Ecuador, 29 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Mauricio y Francisco demostraron que salvar vidas va más allá de la especialidad

Mauricio y Francisco demostraron que salvar vidas va más allá de la especialidad
Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo
08 de mayo de 2016 - 00:00 - Vivian Zambrano

En medio del sonido de las sirenas de ambulancias que iban y venían e iluminados con la poca luz de los faros de carros, la tarea de médicos fue maratónica  e incansable en aquella noche del 16 de abril cuando un terremoto sacudió el país.

Los casos de emergencias en centros públicos y privados de Manta llegaban en gran número, literalmente como avalanchas.

Entre esos  galenos que asistieron a heridos están el ginecólogo Mauricio Puente y el psiquiatra Francisco Paredes. Ambos son de Quito y tienen varios años viviendo en Manta.

En sus relatos coinciden que los dos estuvieron en la guerra del Cenepa en 1995; el primero,  desplegado como parte de las Fuerzas Armadas, mientras que el otro fue delegado del Ministerio de Salud Pública en la labor de campo en las trincheras. Veintiún años después vuelven a prestar sus servicios al país en una etapa de emergencia.  

Puente, con 25 años en la profesión, se suma a las 250 mil historias que los habitantes de Manta tienen de aquella noche. Estaba en su departamento   junto con su esposa e hija. Los tres bajaron por las escaleras de emergencia hasta llegar al carro y luego procedieron a verificar cómo estaban sus otros familiares. Enseguida se trasladó a la Clínica del Sol -donde tiene su consultorio- constatando que no había daños considerables. Al salir de ese espacio, en la planta baja observó en el pasillo y en el centro de emergencias a personas heridas. Justo con él  y por casualidad habían llegado los dueños de la clínica -que también son médicos-, acompañados por su hija.

El día del terremoto el ginecólogo Mauricio Puente atendió a seis personas heridas. Estuvo dos horas en la clínica y después, como exmilitar preparado en desastres, buscó la supervivencia para su familia. Foto: Leiberg Santos / El Telégrafo

Los cinco se pusieron a asistir de manera solidaria a quienes llegaban. “No sé por qué las personas que le mencioné coincidimos acá. Era un asunto humanitario, de formación médica el hecho de que tenías que ayudar al prójimo sin costos. El deber del médico  es atender las emergencias. Independientemente de que seas ginecólogo, pediatra, podías suturar una cabeza, un brazo lesionado…,  todos teníamos miles de cosas que ver en ese momento, pues había muchos heridos, eran como unos 20 que gritaban por ayuda”, recordó Puente.

No había tiempo de espera, se aplicó rápidamente un triaje separando los casos graves de los medianos y los leves. Llegó una anciana infartada a quien se la  envió al hospital como centro de mayor atención, porque no tenían en ese rato un especialista.

A Puente le tocó suturar la cara de un muchacho. “Cogí hilo muy fino para esta tarea”. En el lapso de dos horas atendió a unas 6 personas heridas. Suturados fueron tres, luego se acabaron los insumos. En ese momento se complicaron más las cosas: no había comunicación, teléfono ni energía eléctrica, todo estaba colapsado. Las farmacias cerraron por temor a saqueos. Sin embargo, la esposa de un médico se ofreció para colaborar como auxiliar. “Nadie pedía ni cobraba nada, todo mundo era solidario; era algo increíble”.

Relata que al siguiente día del sismo aumentaron las urgencias de tipo obstétrico. “Hubo muchas mujeres a quienes se les adelantó el parto; el sistema médico había colapsado; la gente comenzaba a salir de Manta. Una de mis pacientes dio a luz en Jipijapa. También se registraron emergencias tipo abortos; hubo algunas pérdidas de bebés como secuelas del sismo”. Después de este trágico momento, Puente destacó que fue testigo de muchas acciones de solidaridad. “Gente que no sabe dónde canalizar su ayuda ha dado medicinas la cual vamos a salir en brigadas a entregar. Hay analgésicos, antiinflamatorios, pomadas para la piel, sueros y muestras médicas que vienen de Quito”.

Con 29 años, siendo parte del personal médico del hospital Rafael Rodríguez Zambrano, el psiquiatra Francisco Paredes trae a su memoria las primeras horas de la devastación que dejó el terremoto.

El panorama que observó en las inmediaciones de esa casa de salud lo define como “desolador, tétrico y dantesco”. Había personas que arribaban con lesiones de tórax, pecho, cabeza, pie, diabéticos e hipertensos en crisis.

Llegó hasta el nosocomio a las 20:30 de aquel 16 de abril. Primero se cercioró de que su familia estaba  bien. En ese momento hace una pausa para mencionar que, como siempre hay temblores en la ciudad, pensó que no sería nada grave, pero no fue así, fue un sismo de gran magnitud.

“Estaba en mi casa con mi mujer, Monserrate Mera, y mi suegra, Elida Mieles, en la urbanización Manta 2000, ubicada a tres minutos del hospital y nos alistábamos para ir a la misa cuando ocurrió la tragedia”.

El psiquiatra Francisco Paredes no es la primera vez que se solidariza con personas heridas en tragedia. Ya lo hizo luego de que un avión de carga se estrelló en Manta donde hubo personas con quemaduras. Foto: Leiberg Santos / El Telégrafo

Esa vivienda fue el centro de acogida de los familiares del galeno. En un lapso aproximado de media hora ya había 28 personas, sumados los vecinos. Este médico, quien hace 19 años también tuvo la oportunidad de servir con sus conocimientos a las personas afectadas por la caída del avión en el sector La Dolorosa, indicó que a las  20:15 se dirigió al hospital.

Cuando arribó ya estaban allí la gerenta María Beatriz Santos y sus colegas ‘Pepe’ Alvarado y Carlos Mendieta.

Los pacientes que estaban en el nosocomio habían sido evacuados. El primer caso que vio Paredes fue una mujer de nombre Zoila, de Paján, quien llegó a la casa de salud con un pie colgando. “Tenía una venda, la revisamos con el doctor Alvarado y la cirujana mientras la mujer decía que le salvaran su pie, pero ya era tarde: requería amputación. Esa noche se realizaron tres intervenciones de ese tipo, era un cuadro desgarrador”. Paredes había llegado con equipaje de trabajo. Le tocó suturar, hacía 15 años que no realizaba algo así. “Suturé a cuatro personas que presentaban heridas de cuero cabelludo. Esa noche tuve que hacer de cirujano, traumatólogo y anestesista. Estaba repartiendo tranquilizantes y sedantes a los pacientes que entraban en estado de ansiedad, una hiperactividad del sistema simpático (forma parte del sistema nervioso) que le pone en alerta exagerada, una hipervigilancia, debido al miedo. Un horror”.

Este profesional atendió a unas 35 personas.

Arribaban al nosocomio personas con golpes y traumatismo craneoencefálicos. Hubo un accidente cerebrovascular. Se trataba de un anciano que tuvo una hemorragia por la hipertensión, tuvieron que estabilizarlo, sedarlo y consultar con un neurólogo. Paredes permaneció en el hospital hasta las 23:30 y al siguiente día estuvo desde temprano nuevamente asistiendo.

Él atendió a cinco personas rescatadas de entre los escombros; tres fueron derivadas a Guayaquil y una pareja de esposos se quedó en Manta. Al momento es tratada por él en consultas en la casa de salud.

Estrés agudo

En la actualidad la población se padece a un estrés agudo que dura de tres a 30 días.

“Estamos enfrentando un acontecimiento violento e inesperado y el estrés agudo se caracteriza por un intenso temor con una sensación de desamparo, como consecuencia de un acontecimiento traumático”. El estrés agudo presenta varios síntomas físicos y emocionales característicos, alteración del sueño (insomnio, despertar con sobresaltos), cambios de la conducta, irritabilidad que puede llevar a agresividad, un estado de vigilia perenne y problemas de concentración en los niños.

La recomendación de Paredes para quienes presenten estos síntomas es buscar ayuda en los centros de salud. “Aquí en Manta, Jaramijó, Montecristi y Jipijapa tenemos brigadas de psicólogos que brindan atención a la población. Son ellos quienes valoran cada caso y me transfieren a las personas que requieren medicación.

El especialista ha atendido a 120 pacientes. (I)

Para estar siempre al día con lo último en noticias, suscríbete a nuestro Canal de WhatsApp.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media