Un caso de crueldad animal contra un perro en Turquía, su protagonista Pascal. Su historia es la de un cachorro que fue víctima de la lamentable “travesura” que le hicieron un grupo de niños en Turquía al “empaparlo” con pegamento y, finalmente, abandonarlo a su suerte.

Afortunadamente una persona lo encontró (casi inmóvil) y al ver el estado preocupante del perro, decidió ponerlo en una caja de cartón y trasladarlo a un refugio para animales, donde de inmediato se pusieron en contacto con He’art of Rescue.

Esta organización que se dedica a rescatar, rehabilitar y encontrarle hogar a animales en condiciones críticas, fue la que se encargó de cuidarlo, salvarle la vida y publicar su historia en su portal web.

Los veterinarios de esta asociación, cuentan que al llegar al refugio el perro apenas podía respirar y que todo el pelo estaba cubierto: “era una estatua hecha de barro y goma”. El pegamento se había convertido en su segunda piel, lo que ocasionó que su sangre no circulara a varios puntos de su cuerpo.

Los daños no fueron menores: su piel estaba severamente afectada por el efecto químico de la sustancia y, según una publicación de la organización en su perfil de Facebook, una de sus orejas se necrosó debido a que el pegamento impedía la circulación. Además, los resultados de los exámenes de sangre, que llegaron dos días después, revelaron una infección severa.

Pese a un panorama tan complicado, Pascal venció la infección el 13 de noviembre y sobrevivió al cruel episodio del pegamento. Su historia tuvo un final feliz. En términos de lo que publicó este miércoles He’Art of Rescue en Facebook.

Desde que empezó la travesía de este cachorro, la organización ha estado recogiendo fondos para cubrir los gastos de atención médica, rehabilitación, medicinas y tratamiento que ha necesitado Pascal para poder sobrevivir. (I)