Ecuador / Jueves, 06 Noviembre 2025

Llena de historia y tradición se levanta la barriada de San Roque, ubicada cerca a la Universidad de Cuenca. Este sector es reconocido por ser uno de los más antiguos de la ciudad.
El mayor atractivo es su iglesia, consagrada al santo  nacido en Montpellier (Francia), la cual tiene  una mezcla de estilo colonial, barroco y gótico.

Sus dirigentes creen que el sector ha sufrido un adelanto importante, pero también afirman que existen problemas que no han sido atendidos por las autoridades.

“Es impresionante como se dan los permisos para que funcionen bares y discotecas. En su mayoría no tienen todas las seguridades, como puertas de emergencias. No hay quien los controle y cada vez son más los negocios que se abren”, expresó Catalina Solano, presidenta del barrio.

Según la dirigenta, en los exteriores de estos locales ocurren constantes peleas.
“Hay escándalos, cruces de insultos y nuestras casas sirven de urinarios. Hemos hablado con los propietarios para llegar a acuerdos, pero nos manifiestan que tienen todos los papeles en regla”, aseveró.   

Otro problema, según los dirigentes, es la contaminación acústica y ambiental, sobre todo en el tramo de la avenida Loja, que pasa al frente de la plazoleta.

“Lamentablemente vivimos en medio del ruido. Hemos solicitado que nos den soluciones, pero ya más de un año y no hay respuesta. Por aquí pasan siete líneas de buses, a más de que se construyó una ciclovía, a la cual no nos oponemos, pero a su vez solicitamos que el servicio de transporte público no circule por aquí”, precisó.

San Roque también es recordado por el alto índice de inseguridad que había en el pasado. En la actualidad es catalogado por sus moradores como un barrio tranquilo.

Los habitantes aseguran que a pesar de haber sido ubicada una cámara de vigilancia y que existe patrullaje policial constante, suelen darse algunos robos en especial a los estudiantes de la Universidad Estatal de Cuenca.

Carlos Pauta vive 55 años en el sector. Él cuenta que años atrás existió una división entre la ciudadela y el barrio San Roque.

“Antiguamente la ciudadela organizaba una cosa y el barrio otra. Ahora es una sola y los dirigentes colaboran con todo el sector. Existe la unión entre toda la vecindad, nos ayudamos y nos respetamos entre todos”, dijo  Pauta.

La urbanización fue construida hace aproximadamente 60 años, sobre un cementerio. Fabricio Peralta morador, asegura que varios de sus vecinos han encontrado joyas bajo la tierra.

La religiosidad y el “Segundo Septenario”

Zoila Álvarez da catequesis y apoya también en el cuidado y arreglo de la iglesia de San Roque.
Indicó  que la gente del barrio es muy católica y todas las misas son muy concurridas.
“Es una parroquia eclesiástica que tiene todos los sacramentos. Contamos con una casa pastoral, donde se prepara a niños y jóvenes”, expresó.

La parroquia eclesiástica realiza con mucha solemnidad la fiesta del jubileo. Esta celebración se efectúa a la llegada del Santísimo, y es conocida como el “Segundo Septenario”, donde los priostes se preocupan para que los fuegos artificiales y bandas de pueblo sean un gran atractivo para turistas y fieles que llegan al lugar. Este año comenzará el 21 de noviembre la fiesta y desde ya se están preparando.