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El boxeo aleja de las calles y las drogas a jóvenes de escasos recursos

El boxeo aleja de las calles y las drogas a jóvenes de escasos recursos
Fotos: Miguel Castro / El Telégrafo
23 de octubre de 2016 - 00:00 - Alex Córdova Larrea

Decenas de historias, unas más dramáticas que otras, tienen la mayoría de los 70 menores que se entrenan en la escuela de alto rendimiento Trinibox, la cual está ubicada en la cooperativa Vencer o Morir de la Isla Trinitaria, sur de Guayaquil.

El espacio físico donde se preparan los púgiles fue adecuado por la Empresa Pública Centros de Entrenamiento para el Alto Rendimiento (CEAR-EP). Se pintó y remodeló el lugar al estilo de una escuela de boxeo amateur. Hay 60 archivadores para que los deportistas guarden sus pertenencias y en la entrada se exhibe un grafiti gigante con la imagen del entrenador Yecson Preciado.

Tras un desalojo en el sector en marzo de 2015, el exboxeador profesional Preciado, de 46 años, fue beneficiado con la creación de su academia de box que nace del proyecto Escuela de Formación Deportiva Multidisciplinaria-Semillero del Cambio, Trinibox.

En este centro de boxeo hay 6 mujeres y el resto son varones de entre 10 y 24 años. No tienen miedo. Ellos —principalmente los hombres— están acostumbrados a recibir más golpes de los que usualmente les dan en el ring. Sus marcas en el cuerpo reflejan lo mal que la han pasado en las calles e incluso en sus hogares, donde la falta de un padre o madre ha dejado secuelas en sus vidas.

La campana no ha sonado y siguen en el ring. Los jóvenes ven una nueva oportunidad que les da la vida a través del boxeo, mediante el cual quieren convertirse en los nuevos exponentes de este deporte.

Sudado de pies a cabeza, concentrado mirando fijamente a su rival, sin dejar de cruzar golpes y moverse con agilidad, cada noche se observa a Alan Mina, quien desde hace un año se entrena en Trinibox. Él compite en la categoría de 70 kg.

De izquierda a derecha: Miguel Mosquera, Deiver Vivero y Alan Mina se entrenan en la escuela de alto rendimiento Trinibox.

Mina recuerda cómo la calle y las drogas estuvieron a punto de destruir su vida. Alan, de 14 años, es el menor de 8 hermanos de padre y madre. Vive junto con su progenitora y hermanos en la cooperativa Vencer o Morir, su papá dejó el hogar hace muchos años.

“Mi vida ya no era vida. Me amanecía en las calles. Robaba para poder saciar mi vicio del alcohol y las drogas. No soportaba que alguien me mire, enseguida peleaba y me sentía satisfecho al ver a esa persona ensangrentada y derrotada”.

Mina desde hace un año forma parte de Trinibox. Él nunca había practicado un deporte. El exboxeador Yecson Preciado se fijó en las cualidades del adolescente. Acogió a Alan como un hijo, le hizo tomar conciencia de lo que hacía y lo convenció para que se instruya en Trinibox.

“Yo era fumón. El profe me enamoró y me convenció de venir. Pasaba en la calle robando”, menciona el menor, quien cursa el séptimo año de educación básica (EGB) en una escuela cercana al sector.

Alan ahora ya no se amanece en las calles y los actos ilícitos son parte del pasado. Su objetivo es ser un gran deportista y representar al país en unos Juegos Olímpicos.

Está convencido de que va a lograr sus sueños, ya que en su momento soportó los golpes más fuertes, los que da la vida.

El ídolo del pugilista juvenil es el estadounidense Floyd Mayweather, mientras que en lo local es Carlos Mina, quien participó en los Juegos de Río.

Alan Mina fue medallista de plata en la división de 70 kilogramos de los Juegos Nacionales Prejuveniles 2016 que se organizaron en Cuenca el mes pasado.

La Isla Trinitaria es considerada una de las zonas más peligrosas de Guayaquil, según reportes del Ministerio del Interior. Hay niños, niñas y adolescentes que están acostumbrados a ver y ser parte de actos violentos. La escuela de boxeo sirve también para que ellos se desahoguen y calmen su ira.

El entrenador Yecson Preciado asevera que sus púgiles no pelean por una medalla. Entran al ring con otra fuerza. Tienen un orgullo de haber sido peleadores de calle y palpar lo que aquello representa. No se intimidan ante ningún rival.

En Trinibox también hay espacio para las mujeres. Para Tamara Lozano, de 15 años, lo importante es levantarse ante las adversidades de la vida y no dejarse noquear.

Aspira a destacarse en este deporte y ayudar con las necesidades de la casa a su padre Julio Lozano, quien tiene 36 años y se dedica al reciclaje. Tamara tiene 5 hermanos de 6, 8, 10, 13 y 19 años, este último de otro progenitor. Su mamá abandonó el hogar.

Su afición por el boxeo surgió luego de ver al profesor Yecson Preciado pasar todos los días con los guantes. “Me deleitaba viendo los guantes del profesor, dije algún día me los pondré y pelearé en el ring. Desde este año fui al gimnasio y me acogió el entrenador”, indica Lozano, quien en pocos meses de preparación ganó en junio la medalla de plata en el campeonato Guantes de Oro que se desarrolló en el polideportivo Los Cuatro Mosqueteros, al sur de Guayaquil.

Tamara muestra su poderío en cada entrenamiento. Descarga toda su agresividad golpeando el saco. La deportista, al igual que sus demás compañeros, tiene como objetivo sacar adelante a su familia, darle una vida digna.

“Me remuerdo y lloro cuando falta algo en mi casa. Mi padre reciclando hace todo lo posible por darnos lo necesario, pero a veces no alcanza y nosotros lo comprendemos. No siempre hay comida en casa. Pese a ello yo voy con todas mis fuerzas al gimnasio, a dar todo de mí para ser una gran boxeadora. Quiero sacar a mi familia de donde está”.

Lozano abandonó los estudios, pero piensa retomarlos en el próximo período lectivo. Estudió hasta octavo año de EGB. Mencionó que cada mañana, antes de salir a trabajar, su padre le señala que siga adelante, que logrará todo lo que se proponga si lo hace con disciplina y sacrificio.

Descubrieron habilidades

Anthony Reasco, de 15 años, nunca pensó que corretear a uno de sus vecinos para pegarle lo haría inclinarse por la práctica del boxeo.

Él había tenido una batalla a pedradas con Deiver Vivero, conocido como ‘Pachín’, uno de los jóvenes de la Isla Trinitaria con los que Preciado empezó su semillero.

Hace un año se enfrentaron en la calle y Reasco salió “victorioso”. Luego de aquello, fue hasta el gimnasio de Trinibox e increpó a Yecson, señalando que entrene bien a los chicos, que no saben pelear, le pegué a Pachín.

“Le pegaste porque estaba en la calle, en el ring él te pega, si quieres ven y hagamos la prueba”. Reasco, quien era conocido en el barrio como un muchacho de carácter fuerte y que se le paraba a cualquiera, aceptó la pelea.

Al ver la reacción de Anthony, Preciado le indicó que si quería pelear en el ring tenía que entrenar al menos un par de semanas para conocer las reglas del boxeo, ya que no era lo mismo que una pelea callejera.

La intención de Yecson era que Reasco se quede y lo logró. Desde entonces la ‘Rata’, como le dicen sus amigos, se convirtió en el mejor exponente de Trinibox. Reasco ganó la presea dorada en el torneo Guantes de Oro, Copa Cinturón de Oro y Juegos Nacionales de Menores en 2015, mientras que obtuvo el primer lugar en los Juegos Prejuveniles 2016. Su categoría es 75 kg. Deiver Vivero ya no tuvo que seguir corriendo por las piedras que le lanzaba cada que lo veía Anthony y se convirtió en uno de sus mejores amigos. “Somos una familia. Por medio del boxeo sacaré de la pobreza a mi familia. Estoy seguro de aquello”, expresa Reasco.

Los alumnos de Trinibox manifestan que ellos se “paran tieso para lo que venga y jamás tirarán la toalla”. Ya vencieron su mayor obstáculo, las drogas, ahora van tras su sueño: lograr títulos nacionales e internacionales y dar una medalla a Ecuador en Juegos Olímpicos. (I)

El 'Destructor' Preciado quiere una Trinitaria libre de vicios

¡Baja! ¡Golpea! ¡Sal de ahí! ¡Métele arre...! Son las expresiones más utilizadas por Yecson Preciado, quien en su época de boxeador era conocido como el ‘Destructor’.

La escuela la inició en la pequeña sala de su casa, luego, cuando tuvo más pupilos, uno de sus vecinos de la cooperativa Mélida Toral de la Isla Trinitaria le prestó el patio para que entrenaran.

Sus alumnos pasaron de 2 a 50 en menos de una semana.

El objetivo de Preciado era distraerlos y que no pensaran en el hecho inminente de quedarse sin casa. El año pasado estaban próximos a ser desalojados porque sus viviendas estaban asentadas en zonas no adecuadas para construir, las riberas del estero.

Yecson nació en San Lorenzo, provincia de Esmeraldas. El maltrato que recibía en su casa hizo que abandone a su familia y se traslade a Quito. Cuando se hizo boxeador profesional partió hacia Guayaquil y empezó a trabajar en lo que haya. Su sueño siempre fue crear una escuela de boxeo para los menores de escasos recursos, pero nunca se le había ocurrido cómo ejecutarlo. El detonante para que él empezara la escuelita fue el desalojo de sus vecinos. Eso lo impactó.

“Lo importante es levantarse y no dejarse noquear por los problemas. En la vida hay golpes lo suficientemente fuertes que sí te tumban, pero tienes que pararte tieso”, menciona Preciado.

El ‘Destructor’ señala que el objetivo es que, con la práctica del box, los chicos no sean presa fácil de las drogas y se cultiven como deportistas. “Aquí hay buenos valores, pero necesitamos más ayuda, que más actores se involucren con esta causa. Los chicos necesitan alimentarse bien, hay unos que comen solo una vez al días y, sin embargo, acá se matan en cada entrenamiento”.

A Yecson lo respetan en el barrio. Recorre la Isla Trinitaria en busca de nuevos talentos, de chicos que por diversos motivos se han refugiado en la calle y las drogas. “Estamos en la olla de las drogas y las pandillas. Quiero que mis chicos tengan una nueva oportunidad para vivir”. (I)

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