El índice de masa corporal ideal de una mujer embarazada no debe ser mayor a 25. La directora del Hospital de Especialidades Mariana de Jesús, Katiuska Hernández, explica que se considera normal el IMC de una gestante entre 18,5 y 25. Pero que si llega a 29.9 esto ya representa un sobrepeso, o si alcanza más de 30, obesidad. “Una de las principales causas de muerte materna es la preclancia, que es el aumento de la presión, y el factor de riesgo para que esto se origine es el sobrepeso y la obesidad”, dice.

Asimismo, indica que si una mujer con sobrepeso realiza sus controles prenatales no va a desarrollarla, de lo contrario sí ocurrirá. Otro de los riesgos que corre una mujer con sobrepeso son las alteraciones cardiovasculares y el desarrollo de diabetes gestacional.

Asegura que en 2015, de 8.049 embarazadas que dieron a luz hubo 250 casos de preclancia; 42 de hipertensión y 65 de diabetes gestacional. Según la endocrinóloga Carla Garay, especialista en diabetes gestacional del Hospital Carlos Andrade Marín, en Quito, esta enfermedad que se presenta como una alteración de la tolerancia a la glucosa, que se inicia o se reconoce durante el embarazo, es de alta prevalencia.

En 2012 se hablaba de que el 14% de las embarazadas a nivel mundial la desarrollaron y esa cifra va en incremento. Explica que para su detección se pide una glucosa en ayunas a cualquier mujer que esté embarazada, y de estar alterada esta se envía al endocrinólogo, para que este pida una prueba de tolerancia a la glucosa en las 4 semanas de gestación. En las gestantes obesas de alto riego la prueba se repite a las 33 semanas.

Riesgos en el parto y el bebé

Un reciente estudio de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, investigó que los bebés de mujeres obesas que desarrollan diabetes gestacional tienen 5 veces más probabilidades de ser excesivamente grandes o macrosómicos -pesan más de 10 libras- a los 6 meses de embarazo.

La ginecóloga Hernández indica que al presentarse esta complicación la futura madre no va a poder tener un parto normal, además los niños suelen tener fracturas en los hombros al parir en esta condición.

Garay añade que cuando una mujer cursa diabetes gestacional a futuro puede desarrollar diabetes tipo II, así como también el niño. Por ello asegura que es importante que se revalore a la madre a las 6 semanas de finalizar el embarazo. (I)

Caminata, pilates, yoga y natación son las actividades ideales para la mujer

Ejercicio físico en el embarazo reduce dolor lumbar y mejora ubicación del feto

Disminuir los dolores lumbares, como también fortalecer la musculatura de la pelvis son algunos de los beneficios que trae la práctica del ejercicio durante el embarazo. Llevar un rutina moderada hace que el cuerpo de la gestante se encuentre en mejores condiciones para el momento del parto, según un estudio conjunto entre las Universidades Politécnica de Madrid (UPM) y de Western Ontario (Canadá).

Para María Ordóñez, obstetriz del Ministerio de Salud (MSP), a partir de las 20 semanas sería recomendable que una embarazada empiece. Explica que se espera ese tiempo porque ahí ya han pasado las señales de peligro. “El bebé está mejor ubicado”, manifiesta. Varias son las actividades que una embarazada tiene como opción para empezar a practicar: pilates, yoga y natación, además de caminar.

Cuando esto ocurre ayuda al bebé a encajarse o a que gire en caso de que se encuentre al revés. Asimismo, hay mujeres que practican crossfit. Ante ello la especialista dice que lo pueden hacer siempre y cuando no presenten riesgos, placenta previa, o desprendimiento. “Mientras tengan buena salud y sobre todo se realicen los controles prenatales la futura mamá va a llevar un embarazo con normalidad. No es frecuente, pero lo que ocurre en ellas es que ya han tenido una rutina de ejercicios de ese tipo y no quieren perder ese ritmo”. (I)