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En este lugar, desde 1913, estaba la terminal del ferrocarril Manta–Santa Ana, obra vital para el crecimiento de la ciudad

Tarqui, su historia y prospectiva

La playa de Tarqui es un punto obligado para quienes realizan turismo en Manta. El movimiento pesquero en la localidad se ha realizado por más de 1.500 años, con la cultura manteña. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo.
La playa de Tarqui es un punto obligado para quienes realizan turismo en Manta. El movimiento pesquero en la localidad se ha realizado por más de 1.500 años, con la cultura manteña. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo.
19 de octubre de 2014 - 00:00 - Joselías Sánchez Ramos. Historiador

Somos un pueblo enorme en el tiempo y en el espacio. En esta ensenada hoy llamada Tarqui habitaban los hombres y mujeres de la cultura manteña y, desde nuestra playa de Tarqui, zarpaban sus embarcaciones, las balsas manteñas, cargadas de productos y de conchas spondylus, para comercializar a lo largo de la Costa del océano Pacífico, desde Chile hasta México.

Nuestros antepasados eran navegantes y comerciantes. Los tarqueños de hoy somos navegantes y, sobre todo, comerciantes, hombres y mujeres que sostienen la economía del cantón, hombres y mujeres que trabajan las 24 horas para mantener el ritmo acelerado del comercio.

Por tanto, aspirar a un mercado moderno no es una quimera, es una aspiración noble y decidida de un pueblo que les pide a sus mandatarios mirar con solvencia política y con visión económica la importancia que tiene, no solo para Tarqui sino para todo el cantón.

Tarqui requiere un mercado moderno, accesible, confortable para satisfacer el derecho humano de comprar y el trabajo humano de comerciar. No es solo una aspiración de los comerciantes integrados en la gran comunidad de la Floresmilo Mendoza, es un derecho de los tarqueños que debe satisfacerse con propiedad, presteza y justicia.

Nuestros antepasados eran pescadores y buceadores; tal vez ya no buceamos pero los tarqueños de hoy seguimos siendo pescadores y, aunque no necesitamos un puerto pesquero artesanal, Tarqui sigue siendo la playa desde donde zarpan y llegan decenas de fibras cumpliendo sus faenas de pesca.

El utilizar la playa para esta actividad no es dádiva de autoridad alguna, es un derecho ancestral porque los tarqueños venimos pescando desde hace 1.500 años, es un derecho al trabajo humano que contribuye a la riqueza cantonal como lo hacen los pescadores artesanales de San Mateo y los pescadores industriales de Los Esteros.

Los tarqueños pescadores y su pesca sostienen la gastronomía del creciente turismo mantense.

Nuestros antepasados eran artesanos del tejido, de la concha perla, del barro, de la piedra e, incluso, de los metales, apoyados en una tecnología propia que heredaron de sus antepasados que datan de 10 mil años antes de Cristo.

Los tarqueños de hoy siguen siendo industriosos, creativos y emprendedores, de manera que el potencial de la productividad fabril del cantón se encuentra en esta vieja parroquia que tiene ya 85 años. Cuando en 1929, el alcalde Efraín Álava decidió crear su primera parroquia urbana con el nombre de Tarqui, lo hizo otorgándole al barrio La Ensenada, esta categoría “por su numerosa población, su importancia comercial y su notable desarrollo”.

La Ensenada corresponde al territorio del margen derecho de la desembocadura del río Manta, que viniendo desde Las Chacras, serpentea la playa para desembocar en el mar a la altura del edificio de la Empresa Pública de Electricidad, CNEL. Con las obras portuarias y el malecón se desvió su desembocadura a la playa de Tarqui.

Desde allí hasta los límites con el cantón Montecristi y su parroquia Jaramijó, incluyendo Los Esteros y Mazato donde hoy está la parroquia Eloy Alfaro. En esta Ensenada, hoy Tarqui, desde 1913 estaba la terminal del ferrocarril Manta–Santa Ana, construida por Alfonso Gonzembach. Funcionó hasta 1943, año en que cerró operaciones por falta de mantenimiento.

Por este ferrocarril llegaron la tagua, el cacao, el café, la higuerilla, el piñón, los sombreros, el palo de balsa, la fibra de ceibo y de algodón para su exportación, productos que también alientan la inversión industrial como ALES que es la primera gran industria de Tarqui o la IBE con su tagua, o la Inalca con su desmotadora de algodón.

A lo largo de 30 años, por el ferrocarril llegaron oleadas de manabitas de Santa Ana, Portoviejo y Montecristi, que se asentaron en esta parroquia, que los recibió como hermanos sin preguntarles su origen. Se trató de gente trabajadora, responsable, orgullosa de sus ancestros y apellidos.

A partir de 1950, desde la placita de Tarqui, la compañía Hambursen construyó la carretera Manta–Montecristi–Portoviejo.

Cuando se inaugura la carretera Quito–Chone, esta se convirtió en otra vía que alentó la inmigración hacia Manta, que se intensificó con la inauguración del puerto, en 1966, y con la universidad, primero como extensión, en 1967, y luego como Eloy Alfaro, en 1985.

Hoy, nuestro territorio ya no es tan extenso. De sus entrañas han salido 2 hermanas parroquias que conviven las alegrías y las aspiraciones, compartiendo el progreso, de esta gran Tarqui que hoy nos reúne para celebrarla.

La historia de su creación

Para 1922, en el naciente cantón de Manta existía una población de 4.161 habitantes. De este gran total, 2.985 parroquianos habitaban en El Puerto y 1.056 parroquianos vivían en La Ensenada.

Una de las primeras preocupaciones del Ayuntamiento Municipal que se posesionó el 4 de febrero de 1923 fue crear una parroquia urbana para justificar, administrativamente, la condición de Cantón.

Seis años después, el 11 de febrero de 1929, el Municipio presidido por Efraín Álava, aprobó, en tercera discusión, la Ordenanza de creación de la parroquia Tarqui.

El nombre de Tarqui no es casual. Es un homenaje al Centenario de la Batalla de Tarqui, epopeya del Ejército ecuatoriano en la que derrotó al Ejército invasor de Perú. El Municipio quería inaugurar la nueva parroquia en la fecha centenaria del 27 de febrero de 1929. Así lo comunicó telegráficamente al poder Ejecutivo.

Pero, el Ejecutivo tardó 6 meses. El 29 de agosto de 1929 dictó el Decreto N°. 329 y creó la parroquia Tarqui. El Municipio recibió la comunicación el 6 de septiembre y dispuso que la primera parroquia urbana sea inaugurada el 9 de octubre de 1929, en homenaje al grito de independencia de Guayaquil.

Somos una parroquia cosmopolita, eso quiere decir, mundial, planetaria, una comunidad de hombres y mujeres que, nacidos aquí o venidos de allá, nos sentimos orgullosos de nuestra tierra, de nuestra familia, de nuestro trabajo, de nuestra parroquia, de nuestros barrios, de nuestros amigos y vecinos.

Lo importante, no es lo que se fue, sino lo que permanece, lo que tenemos, y se lo dice un historiador, un periodista, un maestro de la docencia universitaria que nacido en esta parroquia donde ha crecido y se ha educado, vive reflexionando este presente, a veces angustioso por la destrucción del medio ambiente, pero también esperanzado para construir una dinámica prospectiva para el futuro de nuestro pueblo.

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