Varios son los destinos que en el feriado de carnaval recorren los ecuatorianos. Las playas y las montañas son algunos de los lugares más visitados, pero también donde la exposición al sol está más presente y sin la debida protección trae serios problemas a la piel.

Hace 20 años el uso de la cola negra y los bronceadores ponía sobre el tapete la poca importancia y la falta de cultura en protección solar, recuerda el experto Enrique Ortiz.

Sin embargo, con el transcurso de los años eso ha mejorado. En la actualidad existe una variedad de marcas de protectores que prometen proteger de los rayos UVA y prevenir el envejecimiento prematuro y el cáncer a la piel.

Recientemente como parte de una campaña de Yanbal en la Costa fueron instalados cinco solmáforos que miden la intensidad de la radiación solar, mediante cinco colores. Los dispositivos están distribuidos en el Malecón 2000 de Guayaquil, Malecón del Salado, y también en los malecones de Playas, Salinas, y playa del Murciélago, en Manabí, pero se prevé extender su colocación en la Sierra.

Gonzalo Calero, expresidente de la Sociedad de Dermatología ecuatoriana, explica que los daños a la piel se dividen en tres tipos: alérgicos, como la dermatitis, manchas oscuras; las enfermedades que son agravadas por el sol, entre las que menciona la dermatosis crónica persistente, engrosamiento de la piel y las erupciones polimorfa lumínica, aparición en la cara y brazos de bombitas de aguas que luego se hacen como costras.

Además de otra serie de trastornos que se exacerban como el herpes labial, cáncer en los labios, la dermatomiositis (que afecta músculos, pulmones y esófago); lupus sistémico que ataca el corazón y los riñones.

Calero indica que el tercer grupo de enfermedades son provocadas ciento por ciento por el sol, como el cáncer a la piel. El cirujano oncólogo Enrique Ortiz indica que hay varios tipos de cáncer: los melanomas y no melanomas. Explica que el primero es un cáncer altamente mortal, que se origina en pacientes a nivel de la planta de los pies y palma de las manos y que no se da generalmente en el país. Mientras que el otro, del que asegura es la consulta más frecuente, existen dos subtipos: vasocelulares y escamocelulares.

Ortiz indica que los vasocelulares están relacionados directamente con la exposición al sol, y se los detecta en áreas como la cara, antebrazos y otras zonas. Explica que se presenta como una lesión costrosa que no sana y luego se hace una úlcera.

La protección debe ser constante
El dermatólogo Juan José Ambrosi explica que al ser la radiación ultravioleta acumulativa las medidas de protección son mayores y de manera sostenida. “Hasta los 20 años ya se ha acumulado un 80% de radiación, por lo que la fotoprotección debe iniciar en edades tempranas, desde los 6 meses”.

Advierte que no hay que pensar en que cuando el índice UV esté alto debe usarse protector, porque indistintamente de que esté nublado o se esté en la arena o en el agua la radiación solar persiste.

Asimismo, Calero asegura que al sol no hay que temerle sino tener una buena convivencia con él. “Debido a nuestra geografía tenemos una radiación más fuerte. Hay zonas en la Sierra donde por la altura el sol hace más daño, mientras que en la Costa los rayos caen directamente”, indica.

Ambos expertos recomiendan evitar las exposiciones innecesarias entre las 11:00 y 15:00, ni realizar ninguna actividad a esas horas; usar ropa adecuada que cubra la mayor parte del cuerpo y utilizar protectores UVA y UVB.

Hay que destacar que el uso de bloqueadores en la piel no basta, sino también el uso de implementos, como gafas con filtros que garanticen la protección a nivel ocular.

El oftalmólogo Marcelo Silva indica que “cuando hay mucha exposición al sol pueden producirse quemaduras o ligeros edemas en la máculas, una estructura situada en la parte interna del ojo, que permite ver los objetos de cerca o de lejos”.

El especialista aconseja que aunque los costos de gafas con filtros UV sean altos, estas permitirán tener una mayor protección.

Ortiz advierte que los daños causados por el sol son irreversibles. “Llegará un momento en que simplemente la persona que ha pasado mucho tiempo recibiendo radiaciones sin protegerse tendrá problemas y desarrollará cáncer, cuyo diagnóstico cada vez tiene mayor incidencia”.