Carchi.-

La construcción de un mariposario en la comunidad El Baboso, perteneciente a la parroquia Tobar Donoso, en Tulcán, busca aprovechar el potencial natural de este sitio en el que habitan comuneros indígenas de la nacionalidad Awá.

Por la vía Salinas-Lita, en territorio carchense, se encuentra esta comunidad de 50 familias, donde se construye un lugar especializado en la cría, cuidado y exhibición de mariposas.

Según William Defaz, técnico de Gestión Ambiental de la Prefectura del Carchi, la propuesta se concretó por la alta biodiversidad que existe en la zona. Solo en los últimos 6 meses se han identificado 46 especies de mariposas.

Defaz indicó que este proyecto nació como un proceso de compensación ambiental del uso de recursos naturales de la localidad, por la utilización del agua del afluente El Baboso para la hidroeléctrica Hidromira.

“Se destinó una inversión de $ 45 mil en un área de construcción de 318 m², distribuidos tanto en el mariposario, como en baterías sanitarias y una vivienda para el biólogo de la comunidad”.

La obra diseñada con materiales de la zona como caña guadua, piedra de río, hojas de bijao, entre otros, trata de no alterar el medioambiente. La construcción tendrá una cubierta plástica de invernadero y malla metálica en el exterior.

El proyecto tendrá un enfoque turístico y biológico que integrará al río y el hábitat de las mariposas, además de potenciar el comercio en el sector. Según Jaime Bolaños, fiscalizador de obra del ente provincial, para facilitar el acceso al lugar, se trabaja en la adecuación vial para que cualquier tipo de vehículos pueda ingresar a la zona y de esta manera permitir que los turistas nacionales y extranjeros conozcan la comunidad de El Baboso.

A decir del técnico de Gestión Ambiental, se busca un modelo sustentable del manejo de los recursos naturales de los bosques, “con este proyecto podemos mostrar que no solo se puede usar madera y piedra del lugar, sino también los recursos vivos del bosque”, señaló.

El mariposario consta de ambientes como el área de vuelo, donde el visitante observará de forma cercana varios tipos de mariposas, incluso podrá fotografiar a los lepidópteros que surcan el lugar con sus variadas formas y colores.

En el área de laboratorio, se aprenderá sobre las etapas de crecimiento de la mariposa: huevo, larva, pupa y adulto. También habrá un espacio para la reproducción de plantas hospederas y alimenticias de las mariposas. “El Mariposario se convertirá en un lugar de estudio para especialistas y estudiantes universitarios”, indicó Bolaños.

Pero la propuesta va más allá, también se pretende complementar con senderos de orquídeas y helechos. Al igual que construir bebederos para colibríes. El proyecto ambiental permitirá al turista observar lo que existe detrás de los bosques.

Fuente adicional de recursos

Las mariposas son especies bioindicadoras de hábitat, son específicas en su forma de alimentarse y permiten conocer qué tipo de especies de plantas estarían desapareciendo y el estado actual de la vegetación de un área determinada.

Para Amílcar Guanga, un habitante awá, este mariposario se convertirá en una fuente adicional de recursos para la comunidad de El Baboso a través de la alimentación, transporte, hospedaje, guianza y sobre todo compartir vivencias ancestrales a los futuros visitantes.

Alberto Taicuz, también comunero awá, considera que la construcción del zoocriadero es importante para la comunidad, de ahí que todos están a la espera de su pronta inauguración.

De acuerdo con Karina Pozo, directora (e) del Área de Desarrollo Económico Local de la Prefectura, la construcción de esta infraestructura es de carácter educativo, productivo y turístico, un espacio dedicado a la cría y exhibición de los lepidópteros que se abrirá al público en las próximas semanas. Fausto Revelo, constructor del mariposario, dijo que la obra tiene 75% de avance.

Manuel Taicuz, presidente comunal, señaló que se adecuaron 4 vados o arroyos de corriente de agua con fondo firme y poco profundos para permitir que el visitante pueda bañarse en las cristalinas aguas del afluente, sin ningún tipo de contratiempos, a la vez que recuperarán un puente colgante que estaba en malas condiciones pero que será utilizado para la actividad turística en el río El Baboso.

“Una visita a este jardín tropical no solo es un espectáculo de color por las mariposas que revolotean alrededor, sino que además ofrece la posibilidad de verlas nacer a pocos centímetros, una experiencia inolvidable y de culminación de la metamorfosis”, detalló Damaris Guerrón, jefa del área de turismo de la Prefectura. (I)