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La primera festividad religiosa del año se llena de colorido en varios lugares de la provincia

La Bajada de los Reyes en Santa Ana incluye al diablo y la tradición de las Caretas Abajo

El último día de la tradición, el 6 de enero, los rostros de los participantes quedan al descubiertopor la noche en el acto de Caretas Abajo. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo
El último día de la tradición, el 6 de enero, los rostros de los participantes quedan al descubiertopor la noche en el acto de Caretas Abajo. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo
11 de enero de 2015 - 00:00 - Redacción Regional Manabí

Ángel se vistió de diablo. Llevaba un silbato en su boca y en su mano derecha una funda roja, el mismo color del que vestía. Salió de cacería a las 05:00 del pasado martes, con la esperanza de que en el transcurso del día podría raptar al niño Jesús, que visitaría los 22 pesebres que hay en la ciudad.

A las 06:00 ya se escuchaba por las calles de Santa Ana su ensordecedor pitazo, luego de bajar desde la Loma de los Vientos. Eso anunciaba a la ciudad que los reyes magos (Melchor, Gaspar y Baltazar) bajaban junto a la Virgen María, José y el niño Jesús, además de pastores, cañuteros y ángeles.

Esta recreación de la historia bíblica de los primeros días de Jesús en la Tierra es una fiesta cultural que se vive con gran intensidad en Santa Ana.

La celebración se conoce como La Bajada de los Reyes y el Diablo y es el cierre de una serie de eventos que arrancan el 25 de diciembre, con la Navidad. De la tradición participaron más de 40 personas, sin contar a la ciudadanía que siguió de cerca cada paso del evento.

Ramón Giler, quien por 2 años ha encarnado al personaje de Melchor, quisiera dar paso a nuevas generaciones para que sean parte de la fiesta, pero teme que la tradición se pierda.

El organizador del evento es Richard Cedeño, de 49 años. Cuenta que la parte de la Careta Abajo es especial, ya que es el cierre de la fiesta y se realiza en un ambiente de baile y furor. “El Municipio de Santa Ana ayuda con la organización y eso es bueno, ya que antes no había apoyo de ningún lado y yo sentía que ya no podía seguir con la tradición”, refirió Cedeño, quien lleva 25 años liderando la programación.

Personajes del evento

Es característico que el papel de la Virgen María lo represente la Reina del cantón. Este año la encargada de este personaje fue la soberana actual, Ana Melissa Mendoza.

Ella, desde pequeña, veía el paso de este tipo de delegación sin pensar que un día iba a ser parte de la fiesta. El recorrido de varias horas le resultó cansado. “Con este acto tratamos de mantener viva esta celebración que se ha realizado por décadas”, resaltó.

San José fue caracterizado por Carlos Mera, un joven de la localidad, quien recorrió los pesebres cuidando a la Virgen y a Jesús, tal como lo hacen los Viejos Cañutos, que de paso también cargan fundas en las que las personas de la localidad les dan su colaboración.     

La fe juega un papel importante en esta fiesta de origen religioso. Leonardo Sánchez ha sido el rey mago Baltazar desde hace 5 años, ya que considera que así le demuestra reciprocidad el niño Jesús. “Sé que algún día me va a recompensar”, señaló el joven.

Raúl Moreira hizo de Gaspar. El gusto por ser parte de estas fiestas viene de sus antepasados. “Creo que soy parte de la quinta generación que se incluye en la tradición”, dijo.

En la visita de la comisión liderada por José, María y Jesús, cada uno de los dueños de los 22 pesebres deben ofrecer desde caramelos hasta arroz colorado. Además entonan villancicos.

Los curiosos se asoman para observar el trayecto, también están listos para dar un apoyo económico, no solo a los viejos cañutos sino al diablo, que carga su funda roja.

Para el cierre de la fiesta, el demonio guardó su astucia y estado físico. Hay algunas personas que le avisan que sus verdugos se acercan.

Este personaje entraba en acción cuando ya los reyes magos se iban. En más de una ocasión se pasó corriendo cerca de la comitiva y estuvo cerca de ser atrapado por los vaqueros y los viejos cañutas.
Cerca del cementerio, cuando eran las 16:30, a pocas cuadras de uno de los pesebres, atraparon al diablo.

De inmediato empezó el show, en el que los vaqueros y cañutas fingieron golpearlo y revisarlo para ver si cargaba al niño Jesús. Durante el día, satán no tuvo éxito, además su cola fue mutilada. “Es un gusto representar al diablo”, comentó Ángel Álava, quien el martes dejó su labor de albañil para ser parte del festejo.  

Baile Careta Abajo

Después de las 16:30, cuando terminó el recorrido, hubo un momento de descanso, para que luego, frente a la iglesia, arrancara la fiesta. El disco móvil puso las canciones de moda y la gente empezó a bailar.

Cuarenta parejas disfrazadas se unieron  en el denominado baile Careta Abajo, momento esperado en el que se descubre a la persona que representa al diablo, los vaqueros y los viejos cañutas.

Es el Rey Blanco quien a las 00:00 da la orden con las palabras “bajada de careta”. Se hacen concursos de diversos tipos y se elige a la reina de los disfraces.   

Erick López, oriundo de la Sierra, vive hace 2 años en Santa Ana por motivos de estudios y trabajo. Cuando llegó a la localidad, no conocía de esta tradición, pero de inmediato quiso ser parte de la fiesta. Este año se disfrazó como los demás y lo hizo de mujer. “La primera vez salí de princesa y fui un show, a la gente le gustó mucho mi personaje. La cosa es pasarla bien con los amigos”, comentó.

El 6 de enero acudió a casa de don Richard, pidió su máscara del color de su vestimenta. Allí llegaron más jóvenes a retirar la careta.

Erick pide que sigan apoyando esta tradición, con el fin de que los santanenses puedan gozar de momentos agradables como localidad. “Aquí se viene a disfrutar y recibir el año como se debe”, resaltó.

Nerexi Zambrano, moradora, expresó que La Bajada de los Reyes es un evento que atrae a todos. Este tipo de fiestas se vive de diversas maneras en varios puntos de Manabí. Las tradiciones son diversas y cambian según la localidad.

En Montecristi participa una gran comitiva con bandas musicales y asisten varios ciudadanos, entre ellos niños. Otro de los puntos en los que la ciudadanía mantiene la tradición es en el balneario San Clemente de Charapotó. Ahí, decenas de personas disfrutan de la fiesta. (I)

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