En el encuentro anual con la Curia Vaticana para intercambiar las felicitaciones de Navidad, el papa Francisco instó a los cardenales a hacerse un “examen de conciencia” ante las 15 enfermedades y tentaciones que, dijo, padece la Iglesia y la Curia Romana, entre ellas la rivalidad, los chismes o incluso el “Alzheimer espiritual”.

En la sala Clementina, Francisco se dirigió a los miembros de los dicasterios, tribunales, consejos, oficinas y comisiones, manifestando que es hermoso pensar en la Curia Romana como en un pequeño modelo de la Iglesia, aunque también esté expuesta a enfermedades que debilitan el servicio a Cristo.

La primera en hacer alusión fue a la enfermedad de sentirse inmortal, inmune, incluso indispensable. A continuación se refirió a la enfermedad de ‘martalismo’, es decir, de aquellos que están inmersos en el trabajo, dejando de lado,  ‘la mejor parte’: Sentarse a los pies de Jesús.

La enfermedad del endurecimiento mental y espiritual; de la planificación excesiva y el funcionalismo, de la mala coordinación;  de Alzheimer espiritual; de la rivalidad y la vanagloria; y de la esquizofrenia existencial, por vivir una doble vida, fruto de la hipocresía, también fueron mencionadas por el papa Francisco.

Además se refirió a las enfermedades de las habladurías, de divinizar a los jefes, de la indiferencia hacia los demás, de la cara de funeral, de la acumulación, de los círculos cerrados y  de la ganancia mundana.
El Sumo Pontífice advirtió que tales enfermedades y tentaciones “son naturalmente un peligro para cada cristiano y cada curia”.

Durante la misa, el Papa no señaló nombres de los ‘enfermos’ en la Curia, pero señaló que “esto deriva de la patología del poder, del complejo de sentirse un elegido y del narcisismo”.

Francisco visitará Filipinas sin mayor seguridad

Pese a que el grupo terrorista Estado Islámico dijo que planeaba atacar al papa Francisco en sus viajes, el Vaticano confirmó que en su visita a Filipinas, del 15 al 19 de enero, usará el papamóvil abierto y no será a prueba de balas.

“El Pontífice será vulnerable, al igual que la Iglesia es vulnerable, y su seguridad dependerá de los agentes del orden y de la seguridad del gobierno”, señaló el  padre Anton Pascual, de la comisión que organiza la visita del Papa al país asiático.