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Las mujeres en Tulcán cultivan productos para el consumo familiar y local
El consumo de productos agrícolas provenientes de huertos o parcelas urbanas no es tan común en Carchi, pero hay iniciativas fuera de las ciudades que generan resultados novedosos y que son aprovechados en el comercio local.
En Tulcán, por ejemplo, los huertos urbanos no se han extendido, como se aspiraría, pero en el Mercado San Miguel, se pueden hallar plantas medicinales, provenientes del Oriente ecuatoriano. Al igual que esta región del país, en el Juncal, límite con la provincia de Imbabura y Pasto, también se hay familias dedicadas a este tipo de cultivos.
En este sitio se levantan 7 kioscos donde se ofertan estevia, albaca, manzanilla, hierba mora, destracaderas, saca sales, Juan del dinero, macuá, ruda, anís, llantén, malva olorosa, sábila, hoja de higo, alelí, borraja, guaminche, seguidora, culantrillo y anamuy, entre otras.
Uno de los puestos es administrado por Ana Lucía Nazate, de 39 años, quien desde hace 18 se dedica a la venta de lo que cultiva. Esta emprendedora explica que de su abuela aprendió el uso de cada planta, y, por ello, ahora puede recomendarlas para diferentes dolencias. Los jueves y domingos, días de feria, los kioscos atienden hasta las 20:00, y de lunes a miércoles su trabajo se extiende hasta las 18:00. Las plantas se venden en atados de $ 0,25 y $ 1.
En el barrio San Clemente, al norte de Tulcán, en un lote de 560 metros cuadrados, Diana Rivadeneira, quien se graduó hace un mes de ingeniera en Desarrollo Integral Agropecuario por la Universidad Politécnica Estatal del Carchi (UPEC), emprendió un proyecto de titulación para producir fresas. Indica que para aumentar el rendimiento del terreno usa un mineral volcánico llamado zeolita.
El proyecto, que nació hace un año y que pretendía evaluar la zeolita para optimizar el cultivo de fresas, resultó tan efectivo que en los primeros meses generó más recursos de los previstos. Cada semana, comenzó a distribuir entre 50 y 60 libras a clientes puerta a puerta o a través de redes sociales. En poco tiempo, alcanzó una rentabilidad de hasta $ 200 mensuales.
Aunque está contenta con los resultados, hace 2 meses enfrentó un pequeño tropiezo: en el lote donde sembró 2.100 plantas se redujo la producción por la presencia de una helada.
A pesar de esta primera dificultad, espera recuperar las plantas y continuar en los siguientes 2 o 3 meses.
En el barrio Ejido Norte, también se ha desarrollado una iniciativa particular y poco conocida, emprendida por Ramiro Mora, docente universitario, en un terreno de 2 hectáreas, al que denominó Granja Agroturística Moritas. En este sitio adecuó espacios para crear un miniestablo de toros y vacas de razas pequeñas, una zona de pastoreo y de animales menores como cuyes, conejos, patos, gallinas; cultivos de plantas nativas, sendero, composteras y hasta un cuarto, donde exhibe artículos viejos como ollas, planchas, monturas y otros.
Todas las plantaciones ornamentales y alimenticias que se sembraron son abonadas con los restos orgánicos de la granja, cuyo propósito es permitir al visitante un encuentro más cercano con la flora y la fauna.
El docente guía a los visitantes que en su mayoría son estudiantes de escuelas; un requisito básico para quienes ingresan a este lugar es llevar comida para los animales.
De igual manera, en el centro de la urbe, es posible visitar Carchi Productivo, un proyecto que permite la comercialización de productos agrícolas de 5 asociaciones y que hoy beneficia a cerca de 500 familias, a través de puntos de venta.
Los productores trabajan en parcelas familiares o en lotes de hectárea y media de extensión.
De acuerdo con Darwin Pozo, técnico del Proyecto de Seguridad Alimentaria de la Prefectura del Carchi, Carchi Productivo, que antes fue manejado por la entidad provincial, pasó a manos de los productores para que se apoderen del proceso y manejen la comercialización.
La Prefectura es un socio directo en la compra de productos, a través del Proyecto de Seguridad Alimentaria que beneficia a cerca de 800 familias en la provincia, mediante la entrega de canastas alimenticias con valores de $ 25 y $ 40.
Incluso los empleados de la entidad, a través del rol de pagos, adquieren productos en el punto de venta Carchi Productivo.
Eduardo Farinango, administrador del consorcio Carchi Productivo en el puesto de Tulcán, indica que los asociados entregan productos frescos, por ejemplo frutas y verduras.
Del sector de Chilmá Bajo, en el noroccidente de la provincia, llegan limones, naranjas, moras, granadilla; de Cuesaca, en Bolívar, tomate riñón, cebolla paiteña, tomate de árbol, arveja; y de Montúfar, los cárnicos. Además, los productores pueden vender sus alimentos sin la presencia de intermediarios. Los productores abastecen según la proporción de los pedidos o el consumo de las personas en condición de refugio, mediante cupos de $ 40 o $ 75 que les entrega el HIAS (Organización Hebrea de Ayuda a Inmigrantes y Refugiados) en convenio con el Programa Mundial de Alimentos. Cada mes adquieren esas cantidades. Los cupos solo contemplan ciertos productos como cárnicos, frutos y verduras. Hacia el sur, en el cantón Espejo, en la comuna Pasto de la parroquia La Libertad, un grupo de 20 mujeres, a través de huertos familiares, cultiva hace un año plantas medicinales con el objetivo de fortalecer el conocimiento de la medicina natural.
Irene Enríquez, representante de la comuna, recuerda que aprendieron los usos y empezaron a recolectar hierbas como tomillo, cedrón, hierba buena, borraja, uvilla, ruda, manzanilla, valeriana de páramo, arquitecta y chuquiragua.
Quienes mantienen estos cultivos están conscientes de que los huertos familiares son importantes para una alimentación sana. En un huerto familiar se pueden producir muchas hortalizas.
Lo más importante es determinar cuáles se ajustan mejor a las condiciones climáticas de cada zona y evitar que sean amenazadas por las plagas. (I)
Datos
Estos cultivos son una opción ideal para producir varios de los alimentos que consumimos diariamente, por ejemplo, verduras y frutas.
El cultivo ecológico tiene la particularidad de que no daña el medio ambiente, ya que no se contaminan los recursos naturales.
La forma de realizar los cultivos ecológicos caseros es muy sencilla. Únicamente se necesita un lugar a donde llegué el sol durante una buena parte del día. Cualquier persona puede mantenerlo. (I)