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Irune Aguirrezabal / asesora de Participación Política y Liderazgo

Pese a la ley de cuotas, los "partidos son encabezados por hombres"

Pese a la ley de cuotas, los "partidos son encabezados por hombres"
Foto: Fernando Sandoval/El Telégrafo
09 de junio de 2016 - 00:00 - Verónica Naranjo Hidalgo

Sus padres fueron el pilar que la llevaron a luchar por la paridad de género. Nunca sintió en casa que su condición de mujer le obligara a realizar más tareas domésticas que sus hermanos.

“Lavábamos la vajilla sin distinción de género y colaboramos por igual en las tareas domésticas y eso es algo que siempre rescato de mi niñez. Tuve la fortuna de recibir educación en valores, derechos humanos y solidaridad”, confiesa la española Irune Aguirrezabal, asesora regional de participación política y liderazgo de las mujeres en América Latina y El Caribe.

La experta europea fue parte del Encuentro de Parlamentarios de las Américas que se desarrolló en la Asamblea Nacional de Quito. En ese espacio concedió una entrevista a Diario EL TELÉGRAFO para analizar los avances en la implementación de cuotas y legislación en los países con miras a lograr la ansiada paridad de género en la política.

¿Qué progresos se han dado para la paridad de género?

Hay mucho aún por hacer, aunque se han registrado avances positivos porque existen más mujeres en espacios de decisión política que nunca. En un momento de 2015 hubo hasta 5 profesionales que eran presidentas o primeras ministras y hoy 1, pero eso no significa un retroceso. Lo que hubo fue cierta coincidencia para que existieran mujeres liderando gobiernos.

¿Esos 5 gobiernos de mujeres en simultáneo representan un verdadero paso para lograr la igualdad de género?

No necesariamente, podemos tener a una mujer en algún cargo representativo, sin embargo, no han cambiado las cosas en otros niveles porque las que lideran los partidos todavía son muy pocas, al igual que las parlamentarias, aunque en este ámbito es donde más representación tenemos y es superior al que existe de ministras, alcaldesas intendentas. Eso creo que se ha dado porque han funcionado las leyes de cuotas. Hoy 17 países en América Latina, más Guyana y Haití, en el Caribe, tienen cuotas o paridad -es decir que de manera obligatoria los partidos deben poner mujeres-. Pero esas cuotas no han sido definidas de la misma manera y no han sido efectivas en todos los países.

¿Cuál es la situación política de las mujeres en países como Brasil o Chile, donde existe un gran número de población?

En Brasil hay ley de cuotas desde hace más de 20 años, pero en este momento la presencia de parlamentarias no supera el 10%, además en más de la mitad de países no llegan al 20% como Chile. Por ello considero absolutamente necesario que haya más mujeres, no solo en la toma de decisión política, sino en la legislación que nos permita impulsar y acelerar la participación femenina y también dar una mirada más allá porque seguimos teniendo barreras incontestables que hacen que la presencia de las mujeres sea distinta a la de los hombres. Ellas entran y salen más de los cargos que los hombres, que hacen carrera política, lo que no sucede con el género femenino.

¿Cuáles son las razones para esta diferencia?

Eso tiene que ver directamente con las labores de cuidado del hogar, con la ausencia de corresponsabilidad entre hombres y mujeres sobre el tema de cuidado de niños o personas mayores; y la falta de políticas de conciliación entre lo laboral, lo profesional y lo familiar.

Las madres siguen siendo las encargadas de esos cuidados y a la vez de tener un trabajo fuera de casa. Atacar esa diferencia es el corazón para llegar a la igualdad de género en  todas partes. Y en ese sentido en los puestos de decisión política el fenómeno del acoso y de la violencia política hacia esas ellas se va incrementando.

Eso se debe a que los hombres que ocupaban esos escaños se sienten amenazados porque pensaban que eran suyos. Tenemos que cambiar esa mentalidad porque ambos tenemos el mismo derecho a ocupar esos curules.

¿Cómo lograr una verdadera paridad?

Queremos que la paridad sea el eje de una nueva forma de hacer democracia porque es lo justo y con ello se logra que las políticas sean más inteligentes ya que  integran perspectivas y problemáticas de todos. Pero a parte necesitamos que la institucionalidad pública se comprometa con la igualdad sustantiva; porque si llegamos a la paridad con medidas especiales afirmativas vamos a necesitarlas toda la vida, y lo que necesitamos es que sea natural la forma en la que nos relacionamos los distintos géneros. Hay que lograr la corresponsabilidad a través de un equilibrio con un nuevo contrato social.  

¿Las mujeres que han llegado a niveles políticos solo han  gobernado a favor de ellas?

Desde ONU Mujeres y desde todas las organizaciones femeninas  hemos promovido que ellos y ellas, desde cualquier instancia directiva o parlamentaria, tengan una idea de cómo impacta la legislación en la relación entre los géneros. Eso no significa que una mujer cuando es electa deba tener como único eje de su acción la política para promover a las mujeres porque eso no es lo que  hará que las profesionales lleguen a presidenta o ministra de defensa. Ellas no deben ser siempre la ministra de la mujer o de esa comisión. Los hombres pueden hacer esa labor. Lo que necesitamos es que sea natural la forma en la que nos relacionamos.

¿Cómo lograr que realmente exista una corresponsabilidad?

Esto pasa por muchas medidas como la educación en valores, de cómo impacta lo que decimos, lo que hacemos en las relaciones entre hombres y mujeres; las niñas no son rosas, ni los niños azul, las niñas no son muñecas y los niños instrumentos para la guerra. Todo eso influye en cómo vemos el desarrollo personal desde la infancia; y eso repercutirá cuando los hombres tengan hijos para que también se ocupen o no de su cuidado. Pero no vale solo la educación y  esperar 20 años para el cambio, lo que se requiere al momento son las políticas públicas.

Ya se hizo una para que las mujeres concilien la vida laboral y personal, pero eso no basta. Queremos que ellos también concilien y para esto es importante las licencias de paternidad igualitarias para que se repartan por igual el cuidado. Eso va a acercarlos más al trabajo que representa el cuidado. Pasar un tiempo en la casa aporta un conocimiento sobre el gran esfuerzo que tiene la mujer y así se va a articular de una manera más comprensiva y solidaria. A la par se requiere más jardines de infancia, escuelas con horarios adaptados a la jornada de trabajo de la mujer.

¿Qué se ha avanzado en política con el Plan de Acción de Beijing de hace 20 años?

Aún estamos en proceso y muy lejos de los objetivos de ese Plan. La realidad es que a niveles supranacionales apenas hay gobernadoras o intendentas. En Argentina por ejemplo existe por primera vez una gobernadora, cuando fue el primer país del mundo en 1991 en tener ley de cuotas. Eso de la primera vez es normal, pero sigue siendo excepcional. A nivel municipal es aún menor la participación en América Latina, hablamos de un 13% alcaldesas o intendentas porque la lista va encabezada, pese a todas las leyes de cuotas y la alternancia, por un hombre. Por eso defendemos en la norma marco una democracia paritaria horizontal y vertical, 10 puestos: 5 y 5 y de arriba abajo y horizontal con hombres y mujeres encabezando las listas.

¿Aún persisten diferencias en el trato a hombres y mujeres inmersos en la política?

Hay países que avanzaron y otros no. En 2012 Bolivia adoptó una ley específica contra la violencia política y lo hizo porque había más mujeres en política pero existía este fenómeno de que eran obligadas a renunciar. En Argentina no hablan de esto, pero cuando se dialoga con las mujeres se conoce que viven violencia política. En Bolivia hubo denuncias, pero está mal visto que una mujer se esté quejando porque la acosan y le dicen que si no lo aguanta debe irse a la casa, ya que la política es dura. Y lo más triste es que en países como Bolivia, aunque hay ley, no se está aplicando y eso es decepcionante porque no se está denunciando ni se está haciendo seguimiento de los casos.

¿Cuál es su opinión de que en el gabinete brasileño al momento no existan mujeres?

Como observadores vemos con sorpresa este hecho, porque no es posible que no haya mujeres que puedan ser ministras. No se puede pensar que exista un gobierno que no le represente a uno. No es posible que en Bolivia no se tenga ministros indígenas y lo mismo en otros donde no hay mujeres. El gobierno debe representar toda la diversidad existente.

¿Cuán determinantes son las brechas salariales o la violencia de género en la dinámica política?

Todos esos factores hacen que no estemos en las mismas condiciones, y si hay una brecha salarial eso impacta en todo aspecto. Si los hombres no tienen asumida la corresponsabilidad y no hay facilidades, ellas van a arrastrar doble o triple jornada de trabajo y eso nos deja en situación de discriminación.

¿Es necesario tener más referentes mujeres?

Necesitamos romper con estereotipos y tener modelos de mujeres que nos inspiren y ayuden a sentir que somos capaces y podemos llegar tan lejos como queramos. (I).

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