Camina apresurado sobre una mesa. Se detiene, salta y se inclina. Cuando cae tiene los suficientes arrestos físicos para ponerse de pie y hasta está en capacidad de atacar a un rival si la situación lo amerita. Se trata de un robot de estructura humanoide construido por los estudiantes de la Facultad de Ingeniería Electrónica de la Universidad Politécnica Salesiana y que son parte del Club de Robótica.

Los alumnos guiados por el ingeniero Byron Lima se han dedicado desde hace más de 5 años a la elaboración de estos instrumentos eletromecánicos y con mucho éxito.

“Se trata de un espacio en donde el alumno pone a prueba todo lo que aprendió en las aulas de clases. Desde que iniciamos en 2013 la robótica en el país ha evolucionado. Comenzamos con robots básicos que se podían balancear y luego avanzamos con otros prototipos que pueden hacer diversas actividades, como caminar, bailar, defenderse, atacar y levantarse en caso de caer”.

Para este grupo de estudiantes que en el último campeonato de robótica que organizó la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) en 2017 quedaron campeones. Hacerlo es muestra del deseo de superación que están presente cada semestre. “El éxito radica en innovar siempre nuestros prototipos para que lleguen con algo nuevo a cada competencia. No podemos quedarnos quietos porque logramos un campeonato”, asegura Lima.

La complejidad en la elaboración de un robot depende del nivel académico que tenga el estudiante. En muchas ocasiones es necesario investigar asuntos que no son tratados en las aulas en donde el maestro se convierte en guía. Además se debe tener en cuenta que para que los robots funcionen bien debe existir una sindéresis entre sus partes mecánicas y tecnológicas; y eso demanda tiempo.

“Armar un prototipo requiere de un estudio para saber qué debe realizar el robot cuando ya esté en funcionamiento. Si se fabricara un modelo humanoide se debe tener claro si será para combatir, bailar o solo caminar. Porque cada temática requiere de ciertas exigencias en sus componentes. Ya con esa idea clara se trabaja en los mecanismos electrónicos que deben ser acordes a las exigencias del modelo que se planteó.

El tiempo del ensamblaje depende si existe una base o antecedente de prototipos ya elaborados; nosotros sí la tenemos y eso nos permite trabajar un robot en 3 o 4 meses. Es decir el tiempo se reduce”, asegura Lima.

Miguel Vega, un estudiante que es parte del Club de Robótica, asegura que muchos datos técnicos se los encuentra en plataformas especializadas y que eso facilita el trabajo; aunque fabricar un robot siempre demanda de mucha preparación y técnica.

David Carpio, un egresado de la carrera de Ingeniería Electrónica y miembro del Club, asegura que en la fabricación de un robot pequeño en relación a uno grande, ambos tienen los mismos principios. Varía la inversión según las dimensiones. Los que fabricamos en el país requieren de baterías como fuente de energía; en cambio los que se construyen a gran escala como lo hacen en Estados Unidos demandan motores de combustión interna como si fueran un vehículo, y por ello requieren de mayor inversión.

Pero quienes integran el Club de Robótica no solo se dedican a construirlos también ofrecen charlas y demostraciones de lo que hace.

“Nosotros nos trasladamos a colegios y escuela a mostrar de lo que somos capaces. Buscamos que niños y jóvenes se interesen por crear. No solo que sean consumidores de tecnologías; sino también que estén dispuesto a diseñar y fabricar. Es una forma de incentivarlos”, dice Lima

Tanto Carpio como Vega aseguran que la robótica ha servido para ayudar al hombre. “En muchas empresas se utilizan robots para que realicen trabajos pesados. Los hemos visto en la industria automotriz y cervecera. Además  como universidad pensamos en un prototipo para el área de investigación científica”, dice Carpio.

Vega añade que es satisfactorio ganar concursos.

“Participaron cerca de 10 universidades en la competencia que organizó la Espol. Hubo  categorías de 12 libras, lucha, balance, pelea de zumo y programación industrial. Todo salió muy bien porque fuimos la universidad que ganó en más categorías. (I)