Una ciudad no es más bonita porque la limpien todos los días, sino porque la ensucien menos, dice un viejo comentario.

Esto debe aplicarse en Cuenca, porque hay muchas personas que sacan los desperdicios en horarios en los que no pasan los recolectores; la basura se queda en las veredas, los canes callejeros rompen las fundas y convierten la ciudad en un verdadero basurero.

Varios ciudadanos hicieron un llamado para que se evite poner en riesgo a la población, debido a que todos los desperdicios van hacía los sumideros y alcantarillas y cuando llega el invierno se producen inundaciones en los barrios.