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El bótox controla la sudoración excesiva

Los pacientes deben aplicarse la toxina directamente en las zonas donde la sudoración es alta, como axilas y palmas. Los resultados se evidencian máximo en la primera semana. El tratamiento es reversible.
Los pacientes deben aplicarse la toxina directamente en las zonas donde la sudoración es alta, como axilas y palmas. Los resultados se evidencian máximo en la primera semana. El tratamiento es reversible.
Foto: José Morán / EL TELÉGRAFO
15 de mayo de 2018 - 00:00 - Redacción Sociedad

La sudoración excesiva es un problema que causa, principalmente complejos sociales, puesto que el aspecto personal se ve afectado, así como los olores que emana el cuerpo.

La población, por lo general, no lo atribuye a causas médicas y tratan de ocultarlo.

Por ejemplo, para disimular las marcas de sudor en axilas, espalda y pecho -que son los sitios más evidentes-  suelen vestir solo con prendas oscuras. O usan chalecos lo que empeora la sudoración, por el clima cálido que caracteriza a Guayaquil y desata olores más penetrantes.

Hace cinco meses, aproximadamente, en el hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) de Los Ceibos, en Guayaquil, se aplica un tratamiento para la hiperhidrosis primaria, que es el término médico para la sudoración excesiva.

El primer paciente en ser atendido fue F. Pérez, un joven de 31 años, quien ya sabía su diagnóstico, pero por el costo excesivo para tratarlo, en clínicas privadas,  no se animó a someterse al tratamiento médico.

El área encargada de tratar la enfermedad es Dermatología. En Los Ceibos el tratamiento lo realiza la doctora Ángela Borja.

Pérez relató que desde niño sudaba excesivamente, pero pensó que era porque estaba creciendo. Cuando llegó a la universidad acudió a un médico. “Me diagnosticaron hiperhidrosis, pero el tratamiento me costaba más de $ 1.500 y no me aseguraban que serviría del todo. Así que desistí”.

El joven señaló que se sentía cohibido porque mojaba la ropa y se ponía pegajoso, pero con el tiempo aprendió a soportar el problema.

La galena afirmó que en el país no hay cifras de la enfermedad, pero en el hospital ya se sometieron a tratamiento 20 personas. Aunque la patología no tiene una cura definitiva, los pacientes han mejorado significativamente su calidad de vida.

Pérez acotó que los primeros días después de la vacuna  dejó de sudar, “fue emocionante, no lo podía creer, en la actualidad el sudor volvió pero no en las cantidades extremas como antes. Ahora puedo decir que es normal”.

El tratamiento consiste en aplicación de toxina botulínica -conocido como botox-  en las zonas afectadas.

La hiperhidrosis se presenta, mayoritariamente en manos, pies y axilas, porque en esas zonas es en donde se ubican la mayoría de las glándulas sudoríparas.

Borja recalcó que sobre la base de la historia clínica se determina si se trata de hiperhidrosis.

Los pacientes deben presentar, entre otras características, la sudoración excesiva por más de seis meses.

Además se dan crisis en las que las personas empiezan a gotear sudor.

El tratamiento es por seis meses, pero la toxina no tiene efecto curativo, por lo que es reversible. J. Contreras, de 41 años, es otro paciente que está en tratamiento.

Contó que ya no sabía qué hacer, porque los olores eran incómodos, había problemas hasta en su entorno familiar.

Hasta el momento los pacientes no han presentado afecciones más graves, que podrían desembocar en laceraciones, debido a los cuadros bacterianos. 

La enfermedad es más frecuente en pacientes menores de 25 años. Además influye también la parte emocional.

Este fue el caso de Contreras, quien afirmó que el uso de cierto desodorante desencadenó el cuadro clínico, que ahora está controlado. (I)  

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