Cada 25 de febrero, a escala mundial, se conmemora el Día Internacional del Implante Coclear, un dispositivo que ayuda a escuchar a aquellas personas que han perdido la audición.

Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 5% de la población mundial (360 millones de personas) sufre de pérdida de la audición discapacitante, de los cuales 328 millones son adultos y 32 millones son niños.

Este organismo precisa que una tercera parte de los adultos mayores de 65 años también padece de este mal.

En el portal kidshealth.org, se indica que una persona que pierde la audición tal vez pueda oír algunos sonidos o nada en absoluto. Además, precisa que aproximadamente 3 de cada 1.000 bebés nacen con esta patología, lo que convierte a este trastorno en la anomalía congénita más frecuente. Un problema auditivo también puede desarrollarse en una etapa posterior de la vida.

Para la OMS, este problema puede sustentarse en factores hereditarios o no, a complicaciones durante el embarazo y parto. A esto suman enfermedades como la rubéola materna, la sífilis u otras infecciones durante el período de gestación.

También cuando el bebé presenta bajo peso al nacer, hubo asfixia en el parto, el uso inadecuado de ciertos medicamentos como aminoglucósidos, citotóxicos, antipalúdicos y diuréticos, o cuando se presentó una ictericia grave (aumento de bilirrubina en la sangre por trastornos hepáticos) durante la etapa neonatal.

El Instituto Nacional de la Sordera y otros Trastornos de la Comunicación (NIH, por sus siglas en inglés), establece que hay 2 tipos de pérdida de audición: uno ocurre cuando hay una lesión en el oído interno o en el nervio auditivo; el otro cuando las ondas de sonido no pueden llegar al oído interno.

Tratamientos

La OMS precisa que lo importante es prevenir esta patología a través de la detección e intervención temprana para minimizar las consecuencias y secuelas. Asimismo, señala que la situación de las personas con pérdida de audición mejora con la utilización de audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos.

Sin embargo, detalla que la producción mundial de audífonos satisface menos del 10% de las necesidades mundiales y del 3% en los países en desarrollo.

Una alternativa para quienes perdieron este sentido es el aprendizaje de la lectura de los labios, los textos escritos o impresos y el lenguaje de señas. La enseñanza del lenguaje de signos beneficiará a los niños con pérdida de audición; los subtítulos y la interpretación del lenguaje de signos en la televisión facilitarán el acceso a la información.

La Federación de Asociaciones de Implantados Cocleares de España (AICE), refiere que los implantes posibilitan la audición en todo el mundo a más de 325 mil personas con sorderas profundas neurosensoriales bilaterales y en torno a unas 13.500 solo en España, de las cuales un 40% son niños.

En Ecuador, el año pasado, el hospital Teodoro Maldonado Carbo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), se reactivó el programa de cirugías de implantes cocleares.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) menciona que quienes se ven más afectados con este cuadro son las personas que habitan en países bajos y de medianos ingresos como los de América Latina y el Caribe, donde hay un 9% de afectación. (I)