La casa Linzán tenía su historia. Era un bien patrimonial levantado en la zona céntrica de Portoviejo, cercana al Municipio, pero el descuido de los dueños del inmueble y el paso de los años destruyó la que un día fue una de las viviendas más imponentes de la capital manabita.

Tras años de permanecer en pésimas condiciones, 2 semanas atrás esta edificación fue demolida por el Municipio, debido a que, según dio a conocer el Cabildo en un comunicado de prensa, “constituía un riesgo para la ciudadanía y era una guarida de alimañas”.

Conocida como La casa Linzán, porque ahí vivió una familia con dicho apellido, el inmueble ya le pertenecía al Municipio de Portoviejo, sin embargo por su estado vetusto y porque era parte del inventario de bienes patrimoniales no podía ser intervenida.

El inmueble en cuestión se encontraba ubicado en las calles Colón y Olmedo, y fue demolido una vez que el Ministerio de Cultura y Patrimonio le dio de baja del inventario patrimonial, tal como lo informó el ministro del ramo, Francisco Borja.

El demoler la casa era una prioridad para el Municipio de Portoviejo, según destacó su alcalde, Agustín Casanova. “Edificaciones como esta son un atentado contra el ornato de la ciudad”, expresó el funcionario.

Debido a su tradición en la ciudad, la casa Linzán será reconstruida, según destacó Marco Rosero, director provincial del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural.

“Desde el Municipio se realizaron todas las gestiones para la demolición y debido a la degradación del inmueble, se procedió a ejecutar lo solicitado”, destacó Rosero, quien además indicó que la réplica no estará ubicada en el mismo terreno.

“Serán las autoridades de la ciudad las que decidirán en qué punto levantaremos la casa, ellos dotarán del terreno para su construcción”.

Diego Vélez, director de Obras Públicas Municipales, destacó que la decisión que se tomará con el terreno llegará tras un consenso entre el alcalde Casanova y el Concejo. Una de las opciones es prolongar la calle Olmedo. También se ha planteado utilizar el lugar como un centro estratégico para promocionar el turismo en la ciudad a través de sus especialidades culinarias.

“Se ha tomado la mejor decisión. Por su pésimo estado, esta casa era un verdadero peligro para los transeúntes”, destacó Iván Cevallos, portovejense que cree que dicho espacio puede utilizarse en una obra de beneficio colectivo.

De su parte, Luis Quiroz, morador del sector, dijo que la demolición fue la mejor salida para el inmueble. “Había mucha gente que se oponía y se oponía sin saber lo que pasaba ahí. Quienes vivimos aquí sabemos que este inmueble era guarida de culebras y un lugar al que las personas llegaban a drogarse. Los moradores de acá hemos convivido con esta molestia más de 15 años”, resaltó Quiroz.

Marco Giler es otro de los ciudadanos que se mostró complacido con la decisión. “Por fin se logró algo justo para la ciudad, terminar con una vivienda vetusta que no representaba nada para la ciudad, que constituía un peligro por la posibilidad de que se viniera abajo”.

Según Giler, “se luchó desde muchos sectores por la demolición y en buena hora se lo logró, aunque hubiera sido para el 18 de octubre como regalo a Portoviejo, pero más vale tarde que nunca”, recalcó.