, guatusas y otros roedores grandes.

Si no existen especies como el jaguar vamos a tener explotaciones demográficas de estos roedores, que a su vez se alimentan de frutos y semillas, y que muchas veces destruyen plantas sin dejarlas germinar. Al tener una sobrepoblación de animales más pequeños, puede cambiar la estructura de un bosque.

A mediano plazo, en 15 o 20 años, la regeneración de un bosque va a cambiar. Se han hecho estudios en Perú, México, en áreas sin depredadores grandes, en donde se ha visto que su impacto en la cadena atrófica es grande. En muchos casos la capacidad de regeneración de los bosques se reduce 80%. (I)

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