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El Telégrafo
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Un homenaje a las actividades artesanales del canton montúfar

Los oficios tradicionales, rescatados en un museo

En la primera sala del museo se exhibirán las artesanías en tejido, telar y bordado. Carlos Jiimenez / El Telégrafo
En la primera sala del museo se exhibirán las artesanías en tejido, telar y bordado. Carlos Jiimenez / El Telégrafo
08 de noviembre de 2015 - 00:00 - Carlos Jiménez

Una vivienda considerada patrimonial, remodelada y restaurada, en la ciudad de San Gabriel, cabecera cantonal de Montúfar, en la provincia del Carchi, fue convertida en un museo para rendir homenaje y promover el trabajo de los oficios artesanales en el fortalecimiento identitario del cantón.

Algunos de estos oficios como la alfarería, la herrería, la talabartería y la curtiembre ya no funcionan como antaño; para evitar su desaparición, el museo es el puente o nexo entre el pasado y presente.

Los artesanos aún viven y son considerados iconos patrimoniales y son el orgullo del cantón, puntualizó Darwin Enríquez, técnico de la Unidad de Gestión Patrimonial del Municipio de Montúfar.

El actual inmueble que se transformó en museo tiene un gran peso histórico, pero se formó con 3 viviendas que para inicios del siglo pasado sirvieron para el surgimiento de emprendimientos productivos.

El técnico municipal relató que en 1900 la familia Echeverría tuvo un primer emprendimiento con una fábrica de gaseosas (elaboración, envasado, etiquetado y comercio); en 1910 surge el emprendimiento de la familia Mena con la primera panadería con un horno de leña que aún se mantiene en pie, mientras que en 1930 la familia Cuasapaz emprende la primera quesería.

Estos aspectos históricos fueron relevantes para desarrollar la iniciativa, “cuando se adquirió el sitio estaba en pésimas condiciones, se lo restauró para tener un primer museo artesanal”, señaló Enríquez.

Asimismo explicó que el naciente y único museo de esta índole nació de la necesidad de rescatar el legado del trabajo artesanal, todo es parte de un proyecto denominado Economías creativas aplicadas al desarrollo de los sectores artesanales vinculados al colectivo de mujeres artesanas del cantón Montúfar.

En este proyecto se efectuaron tareas de restauración de los inmuebles, con obreros locales, y capacitación a los artesanos con el afán de fortalecer sus prácticas y la calidad de los productos, de igual forma, la intención del museo es vincular a más artesanos de otras áreas.

En la ejecución del proyecto cultural museográfico, se invirtieron aproximadamente $ 421 mil, recursos financiados gracias a un convenio de cooperación interinstitucional entre el Gobierno Vasco, a través de la Fundación Tecnalia, y el Gobierno Autónomo Descentralizado de Montúfar, indicó el burgomaestre, Juan Acosta.

En el proyecto también participaron el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) y la Articulación de Redes Territoriales (ART) para el desarrollo.

Uno de los antiguos artesanos es Jorge Guillermo Caicedo Pozo, de 81 años, considerado como el último herrero de Montúfar. Cuenta que a los 7 años aprendió de su abuelo el oficio; que empezó cortando latas y poco a poco perfeccionó la técnica.

Aún conserva su taller en las calles Los Andes y Humberto Aristizabal, centro de la urbe, pero ya no trabaja como antes sino que elabora cosas pequeñas que no impliquen mucho esfuerzo.

Con el paso de los años el arduo trabajo le pasó factura y por más de 4 años dejó de lado la herrería, una rara enfermedad que no recuerda le apareció en sus ya desgastadas manos de tanto golpear el acero para moldear las llaves u otros objetos elaborados en metal.

“Este oficio es duro duro, porque más antes nos tocaba andar buscando el hierro para forjar, por eso nadie quiso aprender”, sostuvo.

Antaño, la herrería era fuente de ingresos para 7 familias, sin embargo, con el tiempo cerraron los negocios, la mayoría de ellos porque el herrero falleció o por el aparecimiento de nuevos y modernos métodos para la elaboración de llaves y cerraduras, lo que redujo considerablemente el trabajo.

Al interior del museo

El museo está compuesto por 5 salas, cada una de ellas tiene una identificación de acuerdo con su área artesanal; existen paneles didácticos, repisas para muestras de herramientas, entre otros.

En la primera sala se exhibirán las artesanías en tejido, telar y bordado. En la segunda sala, los antiguos oficios la confección de sombreros de paño, la alfarería, la talabartería y curtiembre, la cerámica, la herrería y la escultura en madera.

En la tercera sala, un horno de leña de 105 años rehabilitado estará funcionando para elaborar el tradicional pan de casa. En la cuarta sala se elaborará y venderá el tradicional queso amasado. Mientras en la quinta sala se comercializarán los artículos elaborados por los artesanos del cantón.

El museo cuenta también con un restaurante que ofrecerá gastronomía típica del sector. Este se encuentra ubicado en las calles Olmedo y Rocafuerte, en una zona donde el MCP y el Municipio de Montúfar restauraron, en una segunda fase, 26 casas patrimoniales privadas. (I)

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