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Turismo
La gastronomía 3D, una fórmula que combina la tecnología y los alimentos
José Ramón Tramoyeres, arquitecto y director creativo de JustMake, es uno de los pioneros en una revolución gastronómica llamada 3D. JustMake es el primer centro de impresión ‘online/offline’ 3D de España que, en 2012, presentó su propuesta comestible por primera vez en la feria The Future in The Making: Open Design Archipelago de Milán.
Según Tramoyeres, hackearon “las primeras impresoras para cambiar el extrusor (pieza que genera capa a capa la impresión) y que en vez de plástico imprimiera comida, todo con software abierto”.
Ahí llamaron la atención del mundo de los gastrónomos para empezar a investigar.
Paco Morales es otro de los chefs españoles que se atrevió a experimentar con la impresión 3D de recetas e incluso vajilla de cerámica: Cocoon.
“Empezamos a usar tecnología 3D en 2012 y hoy es una herramienta más que en mi caso utilizo para crear patrones andalusíes. Aún estamos en fase de experimentación y son ensayos que realizamos en el espacio creativo de restaurante”, afirmó Morales, quien colabora con JustMake.
La exótica propuesta se presenta con 3 menús: Qurtuba (70 euros), Madinat Al-Zahra (90 euros) y Al-Ándalus (130 euros), maridados con vinos árabe-mediterráneos.
Cobertura en otros países
Este innovador método de cocina también ha cautivado en Londres, donde se abrió un restaurante pop-up (tiendas y locales de comida donde el espacio deja de ser fijo para convertirse en itinerante y temporal para ofrecer, casi siempre, una experiencia irrepetible).
En este local todos los elementos fueron impresos en 3D: cubiertos, sillas, mesas, hasta la comida. La propuesta combina ingenieros, diseñadores gráficos y, por supuesto, chefs.
Food Ink, como se llama el restaurante, abrió sus puertas en julio del año pasado y seguirá mudando de plaza, pasando por ciudades como Nueva York, Seúl, Barcelona, Roma y otras.
Sus fundadores, Antony Dobrzensky y Marcio Barradas, afirman que en su establecimiento se hacen cenas futuristas y de ellas gustan estrellas de la música y el deporte como el caso de Shakira y Gerard Piqué, que en diciembre de 2016 acudieron a este lugar y quedaron fascinados.
Sobre este tipo de gastronomía, el Massachusetts Institute of Technology (MIT, por sus siglas en inglés), argumenta que la comida es uno de los ingredientes fundamentales de la vida. “No podemos pasar un día sin que antes experimentemos el tipo de alimentos que comemos y cómo lo hacemos está estrechamente relacionados con nuestras prácticas culturales, los entornos físicos y de salud personal. No obstante, cocinamos cada vez menos”.
¿A qué se le atribuye toda esta maravilla tecnológica? Justamente la responsabilidad recae en la empresa holandesa ByFlow, desarrolladora de la impresora Focus-3D, encargada de hacer realidad la iniciativa, con la única máquina del mundo capaz de manipular alimentos entre los que se incluyen, hummus, mousses, masas, quesos, pastas y chocolate.
Uno de los primeros en interesarse por la impresión de comida en 3D fue la NASA. En 2013 pagó una beca de 100 mil euros a un ingeniero de la empresa Systems and Materials Research Corporation (SMRC) para que desarrollase en 6 meses una impresora capaz de reproducir alimentos.
Así pretendía solucionar un doble problema: que los astronautas viajasen ligeros de equipaje y que los alimentos nutricionalmente adecuados tardasen lo máximo posible en caducar. (I)