En la vía Montecristi-Jipijapa, en la provincia de Manabí, se encuentra ubicado  el recinto Quimís, una tierra de apicultores.

Desde hace 8 años, los comuneros  de la zona optaron por dedicarse, además de a las tareas agrícolas, a criar abejas y producir miel.

El producto puede costar desde $ 5 hasta $ 100, dependiendo de la clase de miel. Por ejemplo un litro de miel dulce (mejor conocida como real), por su sabor y poder curativo,  se puede vender hasta en $ 100.

En cambio un litro de miel agria (conocida también como tierra), aunque es más difícil de conseguir, se puede vender en $ 20.

Fernando Sánchez lleva 20 años en el negocio y cuenta que al principio había pocas personas dedicadas a la comercialización y procesamiento de la miel. “Mi familia producía miel desde que yo era pequeño. Este negocio siempre fue nuestro sustento”, destaca Sánchez.

Sin embargo, desde hace unos 8 años la cantidad de personas que se dedican al negocio ha aumentado considerablemente. En su mayoría son mujeres las que realizan esta actividad, pero cuando no hay mucho trabajo en el campo, los hombres también se unen.

Por ejemplo existe una agrupación que nació en 1994, y que en 2004  se convirtió en asociación. Su nombre es 25 de Julio y su presidenta es Rocío Pincay. Actualmente cuenta con 38 socios activos.

Esta asociación ha recibido asesoría y colaboraciones de entidades como Prolocal, Fundes, ONG y otros programas. “A los asociados se les brinda protección médica, porque hay una abeja cuya picadura puede traer complicaciones a la salud y se les entrega mascarillas y guantes, entre otros implementos”, explica Pincay.

María Elena Quimís, apicultora de la zona comenta que quienes se dedican a  esa actividad reciben charlas, asesoría técnica y ayuda para sus negocios. “Todos estamos capacitados para ser apicultores”, resalta Quimís, y acota que la miel que se produce en su localidad es “pura y silvestre”.

El producto no solo es requerido por su sabor sino por sus propiedades para tratar enfermedades  respiratorias.

María Murillo otra de las productoras de Quimís comenta que la miel  ayuda a combatir problemas de salud como: asma, tos, gastritis, anemia, infecciones en las vías urinarias y afecciones renales, entre otros.

Murillo indica que su venta promedio por día oscila entre $ 30 y $ 60. “Se vende más en los feriados y los fines de semana de temporada playera”, dice.

La miel es un fluido dulce y viscoso que producen las abejas o proviene de secreciones de partes de plantas o de excreciones de insectos chupadores de plantas.

Las abejas lo recogen, transforman, combinan y almacenan en los panales donde madura.
De ahí que la intervención del hombre en el proceso de explotación de los panales de la colmena sea complicada.

En Quimís, los ceibos de la localidad atraen a los enjambres de abejas, las cuales llegan por el néctar que producen las flores.

Luego de que los insectos dejan su miel, esta es recogida por los productores, quienes la envasan y la venden al filo de la carretera.
La miel se extrae de árboles de enjambres que son hechos en la tierra o de criaderos que actualmente se han implementado por medio de la asociación, indica Murillo.