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Rocafuerte, una tierra agrícola que se convirtió en la capital del dulce manabita

En la época colonial se conoció a Rocafuerte con el nombre de San Judas Tadeo, por la costumbre de aquel tiempo de asignar a las nuevas ciudades el nombre de santos. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo
En la época colonial se conoció a Rocafuerte con el nombre de San Judas Tadeo, por la costumbre de aquel tiempo de asignar a las nuevas ciudades el nombre de santos. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo
29 de marzo de 2015 - 00:00 - Redacción Regional Manabí

Una idea inquietaba hace años a Conchi Solórzano: abrir su propio negocio. Quería prosperar y se resistía a emigrar para hacerlo. Confió en que podía hacerlo en su natal Rocafuerte.  

Entonces, tras analizar el mercado cercano a su casa, decidió montar una ferretería, a la que nombró Andreíta. “Tengo 3 años con este negocio y para mí es fructífero, es un éxito, y quiero seguir adelante”, detalla.

Solórzano, mientras camina rumbo a una de las fábricas que hacen dulces en su cantón, comenta que la ciudadanía ya no tiene que movilizarse a otras ciudades para comprar artículos, tal como lo hacía antes, porque ahí “hay de todo”. “El comercio es muy bueno, estamos casi en el centro de Manabí”, señala.

Rocafuerte es una localidad agrícola, en la que se destacan los sembríos de las zonas altas. “Esperamos que el invierno nos ayude, ahí producimos más”, comenta.

Mientras avanza, resume que el turista puede encontrar artesanías en tagua, dulces, panes de almidón, tortillas, ollas de barro, sillas perezosas y las llamadas sillas en forma de tijeras.

El Señor de los prensados es el local de venta de raspados más tradicional en Rocafuerte. Hay quienes le agregan cola negra a esta preparación.

La comerciante contagia de alegría a las personas con las que conversa. “Es que así somos los rocafortenses, amigables”, resalta cuando habla al respecto. Saluda con regocijo a Mariana Hidrovo, una mujer que se ha dedicado a hacer dulces por años. “Hago dulce de papaya, zanahoria y otros. Dos días a la semana  trabajo en dulcería Los Almendros, donde llevo un año”, cuenta Hidrovo.

La empresa está ubicada en la avenida Sucre, en la vía a Chone. Su propietaria, Hondina Delgado de Romero, muestra la variedad de su producto y explica que antes elaboraba los alimentos en su casa, pero ante el crecimiento de su mercado, construyó un local.

Sus productos, como los de muchos rocafortenses, son pedidos para diversos compromisos sociales. Cada 30 de septiembre participa en la feria del dulce, en la que se ubican 50 estands que ofertan sus mejores creaciones.

Jimmy Romero explica que en Rocafuerte, la elaboración de dulces es una actividad que vincula a familias enteras. Él, por ejemplo, aprendió la preparación de su suegra, Auxiliadora Vélez. “Nuestro Rocafuerte es conocido como la capital del dulce, es una tradición”, señala.

En su local venden limón relleno de manjar, algo que gusta mucho a quienes llegan al cantón. Es uno de los productos que más tiempo toma preparar. “Se pone a hervir el limón y se deja reposando. Con una cuchara se le saca todo lo de adentro y solo queda la cáscara. Después se hace un almíbar de azúcar y se lo pone a hervir, de allí queda agridulce. Por último se lo rellena de manjar y se lo pone a enfriar”, explica Romero.

Los limones rellenos cuestan $ 1. Su valor se debe más al tiempo de preparación, que a los ingredientes utilizados. “Yo vivo en Portoviejo, pero en cada fiesta familiar vengo hasta Rocafuerte para comprar estos dulces. He probado otras variedades, pero ninguna se iguala a la calidad de lo que venden aquí”, indica Jassón Cedeño, quien resalta que su confite preferido es el alfajor, aunque también le gusta el limón relleno.  

Los dulceros artesanales de la localidad planifican tener una planta industrial para elaborar sus productos con todos los estándares de calidad. Esa es una de las metas que tienen.

Otra actividad tradicional en este territorio es la elaboración de las sillas en forma de  tijeras y perezosas con madera. El artesano Abelardo Manzano lleva años fabricándolas. Comenzó a trabajar con su padre, Modesto Manzano, cuando era un adolescente. Indica que el negocio de las sillas de tijeras fue decayendo porque “hace años salieron al mercado las sillas de plástico y la gente quería lo novedoso”.

Ante esta situación, buscó una alternativa, por lo que empezó a elaborar las perezosas. “En la actualidad me va bien con ellas y con los taburetes, cuyo valor es de $ 15; depende de la calidad de la madera”, dice Abelardo, quien elabora hasta 8 docenas de perezosas a la semana. Tiene clientes de Quito, Guayaquil, Machala, Babahoyo y por diversos puntos de Manabí.

Aconseja usar las sillas de madera, debido a que estas no se calientan como las de plástico.  “Hay personas que no quieren que se termine este arte y siguen solicitando las sillas de tijera”, indica.

Su ebanistería, llamada Manzano, está ubicada en la calle Sucre, vía a Chone. En Rocafuerte hay otros 6 talleres que se dedican a la actividad que hace Abelardo.

El alcalde de Rocafuerte, Pacífico Zambrano, explica que el cantón busca proyectarse en diversos ámbitos con la mejora de los servicios básicos.

Para él, lo esencial del desarrollo es tener una propia planta de agua potable. En la actualidad se proveen del líquido vital a través de la planta El Ceibal, que administra la Empresa Pública Aguas de Manta (EPAM). “Todo depende del financiamiento y el costo”, dice.

La planta les costaría unos $ 4’500.000 “Hay que buscar cobertura del Gobierno Nacional, a ver si nos ayuda con el 50%”, destaca el Alcalde.

En dulcerías como Los Almendros, el cliente encuentra más de 80 variedades como alfajores, galletas de almidón, cocada, roscas, entre otros.

Asegura que está creada la empresa para administrar el agua y que de momento se desarrollan los estudios para la construcción de la planta propia. Rocafuerte y otros 3 cantones (Montecristi, Jaramijó y Portovieji) tienen una deuda con la EPAM. Según la empresa, el monto que debe cancelar este cantón es de $ 780.508,32.

Zambrano comenta que el Cabildo hará un abono a esta deuda en los próximos días. “Vamos a hacer un convenio de pago, de acuerdo al sistema”, refiere.

Respectos a las vías de acceso al sitio, el Gobierno local trabaja junto con el Consejo Provincial. “Mi compromiso como Alcalde se mantiene firme, buscando siempre impulsar el desarrollo y crecimiento integral del cantón y el de sus habitantes. Buscamos el buen vivir de todas y cada una de las familias rocafortenses”, resalta.

En el cantón otras de las artesanías que se pueden encontrar son las ollas de barro. Para su elaboración extraen el barro de las colinas. Su fabricación es mayor en Puerto Loor y en San Pedro de Sosote. Estos productos son comercializados, en su mayoría en el sector de Tierras Amarillas. Hay pedidos desde Quevedo, Portoviejo, Buena Fe y Guayaquil.

El turismo en la ciudad también es un gran aporte. Existen lugares atractivos como Puerto Loor.

El agua del balneario es utilizada también para regar sembríos de ciclo corto, que están ubicados a la orilla del río. Alrededor de sus aguas se pueden observar viviendas de construcción mixta, así como también pequeñas ramadas construidas de caña.

Sus habitantes se dedican principalmente a la agricultura y, escasamente, a la ganadería. Los fines de semana hay personas dedicadas al comercio que atienden a quienes llegan al lugar.

Otro de los atractivos es Las Jaguas, el primer balneario que existió en la zona. Cuenta con una represa de agua, que forma un remanso que permite a los visitantes realizar actividades de natación. También están los balnearios El Ceibal y Los Pocitos.  

Asimismo, su gastronomía llama mucho la atención. El plato típico es la tonga, un  producto que está envuelto en una hoja de plátano, previamente sahumada. Para prepararla se cocina el arroz colocándole agua, sal, aceite y vegetal amarillo para que coja color.

Se prepara el estofado de pollo con sal, pimienta, comino, más un licuado de cebolla paiteña, con pimiento verde y ajo. Luego se pone a hervir con un poquito de achiote hasta que ablande.

Aparte se prepara la salsa de maní. Se le agrega maduro frito en rebanadas largas. Despué se envuelve la comida con la hoja  de plátano sahumada y queda lista para ser entregada, no solo en el cantón sino a otras localidades de la provincia que gustan mucho de este tradicional plato.

Hay turistas que al pasar por el cantón no dejan de probar los granizados del Señor de los prensados, local ubicado en la esquina de la calle 30 de Septiembre y Eloy Alfaro.

Hay de diferentes  sabores, entre ellos rosa, crema, chocolate y tamarindo. Para prepararlo se necesita una marqueta de hielo, la cual se la raspa con un utensilio metálico hasta  obtener el hielo triturado, que se coloca en un vaso para darle forma con las manos, luego de eso se colocan la esencia que puede ser: crema, rosa, tamarindo o menta.

El precio va desde los $ 0,30 centavos hasta los $ 0,90. Hay quienes al prensado de rosa le echan gaseosa negra, para darle un sabor exótico.

La ciudad cuenta con la iglesia Nuestra Señora del Carmen, también visitada por viajeros. Este templo es una joya arquitectónica construida en el siglo XIX.

Actualmente, la parte interior ha sido remodelada. Su fachada conserva los detalles originales, con sus tradicionales campanarios.

Según la historia del templo, publicada en la página web del Municipio de la localidad, su construcción empezó alrededor del año 1890, cuando el arquitecto alemán Enrique Dissel-Kampf fue ordenado por el segundo obispo de Manabí, Pedro Schumacher, para que elabore los planos del majestuoso santuario de Rocafuerte, los mismos que eran exhibidos en la iglesia La Merced de Portoviejo.

Schumacher quien inició con la construcción del templo, no lo vio concluido, debido a que se fue exiliado a Colombia.

Fue el sacerdote Francés José Berthelot, quien llegó a Rocafuerte a mediados del año 1900, quien inauguró el altar y la imagen de la Inmaculada de Rocafuerte, el 8 de diciembre de 1905.

El padre José Berthelot importó desde Francia los vitrales del templo y el altar, así como una imagen de la Inmaculada Concepción.

Mariuxi Macías, visitante, destaca la belleza arquitectónica de la iglesia. “Rocafuerte me gusta mucho, tiene río, una gastronomía para literalmente chuparse los dedos, lindos paisajes y deliciosos dulces. Aquí se puede relajar”, agrega.

DATOS

Particularidad. El cantón Rocafuerte está situado en la parte occidental del territorio ecuatoriano, ubicado en la zona centro norte de la provincia de Manabí.

Calidad. Los dulces artesanales del cantón  ofrecen 365 tipos de creaciones o  variedades y son elaborados con materia prima de primera calidad.

Variedad. Estos dulces artesanales están elaborados con ingredientes sanos, frescos y naturales, cuidadosamente seleccionados.

Movilidad. El acceso cantón es vehicular y las víaslo conectan directamente con las ciudades de Portoviejo, Chone, Manta. Además está cerca a Crucita.

Tagua. Esta artesanía se oferta en los locales ubicados en el sitio Sosote, a ambos lados de la vía a Portoviejo.

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En la comunidad de San Pedro de Sosote del cantón Rocafuerte, ubicada en el centro de la provincia de Manabí, se elaboran y comercializan ollas de barro. El producto es fabricado de manera artesanal por tres familias del sitio.

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