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Los pensamientos negativos socavan la salud

Definitivamente para eliminar pensamientos que no corresponden hay que meditar. Resulta beneficioso dedicar unos minutos a esta práctica todos los días.
Definitivamente para eliminar pensamientos que no corresponden hay que meditar. Resulta beneficioso dedicar unos minutos a esta práctica todos los días.
Foto: Internet
28 de mayo de 2017 - 00:00 - Redacción Séptimo Día

Los conocen bajo las siglas ANT (Automatic Negative Thoughts, en inglés) y son pensamientos tan tóxicos que nos pueden inducir muchas veces a la paranoia, ansiedad e incluso depresión en casos extremos.

Inclusive la persona más optimista no está libre de este tipo de pensamientos que, por lo general, son destructivos y pueden causar una reacción física, como generar problemas de salud.  Son varios los investigadores que describen estas ideas que aparecen en el cerebro que, sin ser invitadas, generan emociones incómodas.

 En la década del 60, Aaron Beck, uno de los fundadores de la terapia cognitiva, llegó a la conclusión de que los ANT sabotean nuestro mejor yo, y establecen un círculo vicioso: la instalación de una mentalidad infeliz, ansiosa o enojada y que es, por lo tanto, la más susceptible a generar nuevos ANT.

“Nos quedamos atrapados en las mismas viejas vías neuronales que generan los mismos pensamientos negativos sin fin”. Para la neuróloga Lissette Duque, los pensamientos se generan por diferentes emociones, como ira, tristeza, y tienen una base química.

“Internamente, el cerebro tiene un cambio químico que puede ser transitorio si la emoción es pasajera”.

Así, por ejemplo, si en este instante una persona experimenta un susto fuerte, hay una producción importante de adrenalina, pero al mismo tiempo se genera una alteración de la serotonina, una sustancia química producida por el cuerpo humano, que transmite señales entre los nervios, funciona como un neurotransmisor.

Es considerada por algunos investigadores como la sustancia química responsable de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo.

Uno de los mayores riesgos es que estos se hagan crónicos, porque podrían provocar un desorden químico permanente, lo cual también se revierte en problemas de sueño continuos.

Para la neuróloga, una de las formas de sustituir los pensamientos negativos por positivos es desarrollar hábitos de vida saludables para el cerebro y uno de ellos es el ejercicio constante, porque produce neurotransmisores, como serotonina y endorfinas que favorecen el estado de bienestar.

De acuerdo con estudios científicos, las personas, por lo general, tenemos 60.000 pensamientos diarios y el 95% son exactamente los mismos que el día anterior.

Otro dato revelador es que cada pensamiento generado por un individuo provoca una emoción que, a su vez, crea una reacción en el cuerpo que lo hace actuar de una manera y, por consiguiente, determinará sus actos y su vida.

Además, como lo señala la página Delivering Happiness, al no trabajar estos pensamientos, los seres humanos son presos de un mal hábito mental.

Es así que mientras más tiempo alguien mantenga un estado emocional positivo, más aspectos buenos puede atraer a su vida. De modo que la calidad de los pensamientos determina la naturaleza de vida y al no trabajarlos permanecemos cautivos de nuestro mal hábito mental.

Hay que concentrarse en los talentos y las capacidades

La actitud negativa genera pensamientos con las mismas características que, por lo regular, derivan en tristeza y quejas. Por esta razón hay que concentrarse en lo que tenemos; creer en nuestros talentos y capacidades y evitar los odios, los resentimientos, los rencores y, por supuesto, la envidia.

Una de las prácticas que hoy cobra fuerza para contrarrestar los pensamientos negativos es el mindfulness, una filosofía de vida que incluye la práctica de la meditación. 

El mindfulness consigue separar la persona de sus pensamientos para reconocerlos y poner en duda los patrones mentales, otorgando un gran peso al aquí y el ahora mediante una atención total al momento presente.

Si bien todas las personas razonan de forma negativa en algún momento, el problema real está en cómo se gestionan los pensamientos.

El primer paso es identificar el tipo de pensamientos e intentar desterrarlos; es ahí donde una actitud de conciencia plena siempre tendrá un efecto beneficioso.

Actualmente, aunque el mindfulness debería practicarse durante media hora al día, se recomienda comenzar con sesiones más cortas, de no más de 10 a 15 minutos. De esta manera es posible ir aclimatando la mente a nuevas sensaciones.

Datos

- Hay que imaginar que cada vez que se atraviesa un pensamiento negativo hay que cambiar la ‘diapositiva’ por uno contrario.

- Aunque la práctica de mindfulness no garantiza eliminar los pensamientos negativos para siempre, proporciona las herramientas para controlarlos.

- Es usual que surjan uno tras otro. En el caso de aquellos que son desagradables, hay que volver a enfocarse en la respiración. (I)

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