Un estudio de la Universidad de Harvard  (EE.UU.) reveló que las bebidas gaseosas edulcoradas artificialmente y  los refrescos "light" que utilizan sucedáneos del azúcar para reducir  sus calorías no causan diabetes.
 El objetivo del estudio,  publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, era  examinar la asociación de las bebidas con azúcar y las bebidas  endulzadas artificialmente con la incidencia en la diabetes tipo 2, la  más extendida en EE.UU..
 Durante mucho tiempo, la soda de  dieta y otras bebidas endulzadas artificialmente han sido señaladas como  culpables de aumentar el riesgo de desarrollar diabetes, una enfermedad  que afecta a 25,8 millones de personas en Estados Unidos.
 Los  investigadores analizaron la evolución de una muestra de 40.000 hombres  que consumían este tipo de bebidas durante un periodo de 20 años.
 Los resultados indicaron que aquellos que consumieron bebidas  gaseosas y dulces comparados con los que no lo hicieron, aumentaron la  posibilidad de desarrollar diabetes en un 16 por ciento.
 Sin embargo no fue así en el caso de los que tomaron bebidas "light".
 A pesar de que también hubo pacientes consumidores de refrescos  endulzados artificialmente "light" que desarrollaron diabetes, se dieron  cuenta, tras analizar factores como la  presión sanguínea, los niveles  de colesterol y el peso, que el desarrollo de la enfermedad estaba más  vinculado a asuntos como el peso, la dieta y el índice de masa corporal  que a las bebidas.
 El doctor Frank Hu, coautor del estudio,  indicó que hay alternativas a las bebidas gaseosas y aunque las bebidas  dietéticas no son la mejor opción, su consumo moderado no tiene los  efectos nocivos que se pensaban.
 En conclusión, el consumo de  bebidas azucaradas se asocia con un riesgo significativamente elevado de  diabetes tipo 2, mientras que la asociación entre las bebidas  endulzadas artificialmente y la diabetes tipo 2 se explica en gran parte  por el estado de salud del paciente.
 El estudio también  encontró que el consumo de café a diario, tanto normal como  descafeinado, estaba relacionado con un menor riesgo de diabetes. Los  investigadores no están seguros del motivo, pero apuntan a que podría  deberse a los antioxidantes o vitaminas y minerales que contiene el  café.
