La idea del Ministerio Coordinador de Desarrollo Social de sembrar teca o balsa, en las áreas de las fincas cercanas a las escuelas y colegios, no agrada los bananeros. Esta iniciativa, que se aplicaría a partir del próximo año, busca reducir el impacto que causan las fumigaciones en niños y educadores.

Además, el Centro Agrícola de Machala, que agrupa a más de 400 haciendas, rechaza que el posible corte de 100 metros de plantaciones alrededor de los planteles.

La dirigencia considera que, de aplicarse esa disposición, la industria bananera podría desaparecer. Y es que los productores reaccionaron después de que la Dirección Agropecuaria de El Oro anunciara como plan de contingencia sembrar árboles de otras especies a 100 metros alrededor de una población o institución educativa, como medida de protección para la población.

Paúl Gonzales, presidente del gremio machaleño, manifestó que, si se pretende implementar esa medida, el sector bananero no la va aceptar. “La mayoría de las escuelas fue construida por bananeros para que sus hijos no vayan a estudiar tan lejos. No es posible que ahora se nos quiera quitar 100 metros de plantaciones de la fruta”, se quejó.

El dirigente expresó su descontento, asegurando que el disminuir los sembríos en esa extensión resulta “criminal” para el sector bananero. “Hay productores que tienen 1 o 2 hectáreas, si estamos hablando de 100 metros, simplemente sus plantaciones desaparecen”, manifestó Gonzales.

Por ahora, como medida de protección a los escolares, el Ministerio del Ambiente ha dispuesto que ninguna empresa aerofumigadora o piloto podrá realizar actividades de fumigación aérea y dispersión de cualquier material o sustancia a un radio inferior a 200 metros de un centro educativo.

A esto se suma la prohibición para realizar esas actividades en los horario de clases, y menos aún si la aeronave no está registrada en la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad (Agrocalidad).

La restricción al lanzamiento de plaguicidas desde el aire durante los horarios de clases fue dictada en 2011 por la cartera de Ambiente.

Varios productores de asociaciones al centro agrícola aseguran que ellos fueron quienes construyeron la mayoría de centros educativos pagando, además, por cuatro años a los profesores. “Nosotros hicimos la escuela Miguel Ángel -en las inmediaciones de una plantación- para que nuestros hijos  puedan estudiar”, dijo un  bananero asociado al centro de Machala.

El pasado 5 de septiembre la Zonal 7 del Ministerio Coordinador de Desarrollo Social convocó en la capital orense a varias instituciones competentes en el tema, para tratar el impacto de las fumigaciones aéreas en  los centros educativos.

Marlon Tandazo, coordinador zonal, pidió la ayuda a las carteras de Ambiente, de Educación, de Agricultura y al Gobierno Provincial Autónomo de El Oro para que ayuden a encontrar una solución definitiva al problema.

El Guabo, el cantón que tiene a más escuelas cerca a fincas en El Oro

Hugo Añasco, director de Ambiente del Gobierno Provincial Autónomo de El Oro, aseguró que están trabajando, para que ninguna de las partes involucradas por el impacto de las fumigaciones se vea afectada.

Reveló que el cantón El Guabo es el más afectado, ya que tiene 72 centros educativos, incluido un colegio en la zona de influencia de las aeronaves.

De estos planteles, 35 se encuentran en zonas rurales. “Desde el año 2008, hemos venido trabajando con las denuncias que nos presenta la comunidad, ya que se ha visto afectada por el lanzamiento de plaguicidas y herbicidas”, dijo.

Comentó que hace dos años recibieron una denuncia por parte de la urbanización Ciudad Verde, en la que varios niños de ese sector presentaron enfermedades en la piel.

Las afectaciones más comunes para los menores son en los ojos, la garganta y la dermis. La contaminación por efecto de los plaguicidas se produce por inhalación y, además, a través de los ojos.