Junto a Surinam, Chile era hasta hace poco el único país en América Latina que castigaba el aborto en todos los escenarios. Desde 2012 el Senado chileno ha rechazado 3 proyectos de ley que buscaban reponer la práctica terapéutica, suprimida en 1989 en los últimos días de la dictadura de Augusto Pinochet.

El jueves pasado fue distinto. Los diputados votaron por separado cada una de las tres causales que permite el aborto.

El caso de peligro de muerte para la madre fue sancionado por 67 votos a favor y 47 en contra. El de inviabilidad fetal, por 62 a favor y 46 en contra, mientras que el que más polémica ha suscitado, el de embarazo en caso de violación, fue aprobado por 59 votos frente a 47.

Con este fallo el país sudamericano es el sexto en la región que aprueba el aborto por violación. Los otros son Guyana, Bolivia, Brasil, Colombia y Uruguay.

En el resto de países de esta parte del planeta la práctica está habilitada o penada bajo ciertas condiciones. Según el reporte ‘Worldwide Abortion Policies’ del Centro Pew Research (hecho en octubre de 2015), en Argentina, por ejemplo, solo es posible abortar si la vida de la madre está en peligro.

En Ecuador no es prohibido abortar si la madre está en peligro o en caso de un abuso cometido a una mujer con discapacidad mental.

De manera general, dice el informe de Pew Research, 189 naciones de 196 analizadas posibilitan el aborto para salvar a la madre cuando su salud está en peligro. En 6 países incluso bajo está condición está prohibido.

A nivel de Latinoamérica, México está entre los lugares donde la práctica es libre, bajo todas las condiciones: ya sea porque la madre está en riesgo de muerte, por incesto o violación, por malformación de feto, por abuso a una joven con discapacidad mental, por razones económicas o porque simplemente la mujer lo pide a su médico.

Al igual que México, otros 58 países habilitan el aborto por cualquier razón, aunque sí imponen un límite: hasta la semana 12 debe ser por medio de medicamentos y en la 13 en adelante lo realiza un especialista y en un centro autorizado.

Si bien en Chile el aborto sigue penado en otras condiciones, los activistas consideran que la aprobación bajo 3 causales es un logro. “Este es un momento histórico. Con todos los vaivenes que ha enfrentado esta discusión, que por décadas fue abortada, el movimiento social y la opinión pública han empujado y enfrentado a la clase política chilena a dar respuestas a una realidad que refleja que, en Chile, las mujeres todavía somos ciudadanas de segunda clase”, dijo Lidia Casas, del Centro de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales (UDP), al diario La Vanguardia.

Durante el debate del jueves, la diputada y exlíder estudiantil Camila Vallejo aseguró: “Si los hombres parieran, el aborto sería libre hace mucho tiempo”.

Para Vallejo, con este avance, Chile se codea entre los países con más libertades, pues la legislación reconoce la unión civil entre parejas GLBTI y se ha permitido la venta controlada de marihuana con fines medicinales.

Pero el caso chileno es una excepción en América Latina, explica la organización Amnistía Internacional (AI), pues la región tiene las leyes más restrictivas del mundo con respecto al aborto.

La ONG hizo un análisis sobre cuán accesible es la práctica y se topó con un sinnúmero de limitaciones, en especial en naciones centroamericanas. Según AI, una de cada 10 muertes maternas en Latinoamérica en 2014 fue por someterse a un aborto de forma ilegal, en sitios clandestinos y muchas veces pagando altas sumas de dinero. (I)